Tribuna:

Estadísticas, no

Quienes tienen algún interés en que el boxeo profesional no desaparezca han sacado sus baterías a la calle. Como estaba previsto, ha comenzado a airearse el balance de la Mutualidad General de Deportistas, en el que se contabilizan más muertos en cualquier deporte tenido como inocuo, que en el boxeo. Era lo previsible. No ha sido una sorpresa.Me parece ridículo incluso argüir que ha habido veintiocho muertos en la montaña y dos en colombicultura. Lo de la colombicultura me parece una broma, porque los muertos en este deporte sólo pueden producirse en accidente automovilístico, cayéndose de un ...

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Quienes tienen algún interés en que el boxeo profesional no desaparezca han sacado sus baterías a la calle. Como estaba previsto, ha comenzado a airearse el balance de la Mutualidad General de Deportistas, en el que se contabilizan más muertos en cualquier deporte tenido como inocuo, que en el boxeo. Era lo previsible. No ha sido una sorpresa.Me parece ridículo incluso argüir que ha habido veintiocho muertos en la montaña y dos en colombicultura. Lo de la colombicultura me parece una broma, porque los muertos en este deporte sólo pueden producirse en accidente automovilístico, cayéndose de un palomar o en una acequia, mientras se persigue con la vista al palomo más erótico.

Para centrar el tema hay que hacer una distinción clara; en el boxeo se produce el enfrentamiento de dos hombres, y aun el ganador puede resultar con graves perjuicios. Cuando un corredor de automóviles se mata, lo hace poniendo en peligro su vida, no la de los demás. Cuando hay daños a terceros es por puro accidente. No hay ningún corredor, salvo caso de locura, que salga a la pista para matar a nadie. Se dirá que en el boxeo tampoco, pero está claro que castigar al contrario es el único modo de vencer.

No miremos las engañosas estadísticas. Veamos la concreta situación mental en la que se encuentran la mayoría de los ex boxeadores. Hasta los mejor librados tienen alguna tara. El tiempo de los gladiadores ya pasó. No es a Rubio Melero a quien hay que proteger ahora. Son los otros muchachos como él los que merecen una toma de conciencia de la sociedad española.

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