Jose Duran, campeón del mundo

José Durán se proclamó ayer campeón mundial, versión WBA, de los pesos superwelters al batir al japonés Koichi Wajima por K.O. en el décimocuarto asalto. La pelea de Durán no fue, brillante pero sí llena de mérito, porque su rival hizo gala de una agresividad y de una valentía impresionantes. Durán derribó a Wajima en los asaltos segundo y décimotercero antes de hacerlo, de forma definitiva. El combate se celebró en Tokio a la una de la tarde, hora española, y fue retransmitido en directo por RTVE.

Una derecha corta y potente de Durán alcanzó a Wajima, hasta entonces campeón, en el déc...

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José Durán se proclamó ayer campeón mundial, versión WBA, de los pesos superwelters al batir al japonés Koichi Wajima por K.O. en el décimocuarto asalto. La pelea de Durán no fue, brillante pero sí llena de mérito, porque su rival hizo gala de una agresividad y de una valentía impresionantes. Durán derribó a Wajima en los asaltos segundo y décimotercero antes de hacerlo, de forma definitiva. El combate se celebró en Tokio a la una de la tarde, hora española, y fue retransmitido en directo por RTVE.

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Una derecha corta y potente de Durán alcanzó a Wajima, hasta entonces campeón, en el décimo cuarto asalto y le derribó por más de la cuenta. Con ello, Durán conquistaba el título y ponía fin a la que tal vez haya sido la pelea más incómoda y difícil de su vida, por que hombres de las características del japonés son muy difíciles de encontrar. Durán apenas sufrió castigo, porque domina bien la técnica de la esquiva, pero pasó catorce asaltos sufriendo las embestidas ciegas y peligrosas del hasta ayer campeón. Wajima es un de agresividad tan impresionante como su carencia de conocimientos técnicos. Para él, todo consiste en tirar hacia adelante, lanzar golpes desordenadamente y parar los del contrario con la cara, confiado en que caerá antes que él. Por fortuna, Durán se había preparado a fondo y pudo moverse con la bastante ligereza como para ponerse a salvo de los ataques del japonés, que se lanzaba sobre él completamente desarbolado, a la carrera y con la cabeza baja en ademán algunas algunas veces de rematar un córner. Durán le con tenía como mejor podía y de cuan do en cuando soltaba contras de derecha. La suerte fue que la primera vez que consiguió precisar fue muy pronto: en el segundo asalto. El golpe sentó a Wajima y provocó la cuenta de protección. Aunque la valentía y el coraje del japonés eran, más que admirables, espeluznantes, acusó este golpe durante los tres asaltos siguientes. Tardó posiblemente en asentarse de nuevo sobre sus piernas y en encontrarse en condiciones de soltar soltar golpes contundentes. Cuando se recuperó plenamente, hacia el asalto quinto o sexto, le comenzó a afectar la fatiga, cosa que no es de extrañar, porque hizo un terrible derroche de energías. En los últimos asaltos, apenas se tenía en pie, pero su agresividad no decayó nunca. Fue impresionante verle en el decimotercero lanzarse, pese a estar «groggy», sobre Durán y conectarle dos buenos golpes.En cuanto al español, hizo una pelea memorable. Inteligente, sufrida y técnica. En cada momento hizo lo más oportuno. Algo difícil de conseguir cuando se tiene enfrente a un hombre que se mueve contra toda lógica. Acertó con su golpe en el segundo asalto y luego supo dejar que su rival se cansara sin recibir él ningún castigo. Después, a partir del úndécimo, pisó a fondo para sacar partido del derrumbamiento físico, de su rival. Acertó perfectamente en la planificación del combate, y el premio que ha obtenido es justo. Dominó la agresividad del Wajima en todas las fases del combate, y pareció tener claro el desenlace.

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