Tribuna:

Sindicatos amarillos

Los hombres del sindicalismo vertical están aprovechando al máximo el tiempo que, para organizarse, les está dando la lenta dinámica interna de la reforma sindical de Enrique de la Mata.Así lo pone de relieve el hecho de que hombres como Santiago Alvarez Abellán (presidente de la UTT nacional de trabajadores y técnicos de la construcción), José Bañales (presidente de la UTT del Metal de Madrid) y Salvador Cardenete (presidente de la UTT de Prensa de Madrid) estén intentando poner en marcha su propio modelo sindical.

Se trata de crear «sindicatos únicos, libres e independientes» organiza...

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Los hombres del sindicalismo vertical están aprovechando al máximo el tiempo que, para organizarse, les está dando la lenta dinámica interna de la reforma sindical de Enrique de la Mata.Así lo pone de relieve el hecho de que hombres como Santiago Alvarez Abellán (presidente de la UTT nacional de trabajadores y técnicos de la construcción), José Bañales (presidente de la UTT del Metal de Madrid) y Salvador Cardenete (presidente de la UTT de Prensa de Madrid) estén intentando poner en marcha su propio modelo sindical.

Se trata de crear «sindicatos únicos, libres e independientes» organizados «de abajo a arriba», terminología que bien claramente trasluce un proceso de apropiación del lenguaje, tanto de los sindicatos únicos promovidos por el Partido del Trabajo y la Organización Revolucionaria de Trabajadores, como de los sindicatos socialistas (UGT y USO) y comunista (CCOO).

Se trata también de buscar una continuidad de las uniones de trabajadores y técnicos propias del verticalismo, o, dicho de otra forma, se trata de buscar fórmulas sindicales formalmente democráticas, que den cabida a quienes estando actualmente a gusto en el verticalismo no van a incorporarse a los sindicatos democráticos. La clientela de los sindicatos promovidos desde las actuales esferas de la Organización Sindical no sería otra que la compuesta por quienes durante muchos años constituyeron la llamada línea representativa de la Organización Sindical.

En medios de la propia Organización Sindical se destaca el hecho de que los aún existentes consejos nacionales de trabajadores y de empresarios habrían recibido, cada uno, la nada despreciable suma de setecientos millones de pesetas, para efectuar el lanzamiento de sindicatos reformistas.

Queda por aclarar el importante y decisivo tema de las relaciones entre estos intentos sindicales y los sectores más despiertos del empresariado verticalista. Baste señalar por el momento que tales lazos, a nivel de apoyo, parecen de más que probable existencia en los sectores de la construcción y del metal.

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