Adhesiones a Summers, pero menos
He firmado la carta de adhesión a Manuel Summers, aun habiéndole hecho constar que me encontraba colocado entre la espada de su defensa contra las acusaciones indirectas de Miguel Angel Flores, circunscrita al terreno de ABC, y la pared de mi larga dedicación durante veinte años a La Codorniz (excepto precisamente en la última corta etapa de las «plumas nuevas», en que fui borrado como redactor-jefe y colaborador), porque consideraba que la actuación del director «espiritual» no había sido la única causa del cierre de la revista, y para no comportarme igual que los que supieron d...
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He firmado la carta de adhesión a Manuel Summers, aun habiéndole hecho constar que me encontraba colocado entre la espada de su defensa contra las acusaciones indirectas de Miguel Angel Flores, circunscrita al terreno de ABC, y la pared de mi larga dedicación durante veinte años a La Codorniz (excepto precisamente en la última corta etapa de las «plumas nuevas», en que fui borrado como redactor-jefe y colaborador), porque consideraba que la actuación del director «espiritual» no había sido la única causa del cierre de la revista, y para no comportarme igual que los que supieron dejar olvidados en la calle nueve meses antes a cerca de sesenta colaboradores antiguos, «plumas viejas», cosa ésta que sé positivamente ha preocupado a Summers. Mi adhesión está dedicada a un estupendo humorísta y excelente persona, pero no implica en absoluto la adhesión a las otras influencias que, más o menos indirectamente, determinaron la llamada de manera muy optimista «nueva línea» de La Codorniz y su mucho más optimista «éxito popular». Opinión que conoce muy bien Luis María Ansón, desde que anunció por TVE, el cambio de director. en diciembre de 1976.