Elecciones sindicales y política

Uno de los aspectos más interesantes de esta lucha sindical es la presentación de Comisiones como sindicato unitario, ajeno a cualquier partido político: una gran parte de la propaganda se ha dirigido y se dirige en estos días a los militantes de todos los partidos y a aquellos que no lo son de ninguno, mientras la UGT prefiere aparentar como unida al partido socialista, y trata de esclarecer que Comisiones está estrechamente unida al Partido Comunista. La tesis de Comisiones es la unitaria ( ... ).UGT, en cambio, se identifica con el PSOE. Es otra forma política. El PSOE, como tal partido, ma...

Uno de los aspectos más interesantes de esta lucha sindical es la presentación de Comisiones como sindicato unitario, ajeno a cualquier partido político: una gran parte de la propaganda se ha dirigido y se dirige en estos días a los militantes de todos los partidos y a aquellos que no lo son de ninguno, mientras la UGT prefiere aparentar como unida al partido socialista, y trata de esclarecer que Comisiones está estrechamente unida al Partido Comunista. La tesis de Comisiones es la unitaria ( ... ).UGT, en cambio, se identifica con el PSOE. Es otra forma política. El PSOE, como tal partido, mantiene unas determinadas reivindicaciones sociales y económicas, unas permanentes y otras coyunturales -como su reserva frente al pacto de la Moncloa-, que corresponden con las que mantiene la UGT ( ... ).

El problema que se plantea enestas elecciones es el de la existencia de una gran masa de votantes que no pertenecen a partidos políticos ni siquiera están encuadrados en sindicatos, y que, si lo están, en muchas ocasiones han aceptado el encuadramiento como un mal menor y con una desconfianza considerable. Un cierto número de huelgas se están produciendo espontáneamente: los dirigentes sindicales van a veces a remolque de los trabajadores, y los acuerdos a que llegan con las empresas no son admitidos por los huelguistas. Esto plantea una situación grave para los sindicatos y para el contexto nacional: los empresarios dicen encontrarle de nuevo sin interlocutores válidos -ya que las asambleas no aceptan lo acordado con los dirigentes- y algunos de ellos explotan exageradamente esa situación. Cabrá suponer que las elecciones sindicales habrán de dar más autoridad y más representatividad a los delegados elegidos. Pero siempre se alzará, hasta ulteriores aclaraciones, si las hay, el fantasma del pacto de la Moncloa, con su confusión notable entre espíritu y doctrina y su utilización gubernamental continua (...)

Por su condición eminentemente popular -las corporaciones municipales están mucho más cerca del pueblo que el cierto elitismo de las cámaras, sobre todo en esta situación-, las elecciones de Administración local van a estar muy influidas por los sindicatos.

Como se ve, no es tan fácil trazar la raya entre la acción sindical y la acción política, y menos aún en España. Un distanciamiento como el de la CNT puede ser muy útil para el futuro, en el caso de que haya una decepción mayor en la clase trabajadora, que puede llegar a verse o a considerarse mal defehdida por partidos y sindicatos de otro orden, en momentos en que perciban que la austeridad o el plan económico general recaiga sobre ellos con más fuerza que sobre las clases pudientes -lo cual parece inevitable-, pero podría serle negativo en el caso de que los otros instrumentos políticos, sindicales y económicos funcionasen bien.»