Tribuna:

Más que una reforma

En Bruselas se ha producido una especie de revolución dentro del mundo del baloncesto. La cabeza de Raimundo Saporta, que no para de maquinar soluciones para un deporte deficitario como éste, ha aportado un nuevo sistema para revitalizar la Copa de Europa. El asunto, visto asépticamente, parece interesante, pero como en todo lo que suele intervenir el vicepresidente del Madrid, supongo que debe haber algo más que una simple reforma.Con Saporta hay que atarse siempre los machos, porque resulta difícil saber de inmediato el alcance de sus medidas. Saporta suele venir cuando los demás van y encon...

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En Bruselas se ha producido una especie de revolución dentro del mundo del baloncesto. La cabeza de Raimundo Saporta, que no para de maquinar soluciones para un deporte deficitario como éste, ha aportado un nuevo sistema para revitalizar la Copa de Europa. El asunto, visto asépticamente, parece interesante, pero como en todo lo que suele intervenir el vicepresidente del Madrid, supongo que debe haber algo más que una simple reforma.Con Saporta hay que atarse siempre los machos, porque resulta difícil saber de inmediato el alcance de sus medidas. Saporta suele venir cuando los demás van y encontrárselo en un tramo de escalera, es quedarse con aquella duda gallega de si sube o baja.

Así, en principio, se me ocurre que se ha cargado definitivamente la posibilidad de crear una liga profesional, porque a él le van bien el amateurismo marrón de sus muchachos. Así, de pronto, hay que pensar que no está dispuesto a soportar más ligas nacionales en las que siempre se sabe quién va a ganar -su equipo, -naturalmente- y en las que resulta difícil juntar cuatro duros en taquilla. Así, de pronto, parece como si el Madrid, que es el actual campeón, se hubiera salido de la competición oficial española para participar - sólo a modo de entrenamiento.

Bastante más debe haber debajo del tinglado montado en Bruselas. Ya se sabe que, cuando Saporta habla de estadios, es porque tiene torres de plata preparadas.

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