Tribuna:

Más cordura

Buena se ha armado. El centralismo nuevamente es protagonista por obra y gracia del fútbol. Y lo grande es que en esta ocasión ha sido el Atlético el culpable, a base de una clasificación polémiIca y de infarto. Pero es que eliminar al tradicional Athlétic de «su» Copa no es lo mismo que si el Madrid, con árbitro también a favor, hubiese logrado pasar a los cuartos de final a costa de la Real Sociedad.De cualquier forma, lo que de ninguna forma se puede admitir, justo cuando más necesitado está el arbitraje de ayuda para clarificar su labor tantas veces en entredicho, es buscar nuevas «meigas»...

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Buena se ha armado. El centralismo nuevamente es protagonista por obra y gracia del fútbol. Y lo grande es que en esta ocasión ha sido el Atlético el culpable, a base de una clasificación polémiIca y de infarto. Pero es que eliminar al tradicional Athlétic de «su» Copa no es lo mismo que si el Madrid, con árbitro también a favor, hubiese logrado pasar a los cuartos de final a costa de la Real Sociedad.De cualquier forma, lo que de ninguna forma se puede admitir, justo cuando más necesitado está el arbitraje de ayuda para clarificar su labor tantas veces en entredicho, es buscar nuevas «meigas» a las actuaciones. Si Balsa Ron «se olvidó» del reloj en Chamartín fue una equivocación como las de los delanteros de la Real en sus contraataques. Menos mal que marcó Satrústegui. Si Tomeo falló en San Mamés parece ridículo que «tratara de atentar contra el pueblo vasco», como increíblemente ha declarado el presidente del Athlétic. El señor Duñabeitia también ha errado en fichar a un Aitor Aguirre que no juega o a un discreto Tirapu y nadie le ha tildado de enemigo público por eso.

Más cordura, por favor. El fútbol tiene muchos entresijos, pero no deja de ser un juego con balón y, al final, éste rueda sólo por los céspedes, no por los despachos. Hoy, mejor para unos, mañana para otros. En una nueva ocasión, directivos y medios de comunicación pueden sentirse culpables de echar leña al fuego. El domingo juega el Real Madrid en Bilbao. ¿Qué culpa puede tener de lo ocurrido el equipo blanco, que ya arrastra bastantes problemas? Tristemente se puede estar preparando un serio altercado de orden público.

Los centralismos se ven a otros niveles del deporte. Sin ir más lejos, en el baloncesto. Ayer, hasta en el País Vasco se pudieron aburrir e indignar con la transmisión televisada «made in Saporta,», de turno, con los 47 puntos de margen que sacó el Madrid al Alvik. En San Sebastián, sobre todo, pues el Askatuak de Gasca tiene, mientras tanto, al mejor jugador de España, Hollis, que aún no ha sido «televisado» nunca.

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