Tribuna:

La escalada de Johan Cruyff

Como aquel Felipito de la televisión que personificaba a un trabajador parado, Cruyff sigue. Ello signifíca que podremos seguir admirando sus regates; que seguirá internándose en el área de vez en cuando, con el balón controlado y ese flequillo suyo, que parece un anuncio de champú, por los aires.Y su decisión de seguir en España no puede. ser más juiciosa. Porque si las apariencias no mienten. las cosas han cambiado notablemente en el Barcelona. Antes, Cruyff mandaba mucho; ahora manda muchísimo. A este paso. Cruyff. for president.



Hay que hacer, sin embargo,' un...

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Como aquel Felipito de la televisión que personificaba a un trabajador parado, Cruyff sigue. Ello signifíca que podremos seguir admirando sus regates; que seguirá internándose en el área de vez en cuando, con el balón controlado y ese flequillo suyo, que parece un anuncio de champú, por los aires.Y su decisión de seguir en España no puede. ser más juiciosa. Porque si las apariencias no mienten. las cosas han cambiado notablemente en el Barcelona. Antes, Cruyff mandaba mucho; ahora manda muchísimo. A este paso. Cruyff. for president.

Hay que hacer, sin embargo,' una importante aclaración antes de opinar sobre la irresistible ascensión de Johan Cruyff: en el mundo del fútbol. como en el de la alta Política. es arriesgado hacer conjeturas. Los clubs se han provisto de tal cantidad de expertos en bulos, tácticas y, economía elemental, que va no sabemos si Fulanito falla un gol porque se ha indispuesto con su novia. porque ha metido la pierna en vez de meter el pie. o porque hace cuatro meses que la directiva del club está ejerciendo el derecho de retención sobre su sueldo. Cuando Cruyff dice que se va (o cuando lo dice su suegro. que parece una sucursal suya. siempre nos preguntamos sí el chico llora por nostalgia o por dinero. Nunca se sabe si pretende volver a la tierra suya o si maniobra para que le mejoren la prima.

Si un día se fuera, el Barcelona perdería a un relevante personaje. Se da por cierto que consiguió que echaran y readmitieran a Rinus Michels; que influyó decisivamente en el fichaje de Neeskens y en el despido de Weisweiler. Se afirma también que aquel incidente que desembocó en la dimisión de cuatro directivos «no constituye un su ceso aislado. sino la consecuencia de un estado de cosas». De un esta do que no es precisamente de buena esperanza para Aggustín Montal. y que muestra el decisivo papel de Cruyff en todos los sucesos barcelonistas íniportantes.

Además. desde el primer momento. Cruyff había aportado la novedad de ser un futbolista parlamentario. en un indudable antecedente vocacional. Insatisfecho por las limitaciones propias de su cargo de capitán. tomó la determinación de interpelar todas las decisiones de los árbitros. fue un destacado ponente en aquella reunión de futbolistas tan parecida a una asamblea. Y ha entrado en nuestros hogares para instarnos. desde el área vertical del televisor. a que hagamos pintadas en las paredes de nuestras casas. Como si el secreto del pase al hueco estuviera en la brocha gorda.

¿Para qué va a marcharse? Está claro que su autoridad ha salido ya fuera de banda y se rumorea que Montal no piensa presentarse a las próximas elecciones. Quiere decirse que con tina adecuada campaña presidencial y un poco de suerte...

Por lo pronto, Cruyff lo tiene un poco mejor que Jimmy Carter.

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