Pirotecnia

La jornada futbolística del domingo deparó incidentes curiosos en lugares bien distintos a los esperados. Aunque la atmósfera podía hacerse irrespirable en San Mamés o incluso en el Manzanares, fue en Sarriá donde hubo calor. Al margen de los cortesde manga de Cuesta y Marañón al público, el médico del Burgos resultó con quemaduras producidas por un cohete de los lanzados al campo y ahora reclama a la directiva del Español un traje y una camisa.Varias veces nos hemos referido al tema de los objetos arrojadizos a los terrenos.

Ahora, con vallas o fosos, los «lanzadores» del enfado ya van...

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La jornada futbolística del domingo deparó incidentes curiosos en lugares bien distintos a los esperados. Aunque la atmósfera podía hacerse irrespirable en San Mamés o incluso en el Manzanares, fue en Sarriá donde hubo calor. Al margen de los cortesde manga de Cuesta y Marañón al público, el médico del Burgos resultó con quemaduras producidas por un cohete de los lanzados al campo y ahora reclama a la directiva del Español un traje y una camisa.Varias veces nos hemos referido al tema de los objetos arrojadizos a los terrenos.

Ahora, con vallas o fosos, los «lanzadores» del enfado ya van preparados y los de la alegría se contagían de las costumbres pirotécnicas del extranjero. Lo malo de este caso es que el pirotécnico de turno, al quemar al médico burgalés, ha encontrado un nuevo método, que parecía sólo de alegría y vale para los del enfado.

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