Tribuna:

Semana agitada

La semana deportiva parece más agitada que nunca. Empezó por salirse de lo deportivo el domingo, en Atocha, tras el encuentro Real Sociedad-Athetic de Bilbao. El 5-0 que los donostiarras infligieron a los «leones» no impidió que ambos se unieran para celebrar la vuelta a la actualidad del Partido Nacionalista encajados al pasar del pantalón corto al de calle y volvió a dejar bien claro que es vasco.

Por la meseta, sin embargo, los problemas son más simples. Luis ha resistido los tres goles que le hizo encajar un colista de postín y es que el Atlético siempre será el Atlético. A fin de c...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La semana deportiva parece más agitada que nunca. Empezó por salirse de lo deportivo el domingo, en Atocha, tras el encuentro Real Sociedad-Athetic de Bilbao. El 5-0 que los donostiarras infligieron a los «leones» no impidió que ambos se unieran para celebrar la vuelta a la actualidad del Partido Nacionalista encajados al pasar del pantalón corto al de calle y volvió a dejar bien claro que es vasco.

Por la meseta, sin embargo, los problemas son más simples. Luis ha resistido los tres goles que le hizo encajar un colista de postín y es que el Atlético siempre será el Atlético. A fin de cuentas más resiste Miljanic, aunque el Madrid también será siempre el Madrid.

Lo malo del equipo blanco es que la racha de problemas continúa y ahora ha llegado al baloncesto. Pese a que la visita del TSSKA soviético no representa ninguna confrontación patriótica como hace unos años, cuando aún existía el entrañable Fiesta Alegre, el partido de mañana representa todo un acontecimiento. No será ninguna final, sólo el primer partido del grupo decisivo pero enfrentará a dos colosos del deporte de la canasta. La posible lesión de Cristóbal, la reciente y confirmada de Luvk e incluso la precaria forma de Rullán, son como para asustar al Saínz más pintado. Una derrota madridista, aun con el paliativo de la lesiones, no sentaría ni medio bien en la «casa blanca». Las horas bajas futbolísticas, al igual que otras veces, podrían salvarse bastante con las altas del baloncesto. No olvidemos, además, que el domingo también espera el Barcelona.

Naturalmente el hermano menor voleibol, que es el sábado tiene igualmente compromiso europeo con el Starlift holandés, no puedr todavía salvar nada

Archivado En