Herido grave en el festival vasco del Gorbea

Las cuevas de Mailuelegorreta, en el macizo montañoso del Gorbea fueron escenario el pasado domingo de la décima edición de la Euskal Jaia o fiesta vasca, a la que asistieron del orden de 6.000 personas. El enorme salón subterráneo conocido por el nombre de la Plaza de toros se encontraba totalmente abarrotado, mientras centenares de personas hubieron de permanecer en el exterior.La Guardia Civil controlaba las carreteras de acceso, pero no hubo presencia de fuerza pública en los caminos que conducían hasta la cueva. Gritos de ...

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Las cuevas de Mailuelegorreta, en el macizo montañoso del Gorbea fueron escenario el pasado domingo de la décima edición de la Euskal Jaia o fiesta vasca, a la que asistieron del orden de 6.000 personas. El enorme salón subterráneo conocido por el nombre de la Plaza de toros se encontraba totalmente abarrotado, mientras centenares de personas hubieron de permanecer en el exterior.La Guardia Civil controlaba las carreteras de acceso, pero no hubo presencia de fuerza pública en los caminos que conducían hasta la cueva. Gritos de Gora Euskadi askatuta y Gora Euskadi sozialista pudieron escucharse con frecuencia en medio de la subida, señalizada con pancartas escritas casi siempre en euskera.

La Coral Manuel Iradier, perteneciente a la entidad organizadora de la fiesta, abrió el acto a las once de la mañana con la interpretación del Agur, jaunak, para dar paso luego a la actuación de cantantes, bersolaris e instrumentistas. El tema común de todo el acto fue el sentimiento nacional-vasco y la amnistía sin exclusiones.

La danza de Amaya cerraría el festival dos horas más tarde. En el entreacto se hizo entrega de una placa conmemorativa a la Real Academia de la Lengua Vasca por la gran labor desarrollada en favor del euskera.

Banderas vascas presidieron en todo momento la concentración popular. Precisamente la deficiente colocación de un a de ellas originó un grave accidente en la puerta de la cueva. Sobre las 12.30 del mediodía varios jóvenes trataron de desplegar mejor la ikurriña que estaba colocada a la entrada y en ese momento se desprendió una piedra de varios kilos que alcanzó en la cabeza al joven Miguel Andrés Calvo, de dieciocho años, natural de San Sebastián. Hubo de ser trasladado urgentemente al hospital de Vitoria, donde quedó internado con una fuerte conmoción cerebral y hemorragia interna, de pronóstico menos grave.

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