Tribuna:

Inútil asamblea

La asamblea nacional del fútbol, además de un juego de despropósitos, porque nunca se afrontan los problemas de fondo del deporte, suele ser la base de los escándalos de cada año. Los señores asambleístas que acuden a Madrid, más preocupa dos por sus propios intereses que por los generales, en cuanto pueden abandonan la sala para hablar de traspasos con un intermediario. Así, ocurre que muchos no se enteran de lo que se ha votado.Los dirigentes del fútbol español se reunieron en julio y decidieron jugar varias jornadas de Liga en miércoles, caso de que España se clasificara para el Mundial arg...

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La asamblea nacional del fútbol, además de un juego de despropósitos, porque nunca se afrontan los problemas de fondo del deporte, suele ser la base de los escándalos de cada año. Los señores asambleístas que acuden a Madrid, más preocupa dos por sus propios intereses que por los generales, en cuanto pueden abandonan la sala para hablar de traspasos con un intermediario. Así, ocurre que muchos no se enteran de lo que se ha votado.Los dirigentes del fútbol español se reunieron en julio y decidieron jugar varias jornadas de Liga en miércoles, caso de que España se clasificara para el Mundial argentino. Quienes aceptaron los condicionamientos del calendario entonces se han revuelto incómodos en sus sillones ahora. Al cabo de medio año se dan cuenta de que votaron a favor de algo que podía perjudicarles. Al cabo de medio año quieren enmendar su propio yerro.

Hay países en los que se disputan torneos oficiales entre semana y no se hunde el mundo. A los dirigentes españoles les asusta la posibilidad de que se resientan sus taquillas. Lo que no dicen, por ejemplo, es que son doblemente culpables porque renunciaron a comenzar la Liga antes para así poder participar en bolos veraniegos.

Habrá que adoptar una postura que concilie los intereses en juego, a fin de que nadie resulte perjudicado, pero habrá que pedirles, una vez más, que sean serios y que esa asamblea defensora de múltiples ilegalidades, comience a ser algo congruente.

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