Obligaban a cantar el "Cara al Sol" a punta de pistola

Tres estudiantes se presentaron durante la noche del miércoles en el acuartelamiento de la Policía Armada de Málaga para denunciar que cuando se hallaban en el bar Casa Flores entró un grupo de nueve individuos, provistos de armas de fuego, porras, cadenas y palos, que agredieron a los jóvenes que allí se hallaban, obligándoles a ponerse brazo en alto y cantar el Cara al Sol, al tiempo que les insultaban.

Los denunciantes fueron los hermanos Bernardo y José Manuel Gutiérrez Obeso y Fernando José Villalba Martínez. Inmediatamente acudió al citado establecimiento un coche de la Policí...

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Tres estudiantes se presentaron durante la noche del miércoles en el acuartelamiento de la Policía Armada de Málaga para denunciar que cuando se hallaban en el bar Casa Flores entró un grupo de nueve individuos, provistos de armas de fuego, porras, cadenas y palos, que agredieron a los jóvenes que allí se hallaban, obligándoles a ponerse brazo en alto y cantar el Cara al Sol, al tiempo que les insultaban.

Los denunciantes fueron los hermanos Bernardo y José Manuel Gutiérrez Obeso y Fernando José Villalba Martínez. Inmediatamente acudió al citado establecimiento un coche de la Policía Armada, cuyos ocupantes lograron detener a tres individuos.

Los detenidos fueron Antonio Reina Martín, soltero, de treinta años de edad, a quien se le ocupó una pistola del calibre nueve largo y ocho proyectiles; Antonio Carballo Quesada, de veinticinco, engrasador, que portaba una porra de cables y que hace dos días fue puesto en libertad provisional tras haber sido detenido cuando llevaba una pistola, el pasado día 12, en la facultad de Filosofia y Letras, y Enrique Vera Monje, de 55 años, guarda jurado, a quien, al parecer, se le ocupó una cadena de hierro.

Los otros seis individuos se habían marchado del local cuando llegó la fuerza pública. A mediodía de ayer, los tres detenidos pasaron a disposición del juez de guardia, quien decretó el ingreso en prisión de uno de ellos, Antonio Reina Martín, el portador de la pistola, y la puesta en libertad de los otros dos.

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