Resiste el Barcelona

La decimotercera ha sido una jornada de grandes contrastes. Varias goleadas y un par de empates a cero. Ayer, los resultados que suelen llamarse «cómodos» fueron en todo caso más abundantes. En la cabeza de la tabla se mantiene el mismo líder que en la semana anterior. El segundo puesto registra, sin embargo, el cambio del Atlético de Madrid por el Valencia.

El dominio del Celta, que se prolongó a toda la primera parte, estuvo falto del chispazo final. Los delanteros celtistas carecieron de puntería y el Barcelona vio paulatinamente posibilidades de mantener el empate. La tónica del enc...

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La decimotercera ha sido una jornada de grandes contrastes. Varias goleadas y un par de empates a cero. Ayer, los resultados que suelen llamarse «cómodos» fueron en todo caso más abundantes. En la cabeza de la tabla se mantiene el mismo líder que en la semana anterior. El segundo puesto registra, sin embargo, el cambio del Atlético de Madrid por el Valencia.

Celta, 0; Barcelona, 0

Celta. Fenoy; Santomé, Manolo, Juan, Búa; Igartua, Villar, Castro; Poli (Cámara m. 79), Mori (Martínez, m. 75) y Sanromán. Barcelona. Mora; Ramos, Migueli, Olmo, Amarillo; Sánchez, Neeskens, Asensi; Rexach (Costas, m. 46), Cruyff y Clares (Marcial, m. 68). Arbitro. José Navarrete. Amonestó a Manolo, a Neeskens dos veces (la segunda, naturalmente, se tradujo en expulsión), a Cruyff y a Juan. Actuación mediocre.

Valencia, 3 (Diarte, m

2, Kempes, m. 14, y Rep, m. 64); Hércules, 1 (Lubecke, m. 80).Valencia. Balaguer; Carrete, Martínez, Cordero, Cerveró; Saura, Tirapu, Juan Carlos; Rep, Diarte y Kempes (Adorno, m. 76). Hércules. Santoro; José Antonio, GiuIiano (Juan m. 60), Rivera (Barrios, m. 60), Quique; Saccardi, Baena, Commisso; Sancayetano, Lubecke y Charles. Arbitro. Soriano Aladrén. Se equivocó con demasiada frecuencia y dio la sensación de complicar el partido con sus errores. Amonestó a Charles, Giuliano, Baena, Commisso, Martínez, Kempes y Cerveró.

Real Sociedad, 5 (Gaztelu, m

3 y m. 88, Satrústegui, m. 27 y m. 31, y Zamora, m. 72); Athletic de Bilbao, 0.Real Sociedad. Arconada; Choperena, Murillo, Cortabarría, Olaizola; Diego, Gaztelu; Zamora; Idígoras; Satrústegui (Muruzábal, m. 86) y López Ufarte. Athletic de Bilbao. Iríbar; Lasa, Guisasola, Madariaga; Escalza; Oñaederra, Villar (Irureta; m, 45), Churruca; Dani, Carlos y Rojo. Arbitro. Sánchez Ríos. Amonestó a Lasa por entrada peligrosa a López Ufarte. Su actuación fue notable.

Español, 4 (Cino, m

9, y 83, Jeremías, m. 47 y Bustillo, en propia puerta, m. 81); Salamanca, 0.Español. «Gato» Fernández; Molinos, De Felipe, Ortiz Aquino (Canito, m. 45), Verdugo; Fernández Amado, Osorio, José Manuel; Cino Jeremías, y Marañón. Salamanca. D'Alessandro; Iglesias, Bustillo, Juanjo, Lanchas; Enrique, AIves (Lacasa, m. 60), Pita; Juanito, Ameijenda y Pérez (Galleguillos, m. 66). Arbitro. Orrantía. Amonestó a Fernández Amado y Bustillo. Su tarea puede considerarse aceptable.

Zaragoza, 0; Sevilla, 0

Zaragoza. Nieves; Rico, Manolo, Bastos, India; García Castany, Planelles, Arrúa; Rubial (Duñabeitia, m. 36), Jordao y Víctor. Sevilla. Paco; Hita, Gallego, Rivas, Sanjosé; Blanco, Lora, Rubio, Jaén; Cantudo y Yiyi. Arbitro. Franco Martínez. Se equivocó muchas veces, aunque sus fallos no parecieron individualmente decisivos.

Elche, 3 (Trobbiani, m

36, Gómez Voglino, m. 56, y Félix, m. 61); Málaga, 0.Elche. Esteban; Serras, Benítez, Melenchón, Dominichi; Trobbiani, Montero, Gómez Voglino; Félix, Finarolli, Cristo (Sitia, m. 79). Málaga. Meléndez; Aráez, Vilanova, Macías, Popo; Migueli, Bustillo, Fortes; Orozco (Benítez), Castronovo y Aicart. Arbitro. López Cuadrado. Correcto. Mostró tarjetas amarillas a Migueli y Benítez.

El Barcelona: positivo y expulsión

El dominio del Celta, que se prolongó a toda la primera parte, estuvo falto del chispazo final. Los delanteros celtistas carecieron de puntería y el Barcelona vio paulatinamente posibilidades de mantener el empate. La tónica del encuentro fue cambiando; si bien el Celta jamás dejó de dominar, el equipo de Michels fue ajustándose cada vez más a la táctica defensiva hasta identificarse totalmente con ella, y acabó sosteniendo el resultado inicial con cierta comodidad.

Rep, otra vez en estrella

La circunstancia más decisiva del encuentro fue el gran comienzo valencianista, que se tradujo en dos goles en catorce minutos y pareció dejar el partido resuelto. A partir de entonces, ambos equipos actuaron también con ese convencimiento. El resultado definitivo confirmaría el principio.

La Real aplastó al Athletic

Los jugadores de Irulegui hicieron un. partido completo. Lo iniciaron en un plano de alta calidad y se mantuvieron en él a lo largo de los noventa minutos Como el marcador se movió paralelamente a ritmo del mismo (es decir, que los goles no se hicieron esperar), los «hinchas» donostiarras salieron muy contentos del espectáculo que presenciaron.

El Español, rotundo

En un largo período, el ordenado juego de los mediocampistas salmantinos pareció crear grandes dificultades a los españolistas, cuyo único motivo de tranquilidad era el gol favorable que habían conseguido en el minuto nueve. Sin embargo, la seguridad de los jugadores de Sarriá se tradujo en buena puntería. Fueron aprovechando las oportunidades de golear que iban surgiendo y acabaron imponiéndose con gran autoridad.

Arrúa y el Zaragoza, muy mal

Sigue el Zaragoza falto de todo. Sus jugadores no entran en la vibración que exigen los partidos de un equipo que está urgentemente precisado de ganar. Sus jugadores no acertaron a dar a cada jugada la intensidad o el ímpetu que exigían. De esta manera acabaron convenciéndose de su mal momento y, en definitiva, el equipo actuó como desengañado de sí mismo. Pareció convencerse de su impotencia.

El Elche, en vena

Al paso de los minutos, el Elche fue entrando en juego. De esta manera, el partido fue ganando paulatinamente calidad, ante los sorprendidos malaguistas, que no conseguian reaccionar. Finarolli y Trobbiani fueron las piezas maestras de la «máquina» de Mesones, si bien cabe añadir que la defensa del Málaga ofreció muy escasa resistencia y acusó una excesiva fragilidad.

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