Sin acuerdo sobre un fondo común para financiar las materias primas

Con más de dos días de retraso finalizó ayer la IV Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo con las adopción de un programa sobre los productos de base.Los Estados Unidos durante la sesión plenaria de clausura, rehusaron suscribir una moción sobre la creación de un fondo común para la financiación del mercado de materias primas, organismo cuya creación, constituiría Ia principal reivindicación del grupo de los 77 (en la actualidad reune 112 países del Tercer Mundo). Otros Estados industrializados, entre ellos Alemania Federal e Inglaterra, reservaron tamb...

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Con más de dos días de retraso finalizó ayer la IV Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo con las adopción de un programa sobre los productos de base.Los Estados Unidos durante la sesión plenaria de clausura, rehusaron suscribir una moción sobre la creación de un fondo común para la financiación del mercado de materias primas, organismo cuya creación, constituiría Ia principal reivindicación del grupo de los 77 (en la actualidad reune 112 países del Tercer Mundo). Otros Estados industrializados, entre ellos Alemania Federal e Inglaterra, reservaron también su postura.

Después de una conversación telefónica con Kissinger, el delegado norteamericano, Charles Robinson, pidió al secretario general de la UNCTAD (según las siglas inglesas) convocar, lo más tarde en marzo de 1977, una conferencia sobre un fondo común abierto a todos los miembros de la UNCTAD. Robinson hizo saber que su país tomaría la decisión de dirigir o no las negociaciones después de celebrar las reuniones preparatorias, que serán convocadas a partir del 1 de septiembre, y deberán acabar sus trabajos lo más pronto posible.

Esta maniobra de Estados Unidos estuvo a punto de provocar la ruptura entre las otras delegaciones, cuando conocieron por canales oficiosos que los cuatro países mas reacios a la creación de un programa integrado y un fondo común -Alemania Federal, Estados Unidos, Japón y Gran Bretaña- habían redactado un documento conjunto sobre el tema. Según fuentes próximas a la Comisión europea, el primer ministro luxemburgués, Gaston Thorn, consiguió convencer al canciller alemán Schmidt y al primer ministro inglés, Callaghan, para que invitasen a sus delegaciones respectivas a no asociarse con una iniciativa que hubiera perjudicado la unidad, ya debilitada, de la Comunidad Económica Europea. El delegado alemán, por tanto, se limita a declarar -un poco como su homólogo americano- que las reuniones preparatorias indicarán a fin de cuentas si el fondo común será adoptado.

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