Punto muerto en el caso Carrillo

Más de tres mil personas se manifestaron a primera hora de la noche de ayer en el centro de Madrid pidiendo la libertad del secretario general del PCE, Santiago Carrillo, que desde la una de la tarde se encontraba en la prisión de Carabanchel junto con otros siete dirigentes comunistas igualmente detenidos. Bombas de humo y cargas de la policía disolvieron los distintos grupos de manifestantes; noticias sin confirmar indican que se produjo un herido. Dos fotógrafos de Cambio 16 resultaron también lesionados.En numerosas provincias se registraron también actos de protesta por la detenció...

Más de tres mil personas se manifestaron a primera hora de la noche de ayer en el centro de Madrid pidiendo la libertad del secretario general del PCE, Santiago Carrillo, que desde la una de la tarde se encontraba en la prisión de Carabanchel junto con otros siete dirigentes comunistas igualmente detenidos. Bombas de humo y cargas de la policía disolvieron los distintos grupos de manifestantes; noticias sin confirmar indican que se produjo un herido. Dos fotógrafos de Cambio 16 resultaron también lesionados.En numerosas provincias se registraron también actos de protesta por la detención. Al cierre de esta edición habían llegado noticias de manifestaciones en Barcelona, Valencia, Málaga y Oviedo.

Durante el día de ayer, fueron incesantes las gestiones realizadas por dirigentes del PCE en torno al caso Carrillo. Una comisión en la que figuraba Ramón Tamames, fue recibida por la directora del gabinete técnico del presidente Suárez; a su vez, la esposa y dos hijos de Carrillo consiguieron entrevistarse con un alto funcionario de la Dirección General de Seguridad. La última nota oficial sobre el tema Carrillo es la facilitada por este último organismo en la madrugada de ayer, relatando la detención, y desde entonces no se han producido nuevas declaraciones, aunque se sabe que el Consejo de Ministros se ocupó intensamente del tema.

Santiago Carrillo forma parte de la comisión negociadora de la Oposición con el Gobierno su detención y la de su sustituto, Simón Sánchez Montero, incrementa la dimensión política de un caso que por sí mismo ha tenido ya una notable repercusión nacional e internacional.

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