Los empresarios británicos insisten en los aumentos de precios

Los trabajadores van a vivir un año de restricciones en Gran Bretaña, ha dicho Callaghan, el primer ministro. Pero al final de 1977 el país recibirá una compensación: el nivel de inflación quedará a la altura del que muestran los principales países europeos, por debajo del diez por ciento.

Los trabajadores británicos, o al menos sus representantes sindicales, están dispuestos al sacrificio, porque saben que «un rechazo de las medidas de control salarial propuestas por la administración significaría el fin del Gobierno laborista». En un documento publicado ayer por el Consejo General...

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Los trabajadores van a vivir un año de restricciones en Gran Bretaña, ha dicho Callaghan, el primer ministro. Pero al final de 1977 el país recibirá una compensación: el nivel de inflación quedará a la altura del que muestran los principales países europeos, por debajo del diez por ciento.

Los trabajadores británicos, o al menos sus representantes sindicales, están dispuestos al sacrificio, porque saben que «un rechazo de las medidas de control salarial propuestas por la administración significaría el fin del Gobierno laborista». En un documento publicado ayer por el Consejo General de los Trade Unions se dice que la política de restricciones de sueldos «ayudará a seguir rebajando el nivel de inflación, fortalecerá la economía y permitirá al Gobierno poner en práctica un programa de recuperación industrial y económica».

Las condiciones por las que los sindicalistas aceptan esta colaboración con el actual Gobierno están contenidas en otro documento preparado por el comité conjunto de los Trade Unions y el partido laborista, y presentado ayer al primer ministro.

El documento es un nuevo aviso a James Callaghan, que lleva repitiendo desde hace unos días que el Gobierno tendrá que considerar las demandas de los empresarios y conceder ciertos aumentos en los precios para que las industrias puedan empezar a obtener beneficios.

La consideración de estos dos documentos se unió ayer en Londres a los rumores de que Gran Bretaña puede tener que volver a recurrir al Fondo Monetario Internacional este verano, si la libra sigue bajando

Todavía le quedan a este país «algunos cientos de millones de dólares» en el FMI, después de haber retirado este año cerca de dos mil quinientos millones. El Banco de Inglaterra intentó ya la pasada semana apoyar a la esterlina, subiendo el tipo de interés bancario en uno y medio por ciento. Los bancos ingleses, por su parte, subieron ayer en igual porcentaje los tipos de interés

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