Doce muertos y dieciséis heridos al estrellarse un DC-4

Doce personas muertas, dieciséis heridas y cuatro ilesas fue el balance del accidente aéreo que sufrió entre las doce y media y la una de la tarde de ayer el avión DC-4 que hacía el recorrido entre las bases de Getafe y Gando, en Las Palmas de Gran Canaria. El avión, al que al parecer se le incendió un motor pudo ser dominado por el piloto José Luis Ruíz, que hizo un aterrizaje de emergencia en una finca particular a siete kilómetros de Chiclana, Cádiz. Aunque las noticias no dan el mismo número ni en ocupantes del avión ni en muertos y heridos se puede decir que gracias a la maniobra del pilo...

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Doce personas muertas, dieciséis heridas y cuatro ilesas fue el balance del accidente aéreo que sufrió entre las doce y media y la una de la tarde de ayer el avión DC-4 que hacía el recorrido entre las bases de Getafe y Gando, en Las Palmas de Gran Canaria. El avión, al que al parecer se le incendió un motor pudo ser dominado por el piloto José Luis Ruíz, que hizo un aterrizaje de emergencia en una finca particular a siete kilómetros de Chiclana, Cádiz. Aunque las noticias no dan el mismo número ni en ocupantes del avión ni en muertos y heridos se puede decir que gracias a la maniobra del piloto, el balance citado es posiblemente exacto.

Un avión, DC-4, número 352/11 del ala de transporte 35 sufrió poco después del mediodía de ayer un accidente cuando se dirigía al aeropuerto de Gando, en Las Palmas de Gran Canaria. En el aparato viajaban, en el momento del desastre, treinta y dos personas, incluyendo la tripulación.Según la primera nota hecha pública por la oficina de prensa del Ministerio del Aire, el aparato cayó en el término municipal de Vejer de la Frontera, a siete kilómetros de Chiclana, Cádiz, cuando se dirigía al mencionado aeropuerto desde la base madrileña de Getafe.

Inmediatamente se pusieron en marcha todos los equipos de socorro disponibles, Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz y Medina Sidonia, Policía Municipal de Chiclana y Base Naval de San Fernando, así como se hacía un llamamiento a través de las emisoras de radio para que todos aquellos que deseasen colaborar se presentasen a los centros sanitarios como donantes de sangre.

Personados los servicios de socorro en el lugar conocido como Corvacho Chico se apreció que el siniestro se había producido exactamente en la finca Las Laderas, lugar al que era casi imposible llegar ya que como consecuencia del aterrizaje forzoso que debió realizar el piloto se había declarado un incendio de tales proporciones que impedían el paso.

Tuvieron que ser llamados los servicios contra incendios de la Marina de Guerra, de la base naval de Rota, y del Cuerpo Municipal de Bomberos.

Mientras se dominaba el incendio se pude empezar el salvamento de los ocupantes del avión que fueron trasladados a las clínicas y hospitales preparados en Jerez, Cádiz, y San Fernando.

El número de muertos fue creciendo durante toda la tarde aunque en una cantidad inferior al pensado en un principio ya que al parecer la desgracia no fue absoluta gracias al aterrizaje realizado por el piloto. Según las primeras noticias, el accidente podría deberse al desprendimiento de uno de los motores anteriormente incendiado, razón por la que el piloto pidió pista de aterrizaje en el aeródromo de La Parra, de Jerez de la Frontera, pero por dificultades aún sin esclarecer se vio obligado a practicar el citado aterrizaje de emergencia.

Los primeros heridos llegados al Hospital Militar de Cádiz fueron el comandante Ramón Morell, los tenientes Miguel Pujals y Vicente Toledo, y el comisario de policía Juan Francisco Pila, todos ellos, al parecer, menos graves. Otro de los ocupantes identificados, José Luis Ruiz, sargento de primera fue trasladado al Hospital Mora de Cádiz.

Según la agencia Europa Press el número de muertos a las seis menos cuarto era de nueve y el de heridos ascendía a 23, sin que se conociera a esa hora la identidad de los fallecidos.

Poco después se lograba saber que el avión de las Fuerzas Aéreas españolas estaba ocupado por militares y, familiares de éstos, que iban a realizar el relevo de mecánicos y pilotos de la base de Gando, relevo que se hace de forma periódica cada semana.

El avión, que hacía el vuelo postal regular tres veces por semana, estaba prácticamente en desuso para actividades civiles, y era utilizado, según Logos por el Ejército del Aire para cubrir el servicio de estafeta regular entre los aeropuertos de Getafe, Gando. San Javier, y Morón de la Frontera.

A las siete y media de la tarde dleciocho personas habían sido trasladadas al Hospital de Marina de San Fernando, dos de ellas ingresaron cadáveres, al parecer se trataba de madre e hija. Los heridos son ocho adultos, que sufren lesiones de pronóstico leve, y ocho niños, dos de los cuales están en estado muy grave, otro está grave, y el resto sólo sufren lesiones leves. Otro de los ingresados en el Hospital de Traumatología fue identificado como Francisco Sánchez, cuyo pronóstico ha sido calificado de grave.

La agencia Cifra informaba a las nueve menos veinte que el, número de muertos era de diez y el de heridos de dieciocho, de los que sólo dos se encontraban a esa hora en grave estado, mientras el resto tenía lesiones leves.

En la segunda nota del Ministerio del Aire se daban como desaparecidos los siguientes pasajeros: capitán del Aire José Manuel Martínez, su esposa Milagros Rodríguez y sus hijos Marcos y Pablo. Asímismo se daban como desaparecidos el teniente de escala del Aire Evaristo Pila, el brigada mecánico motorista Agustín Gonzalo, el sargento mecánico de electrónica José Luis Ruiz, su esposa María Dolores Ojeda y el sargento mecánico motorista José Campos.

La nota aclaraba que las dos mujeres muertas en el Hospital de Marina de San Fernando fueron identificadas como María Esther Lisán y María Esther Sureda, esposa e hija respectivamente del capitán Carlos Sureda. Las agencias, a últimas horas de ayer, informaban de cuatro personas ilesas.

Este es el tercer accidente aéreo que se registra en España este año sin que en ninguno de los anteriores hubiera supervivientes. Según informaron fuentes competentes del aeropuerto de Getafe a la agencia Europa, en los veinte años que funciona este servicio sólo se había producido un accidente de escasa importancia.

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