De Ybarra sigue sin aparecer

Tras intensos rastreos en- los bosques del monte Gorbea y en las inmediaciones de Yurre pudo comprobarse ayer que carecían de fundamento los comunicados que indicaban a dos emisoras bilbaínas el lugar donde podía localizarse el cadáver de Javier de Ybarra.A las 3.42 de la tarde, una llamada a El Correo Español-El Pueblo Vasco transmitió el siguiente mensaje: «Buenas tardes. Aquí ETA. Es mentira. No hemos matado a Ybarra.» Esto hizo que finalizase la operación de rastreo iniciada tras recibir el primero de los comunicados, en el que se daba cuenta de la muerte de Ybarra, en Radio Popular...

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Tras intensos rastreos en- los bosques del monte Gorbea y en las inmediaciones de Yurre pudo comprobarse ayer que carecían de fundamento los comunicados que indicaban a dos emisoras bilbaínas el lugar donde podía localizarse el cadáver de Javier de Ybarra.A las 3.42 de la tarde, una llamada a El Correo Español-El Pueblo Vasco transmitió el siguiente mensaje: «Buenas tardes. Aquí ETA. Es mentira. No hemos matado a Ybarra.» Esto hizo que finalizase la operación de rastreo iniciada tras recibir el primero de los comunicados, en el que se daba cuenta de la muerte de Ybarra, en Radio Popular de Bilbao. Hacia las cinco de la tarde, una llamada telefónica a Radio Nacional de España en Bilbao anunció que el cadáver del secuestrado podía ser recogido en la carretera Bilbao-Vitoria a la altura de Yurre. Se renovó la operación de búsqueda, pero no se obtuvo el menor rastro del señor Ybarra.

El comunicado y las dos llamadas telefónicas provocaron tensión e inquietud ante el temor de un trágico desenlace para el secuestró del industrial vizcaíno. Tensión que tuvo su reflejo en las autoridades policiales francesas, que, al parecer, decidieron trasladar al etarra Apala, presuntamente implicado en el secuestro, desde la isla de Porquerolle a la prisión de Toulon.

Por otra parte, monseñor Añoveros, obispo de Vizcaya, hizo un llamamiento anoche, a través de la radio, para pedir «que nadie se manche las manos de sangre».

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