Tribuna:

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El Rayo, por primera vez en su historia, ha ascendido esta temporada a Primera División. El Rayo, con campo hecho por la entonces DND, aunque sufrió lo suyo cuando tuvo que peregrinar a Vallehermoso, le viene ahora la época de las vacas gordas. Informativamente, claro, es actualidad.Sin embargo, lo que ya no es actualidad, ni información, ni noticia, sino vulgares chismes, son los trasiegos a que se ha lanzado su presidente en los últimos días. Primero que si dimite o no dimite; después, sus declaraciones, luego desmentidas, en las que acusaba de drogadictos a tres de sus jugadores, sin dar no...

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El Rayo, por primera vez en su historia, ha ascendido esta temporada a Primera División. El Rayo, con campo hecho por la entonces DND, aunque sufrió lo suyo cuando tuvo que peregrinar a Vallehermoso, le viene ahora la época de las vacas gordas. Informativamente, claro, es actualidad.Sin embargo, lo que ya no es actualidad, ni información, ni noticia, sino vulgares chismes, son los trasiegos a que se ha lanzado su presidente en los últimos días. Primero que si dimite o no dimite; después, sus declaraciones, luego desmentidas, en las que acusaba de drogadictos a tres de sus jugadores, sin dar nombres (algo muy fácil).

En los tiempos que corren, la información deportiva se ha convertido en un nido de globos sonda extradeportivos que se deben medir muy bien a la hora de publicarlos. No es justo, ni mucho menos, que con sistemas astulos y a veces no claros se llenen páginas -que cuestan mucho dinero a los que trabajan- sin pasar por el departamento comercial de los periódicos. Ayer, sin ir más lejos, EL PAIS publicaba un informe sobre el «descontrol» futbolístico, pero quedaba claro el uso indebido, la mayoría de las veces, de un cargo sólo para la promoción personal.

Resulta realmente chocante que un presidente halagado por haber ascendido su equipo quiera dejar precisamente ahora el cargo. Más bien será lo contrario, y en el caso del Rayo sólo precisaría la propaganda necesaria para no ser un comparsa en Madrid de los otros dos equipos grandes.

De cualquier forma, ocurra lo que ocurra, la conclusión es bien simple. En estas páginas no se recogen rumores sin fundamentó o con oscuros propósitos. No se hace publicidad gratuita a nadie. El ejemplo actual es válido para cualquier caso similar. El que quiera promocionar su nombre con noticias que no sean información real para los lectores, que se pase por el departamento comercial a contratar el correspondiente anuncio. Bastantes ejemplos acabamos de tener con las elecciones generales, y el no hacerlo así resultaría aún más injusto en la comparación.

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