Vivimos de la ayuda de muchos amigos

El comandante Luis Otero Fernández, procesado y condenado junto con otros compañeros, como autores de un delito de conspiración y rebelión, cumple condena desde el pasado 26 de marzo en el fuerte militar de San Carlos, de esta ciudad. Su esposa Carmen Macías, viaja con cierta frecuencia a Palma para poder estar al lado de su marido las pocas horas que le permiten -tres por día- visitarle en el cástillo-prisión.Con motivo de la festividad de San Luis, onomástica del comandante Otero, su esposa ha viajado una vez más a Mallorca y ha real¡zado unas declaraciones en el diario vespertino Ul...

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El comandante Luis Otero Fernández, procesado y condenado junto con otros compañeros, como autores de un delito de conspiración y rebelión, cumple condena desde el pasado 26 de marzo en el fuerte militar de San Carlos, de esta ciudad. Su esposa Carmen Macías, viaja con cierta frecuencia a Palma para poder estar al lado de su marido las pocas horas que le permiten -tres por día- visitarle en el cástillo-prisión.Con motivo de la festividad de San Luis, onomástica del comandante Otero, su esposa ha viajado una vez más a Mallorca y ha real¡zado unas declaraciones en el diario vespertino Ultima hora, donde manifiesta que ella -sigue viviendo en Madrid en compañía de sus cinco hijos, de ocho a diecisiete años de edad, los cuales están perfectamente enterados de la situación de su padre, e incluso, los tres mayores estuvieron en Mallorca durante la Semana Santa para poder verle.

«Me dan muchas facilidades para visitar a mi marido -continúa diciendo Carmen Macía-; él intenta aburrirse lo menos posible. Lee mucho, sobre todo libros de Historia e Informática y también tiene muchos de ensayo y novela, en este aspecto tiene completa libertad.»

Al preguntarle sí su marido sigue cobrando el sueldo de militar, la esposa del comandante Otero contesta: «Durante el tiempo que duró el proceso recibía la tercera parte de sus ingresos, pero una vez condenado, no he cobrado ni un céntimo. Ahora estamos tramitando el cobro de una pensión en concepto de ayuda familiar. ¿De qué vivimos? De la ayuda de los familiares y de muchos amigos. Tengo la satisfacción de contar con muchos amigos, que han demostrado serlo en estas tristes circunstancias en que vivimos. Mis viajes, a Mallorca me los abona un grupo de amigos, y en los colegios de mis hijos, desde que mi marido está en estas circunstancias, no se me ha pasado ni un recibo.»

Añade la esposa del comandante Otero que un amigo le ha regalado un televisor, que éste tiene en su habitación, y un día de estos otros compañeros le iban a llevar una nevera. Y termina diciendo: «Esperar, esperar, espero lo que todos los españoles, una próxima, general y total amnistía. Una amnistía tanta veces pedida y que creemos que algún día va a tener lugar.»

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