El niño torturado será protegido por el Tribunal de Menores

El niño de dos años Marcos Sieres, que tuvo que ser ingresado en el Hospital del Niño Jesús, ante las heridas y quemaduras que presentaba, derivadas de los supuestos malos tratos de sus padres, será, al parecer, protegido por el Tribunal Tutelar de Menores. Según informa la agencia Logos, el juez de dicho tribunal habría dado órdenes terminantes sobre el cuidado no sólo del pequeño, sino también de sus cuatro hermanos, de edades comprendidas entre los tres meses y los seis años, en caso de que se demuestre falta de cuidados por parte de los padres. En el mismo sentido se manifestaron al...

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El niño de dos años Marcos Sieres, que tuvo que ser ingresado en el Hospital del Niño Jesús, ante las heridas y quemaduras que presentaba, derivadas de los supuestos malos tratos de sus padres, será, al parecer, protegido por el Tribunal Tutelar de Menores. Según informa la agencia Logos, el juez de dicho tribunal habría dado órdenes terminantes sobre el cuidado no sólo del pequeño, sino también de sus cuatro hermanos, de edades comprendidas entre los tres meses y los seis años, en caso de que se demuestre falta de cuidados por parte de los padres. En el mismo sentido se manifestaron algunos medios cercanos a la Junta de Protección de Menores.

El pequeño, a quien se encontró el pasado día 25, en el domicilio de sus padres, en un estado que fue calificado por los médicos como de grave, a causa de las palizas y malos tratos que recibía, parece que mejora satisfactoriamente, según comunicaron a EL PAIS en el Hospital del Niño Jesús. «Parece que el trauma que tenía lo está superando. Al principio, cuando entró, no quería que nadie se acercase a él», manifestaron algunas de las enfermeras del citado centro.

Las heridas y quemaduras por las que tuvo que ser ingresado le habían sido producidas en brazos, pecho, abdomen, muslos y otras partes del cuerpo -ver EL PAIS del pasado domingo-. Incluso se llegó a producirle quemaduras con cigarrillos encendidos en el pene y los genitales. La excusa dada, según parece, por los padres, Fernando Sieres, de veintinueve años, sin oficio conocido, y Rosa Marín, de veintiséis años, camarera de un club nocturno en las afueras de Madrid, era que el niño, a pesar de la edad, se seguía haciendo sus necesidades en los pantalones.

El matrimonio, que abandonó ayer el piso, sito en la calle Ancora, 28, continúa en libertad provisional, decretada por el juez de guardia.

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