Tribuna:

Pesimismo

El Atlético llega hoy a la cresta de la mayor ola que se ha encontrado en el mar embravecido de su dura temporada. Cuando aún no ha terminado una travesía de muchos meses, siempre contra corriente, debe rizar el rizo de las dificultades para no naufragar casi del todo. La Copa de Europa es su última esperanza.¿Con qué bazas cuenta? Si ponemos en la balanza el 2-0 desfavorable, un Brujas que difícilmente se marchará sin marcar y la lesión de Leal, uno de los pocos hombres fundamentales en la lamentable temporada rojiblanca, sólo puede equilibrar tantas desventajas con una genialidad. Aunque par...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El Atlético llega hoy a la cresta de la mayor ola que se ha encontrado en el mar embravecido de su dura temporada. Cuando aún no ha terminado una travesía de muchos meses, siempre contra corriente, debe rizar el rizo de las dificultades para no naufragar casi del todo. La Copa de Europa es su última esperanza.¿Con qué bazas cuenta? Si ponemos en la balanza el 2-0 desfavorable, un Brujas que difícilmente se marchará sin marcar y la lesión de Leal, uno de los pocos hombres fundamentales en la lamentable temporada rojiblanca, sólo puede equilibrar tantas desventajas con una genialidad. Aunque parecía haber mejorado levemente en los últimos partidos, ha vuelto a hacer el ridículo ante candidatos al descenso como el Rácing de Santander o el Hércules y por eso pena entre ellos.

Evidentemente, el Atlético no es una máquina segura como VIadimir Yashchenko, «ese » atleta programado que no desperdicia una ocasión importante para saltar 2,35, más que hombre alguno antes. El Atlético es un Nastase, que puede asombrar considerándosele acabado. Sólo a eso cabe agarrarse en el pesimismo absoluto de hoy.

Archivado En