Detenidas tres personas acusadas de proxenetismo y lesiones graves

Por dos delitos, uno de proxenetismo y otro de lesiones graves, fueron detenidos ayer tres jóvenes que explotaban a cuatro muchachas, tres de ella menores de edad, desde hacía varios años.Los detenidos son Antonio Santiago y sus hermanos Rafael y Angel, de veinticuatro, veintidós y veinte años, respectivamente, gitanos y nacidos en la localidad de Villacarrillo (Jaén).

La investigación que concluyó con estas detenciones dio comienzo el pasado día 19 de agosto, fecha en la que fue atendida en la Clínica de la Concepción una joven que manifestó haber sufrido una caída de motocicleta. Dijo...

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Por dos delitos, uno de proxenetismo y otro de lesiones graves, fueron detenidos ayer tres jóvenes que explotaban a cuatro muchachas, tres de ella menores de edad, desde hacía varios años.Los detenidos son Antonio Santiago y sus hermanos Rafael y Angel, de veinticuatro, veintidós y veinte años, respectivamente, gitanos y nacidos en la localidad de Villacarrillo (Jaén).

La investigación que concluyó con estas detenciones dio comienzo el pasado día 19 de agosto, fecha en la que fue atendida en la Clínica de la Concepción una joven que manifestó haber sufrido una caída de motocicleta. Dijo, llamarse María Moreno, identidad que fue comprobada y resultó falsa. Ante la posibilidad de que la joven, de veinte años, quisiera encubrir a su agresor, y puesto que las heridas, dos en un muslo, otra en región pectoral, que interesaba al pulmón, múltiples hematomas y contusiones, así como unos dibujos circulares marcados en los pómulos de la cara con la punta de una navaja, demostraban que no habían sido producidas en el citado accidente, la policía inició la investigación en conocidos sectores nocturnos.

Como consecuencia de ésta, fueron localizadas las otras tres mujeres, de diecisiete, dieciocho y veintiún años, la más joven de nacionalidad portuguesa, que, como la hospitalizada con lesiones de pronóstico grave, se dedicaban a la prostitución bajo una constante amenaza de los acusados. Esta amenaza física les produjo a las muchachas, durante el tiempo en que duró la tutela -tres años y cinco meses, dos años y medio, un año y ocho meses y siete meses-, heridas ya cicatrizadas en el dorso de las manos, brazos, rostro, espalda, pechos y tercio interno superior de ambos muslos.

Al parecer, los tres gitanos conocieron a las jóvenes en bailes y aparentaron denotar cierto interés sentimental. Semanas después fueron obligadas a practicar la prostitución bajo amenaza de recibir severas palizas y marcarles la cara para siempre.

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