Nueva carta de Oriol a su familia

Tras cinco días sin noticia alguna del presidente del Consejo de Estado, Antonio María de Oriol, secuestrado el pasado día 11 -hace hoy diecinueve días- por un comando de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO), anoche esta organización se puso de nuevo en contacto telefónico con EL PAÍS. En esta ocasión los GRAPO facilitaron una carta del señor Oriol, sin ningún comunicado adjunto.

La carta del presidente del Consejo de Estado va dirigida a su mujer, Soledad, sus hijos y, sus nietos, y en ella, tras afirmar que sigue perfectamente, solicita que se le in...

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Tras cinco días sin noticia alguna del presidente del Consejo de Estado, Antonio María de Oriol, secuestrado el pasado día 11 -hace hoy diecinueve días- por un comando de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO), anoche esta organización se puso de nuevo en contacto telefónico con EL PAÍS. En esta ocasión los GRAPO facilitaron una carta del señor Oriol, sin ningún comunicado adjunto.

La carta del presidente del Consejo de Estado va dirigida a su mujer, Soledad, sus hijos y, sus nietos, y en ella, tras afirmar que sigue perfectamente, solicita que se le indique si lo anunciado por Martín Villa en televisión «siguen pensando en hacerlo».A las diez y cuarto de la noche una llamada anónima comunicó a la redacción de EL PAÍS que, en relación con el secuestro del señor Oriol, había una carta suya en una de las jardineras del establecimiento Van-Sar., situado en el número 65 de la calle de Alcalá, entre la puerta de Alcalá y la plaza de Cibeles. La voz indicó que la nota se encontraba entre la jardinera y el muro.

Seguidamente el comunicante anónimo mantuvo la siguiente conversación con el redactor que atendió la llamada.

Por cierto, hemos leído que están ustedes escribiendo un libro sobre el secuestro....

-No. Es falso. No estamos escribiendo ningún libro.

-Lo decía porque nuestra organización está preparando un libro y tenemos la mayor información y todos los datos posibles...

-¿Cómo está el señor Oriol?

-Bien, bien. Lo verán ustedes por la carta.

-¿Han modificado alguna de sus condiciones?

-No, no han cambiado. No tenemos nada más que decir, por eso hoy no facilitamos ningún comunicado, sólo la carta de Oriol. Adiós, tengo que colgar.

La carta autógrafa del señor Oriol se encontraba en un sobre blanco, sin ninguna indicación y cerrado. Encabezada con una cruz. La carta empieza diciendo:

«Muy querida Soledad y muy queridos hijos y nietos. Han pasado ya los días en que siempre nos reuníamos para celebrar la Navidad. Pero, aunque este año por designio de la Providencia no ha podido ser así, no ha sido menor mi oinión en espíritu con todos nosotros.»

A continuación el señor Oriol se refiere a estas fiestas religiosas de la Navidad, glosa el espíritu de sus creencias y pide a su familia confianza y fe. La carta finaliza con estas palabras:

«Yo sigo g. a D. perfectamente. Sólo sé por radio y televisión lo que se dice. Por cierto, ¿me podías indicar si lo que anunció Martín Villa siguen pensando en hacerlo? Aunque no me gusta ver estas cartas intimas reproducidas textualmente en prensa, si os agradeceré me digáis por radio o prensa si la habéis recibido.»

Posteriormente se despide. Por razones obvias y para corresponder a los deseos del señor Oriol, EL PAÍS, se abstiene de publicar el texto íntegro de la misiva.

Respuesta de la familia

Puestos al habla con la familia del señor Oriol, después de que les hicimos llevar el original de la carta, los hijos del secuestrado declararon a EL PAÍS:

-Nos llena de alegría saber que nuestro padre se encuentra en buenas condiciones físicas, y esperamos que llegue hasta él nuestra respuesta a su carta. No podemos decir nada sobre el tema que plantea, pues no nos corresponde resolverlo a nosotros. Cuanto sabemos del asunto es a través de la propia televisión y de los medios de comunicación como el resto de los españoles y nuestro propio padre. Por lo demás sólo deseamos tenerle pronto y con nosotros en casa.

Queremos añadir para su tranquilidad que nuestra madre y por supuesto todos nosotros nos encontramos en perfecto estado de salud y participamos de la esperanza y la fe que él nos comunica en sus misivas.

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