Tribuna:

Sólo fútbol

Miren por donde el Atlético de Madrid puede hacerle mañana un enorme favor a su eterno rival blanco. En efecto, el Barcelona, que parece haber entrado en racha de juego y de fortuna -sus rivales en la Copa así lo atestiguan -, hubiese tenido oportunidades de oro cualquiera de los domingos anteriores para lograr hasta los dos puntos del Manzanares. Pero ahora, justamente después del gran partido de Sevilla contra el Betis y de la meritoria -aunque polémica- eliminación del Athletic de Bilbao, el conjunto de Luis vuelve a convertirse en temible.No se puede olvidar, desde luego, que el Atlético p...

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Miren por donde el Atlético de Madrid puede hacerle mañana un enorme favor a su eterno rival blanco. En efecto, el Barcelona, que parece haber entrado en racha de juego y de fortuna -sus rivales en la Copa así lo atestiguan -, hubiese tenido oportunidades de oro cualquiera de los domingos anteriores para lograr hasta los dos puntos del Manzanares. Pero ahora, justamente después del gran partido de Sevilla contra el Betis y de la meritoria -aunque polémica- eliminación del Athletic de Bilbao, el conjunto de Luis vuelve a convertirse en temible.No se puede olvidar, desde luego, que el Atlético puede dar la de arena en cualquier momento, pero el horizonte rojiblanco ya no tiene los nubarrones negrísimos de hace unas jornadas. Por lo visto, el que su presidente haya hecho una buena operación financiera ha coincidido con la recuperación. Salvo ejemplos heroicos, como el del Salamanca, de esta temporada, en el fútbol español está escrita la feliz correlación clubs-capital. Esta sólo se ha roto con los graves errores técnicos -léase fichaje de Marcial, por ejemplo- o las lesiones.

El Madrid, mientras tanto, aunque San Mamés siempre se le haya dado bien, no va a jugar precisamente en el mejor momento. Ni por él ni por el ambiente, los cuatro puntos que aún saca de ventaja al Barcelona pueden acortarse peligrosamente, cuando hace bien poco la Liga le parecía un paseo. Nunca se pueden cantar triunfos en el aire.

Lo deseable, gane quien gane, pierda quien pierda, es que Manzanares y San Mamés sean mañana campos donde se vea buen fútbol. Nada más.

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