Oxígeno y fuerzas

El movimiento futuro de la DND ya tiene un programa concreto. Las buenas intenciones que se intuyeron en un principio, inmediatamente después del cese de Tomás Pelayo y con la llegada de Benito Castejón, cuentan con unos principios programáticos, delimitados en siete puntos.La bondad continúa. La simple lectura de todos y cada uno de ellos deja claramente la impresión de que mejoran lo anterior. La preocupación que se vislumbraba sobre la pobrísima educación física de nuestro país, adquiere ya primordial importancia en el organismo rector del deporte español. Aunque al deporte de alta competic...

El movimiento futuro de la DND ya tiene un programa concreto. Las buenas intenciones que se intuyeron en un principio, inmediatamente después del cese de Tomás Pelayo y con la llegada de Benito Castejón, cuentan con unos principios programáticos, delimitados en siete puntos.La bondad continúa. La simple lectura de todos y cada uno de ellos deja claramente la impresión de que mejoran lo anterior. La preocupación que se vislumbraba sobre la pobrísima educación física de nuestro país, adquiere ya primordial importancia en el organismo rector del deporte español. Aunque al deporte de alta competición se le dará un tratamiento específico, se prestará la mayor atención a ella y a la extensión del deporte para todos. Al margen de otras novedades este es el punto fundamental. En principio parece un milagro conseguir resultados, pero el plazo de 20 años que se establece abre al menos un paréntesis de esperanza.

El gran problema es si en 20 años o hasta en más, no sólo se pueden romper las ataduras que dejen libertad de acción a los hombres del deporte, sino también se consigue crear esa verdadera mentalidad de práctica deportiva en el país. Partimos de muy abajo, sin duda, y las fuerzas para escalar el impresionante «Everest» que está a la vista se pueden acabar casi antes que el oxígeno de mil principios programáticos.