Perdidos 400.000 millones pesetas en la Bolsa

Alrededor de 400.000 millones de pesetas se han esfumado en la Bolsa de Madrid en los ocho primeros meses de este año, si nos atenemos a la diferencia de canalización bursátil o valor de las sociedades a precio de mercado entre el primero de enero y finales de agosto. Ésta pérdida ha sido a costa de los ahorradores, muchos de los cuales han accedido no hace mucho al mercado de capitales y que han visto cómo en los dos últimos años la Bolsa sólo era fuente de disgustos.En las 130 sesiones habidas en los ocho primeros meses del presente ejercicio, sólo un día, el 7 de mayo, el índice general ma...

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Alrededor de 400.000 millones de pesetas se han esfumado en la Bolsa de Madrid en los ocho primeros meses de este año, si nos atenemos a la diferencia de canalización bursátil o valor de las sociedades a precio de mercado entre el primero de enero y finales de agosto. Ésta pérdida ha sido a costa de los ahorradores, muchos de los cuales han accedido no hace mucho al mercado de capitales y que han visto cómo en los dos últimos años la Bolsa sólo era fuente de disgustos.En las 130 sesiones habidas en los ocho primeros meses del presente ejercicio, sólo un día, el 7 de mayo, el índice general madrileño rebasó la base 100 con que empezara el ejercicio, quedando en aquella ocasión en un 100,79, que es, hoy por hoy, el máximo alcanzado. Entre esta máxima y la mínima del viernes pasado, 79,82, existe una diferencia de casi un 21 por 100.

Este deterioro impulsó al Gobierno a tomar, en los primeros días de agosto, una serie de medidas urgentes para estimular la inversión en Bolsa, a base, de suspender el gravamen de las plusvalías en el impuesto general sobre la renta de las personas físicas y exonerar las plusvalías inmobiliarias si los capitales procedentes de la enajenación se invierten en determinados valores mobiliarios, así como prorrogar la desgravación por inversiones en el mismo impuesto. Todo ha sido inútil, al menos de momento, porque la confianza no ha vuelto al parqué, y es ésta y no estímulos forzados que puede enderezar la trayectoria descendente.

Hablando de nuevo de las cotas máxima y mínima del presente año hay que anotar que desde el ejercicio de 1964, o sea hace doce años, el índice madrileño no había bajado tanto. Es más el 90 por 100 sólo había descendido en dos ocasiones en ese período, concretamente en los años 1970 y 1974. Sin embargo, varias veces las diferencias entre la máxima y la mínima fueron superiores a las actuales, pero precisamente en los años alcistas, como 1969 o 1972.

Una circunstancia negativa más se une a esta problemática, y es la tasa de inflación, que, encaramada ya en el 11 por 100 (para los siete primeros meses), implica una depreciación total del dinero invertido en acciones superior al 30 por 100 que, en tan corto período, es sumamente descorazonador.

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