Jugar sucio con los sondeos

Menudean, en distintos medios de comunicación, los sondeos, las encuestas y estimaciones electorales en estas últimas semanas. El inconveniente surge cuando no se juega limpio en este terreno, cuando los que patrocinan o realizan los sondeos —quienes los utilizan, en suma—, en lugar de procurar el reflejo más exacto posible del espectro político en que se mueve y reparte la enorme masa de españoles con derecho al voto, pretenden, por medio de una imagen deformada a voluntad, conformar ese espectro político a la medida de sus intereses y conveniencias. Sin embargo — de ahí el...

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Menudean, en distintos medios de comunicación, los sondeos, las encuestas y estimaciones electorales en estas últimas semanas. El inconveniente surge cuando no se juega limpio en este terreno, cuando los que patrocinan o realizan los sondeos —quienes los utilizan, en suma—, en lugar de procurar el reflejo más exacto posible del espectro político en que se mueve y reparte la enorme masa de españoles con derecho al voto, pretenden, por medio de una imagen deformada a voluntad, conformar ese espectro político a la medida de sus intereses y conveniencias. Sin embargo — de ahí el todavía a que nos referíamos-de seguir la disparatada carrera de datos caprichosos, sujetos a la voluntad de quienes más que informar a la opinión pública de su propia composición, pretenden influir en ella con informaciones falsas, el crédito se esfumará en días, no lo habrá para nadie, para ningún sondeo, porque el juego de algunos impedirá que el resto obtenga la credibilidad que merece.

Jugar sucio, jugar a engañar, a confundir a cuantos en la duda prefieren seguir los dictados de una aparente mayoría, no tiene disculpa alguna y tan sólo sirve para desacreditar unos sistemas de conocimiento aproximado, contentando —aunque sea falsamente— únicamente a los fanáticos.

Informar es el concepto básico que debe mover todas cuantas en cuestas de opinión se hagan públicas. Lo contrario es simplemente deformar, confundir. Y ya sabemos quiénes pretenden revolver las aguas del río de la política, en estas vísperas trascendentales, seguros de que sólo así su pesca podrá ser más fructífera.

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, 13 de mayo

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