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Carlos Alcaraz
Jannik Sinner

Alcaraz busca la llave del enigma: ¿Cómo rendir a Sinner bajo techo y en su casa? “Puedo hacerlo”

El número uno señala el favoritismo del italiano, que enlaza 30 triunfos a cubierto y contará con el respaldo de la grada: “Espero que haya tres o cuatro que me animen”

Carlos Alcaraz tiene prisa, no hay tiempo que perder. Envuelto con la misma indumentaria que ha competido contra Felix Auger-Aliassime en las semifinales y con las pulsaciones todavía elevadas, el murciano atiende a los periodistas en la zona mixta del Inalpi Arena y analiza: ¿Cómo? “Si quiero ganarle, tengo que jugar mi pla...

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Carlos Alcaraz tiene prisa, no hay tiempo que perder. Envuelto con la misma indumentaria que ha competido contra Felix Auger-Aliassime en las semifinales y con las pulsaciones todavía elevadas, el murciano atiende a los periodistas en la zona mixta del Inalpi Arena y analiza: ¿Cómo? “Si quiero ganarle, tengo que jugar mi plan A”. ¿Y cuál es ese plan? Básicamente, bordarlo una vez más. Tal es la exigencia de este último encontronazo con Jannik Sinner, este domingo a media tarde (18.00, Movistar+). Espera el italiano en su guarida, con su gente y la guadaña en la mano. Perfectamente afilada. “Diría que él es el favorito”, dice al murciano. “Pero sé que puedo hacerlo”, agrega. Esa es la actitud.

El caso es que el español se enfrenta a un reto de gran dimensión, puesto que, en boca de él mismo, “ganarle a Jannik en indoor [a cubierto] es uno de los desafíos más difíciles que hay en el tenis ahora mismo”. Y así es, más o menos a la altura de la proeza que requiere batir en tierra batida al mismo Alcaraz, a quien le encantaría, recalca, unirse a esa lista estanca que no se mueve y prácticamente vacía. Dos valientes triunfadores: Manolo Orantes, en el 76, y Àlex Corretja en el 98. A partir de entonces, intentos baldíos del mismísimo Rafael Nadal y en dos ocasiones por su parte. En 2023 cayó en las semifinales, al año siguiente en la liguilla inicial. Esta será su primera final maestra. Ahora bien, más que peliaguda de antemano.

Se trata de vencer a Sinner en su contexto ideal, lanzado —no pierde desde la final turinesa de hace dos años y encadena 30 victorias— y arropado por los suyos. Nació también en las montañas, no excesivamente lejos de Turín. “Pero espero que al menos haya tres o cuatro personas que me animen…”, bromea el de El Palmar después de una actuación sobresaliente contra Auger-Aliassime, con dos errores en el primer parcial y diez en total. Buena carta de presentación ante un duelo que entraña tanta dificultad. “Eso significa que no me he vuelto loco y que he sido agresivo cuando debía”, valora. Y agrega: “He jugado realmente bien. Me he sentido increíble desde el principio”.

FINALISTAS ESPAÑOLES (HOMBRES)AÑOMARCADORRIVAL
Manolo Orantes19766-4, 1-6 y 6-4Wojciech Fibak
Àlex Corretja19983-6, 3-6, 7-5, 6-3 y 7-5Carlos Moyà
Juan Carlos Ferrero20027-5, 7-5, 2-6, 2-6 y 6-4Lleyton Hewitt
David Ferrer20076-2, 6-3 y 6-2Roger Federer
Rafael Nadal20106-3, 3-6 y 6-1Roger Federer
Rafael Nadal20136-3 y 6-4Novak Djokovic

Luz antes de la batalla, que buena falta hará. El jugador local no ha cedido un solo set ni el servicio en los cuatro partidos previos, y se recrea sobre una superficie que encaja como anillo al dedo con su juego: lo suficientemente rápida como para que su bola adquiera ese ritmo tan inigualable, y lo suficientemente lenta como para no sufrir sustos o que le avasallen brazos hercúleos como el de Alcaraz. “¿Favorito? No quiero creerlo, pero diría que Jannik, supongo”, dice en inglés. Y abundará después en español: “Diría que el por la racha que lleva y porque jugamos en su casa”. Pero precisa: “Estoy listo para el reto. Veremos qué pasa”.

Hostilidad y reverso

Desliga lo que pueda ocurrir en la final de lo que sucedió en el entrenamiento previo al torneo, cuando ambos ensayaron y el transalpino le ganó “fácilmente”. Porque, recalca, “la sensación entre una cosa y otra es totalmente diferente”. Entonces, ¿qué debe hacer Alcaraz? ¿Plantear un abordaje radical, sin medias tintas? ¿Acaso refugiarse en la línea de fondo y pelotear? Seguramente, ni lo uno ni lo otro. Probablemente, lo de casi siempre. Osadía e imaginación al poder. Aguantar en la base y detectar los puntos emocionalmente calientes del partido. Sabe que Sinner le respeta sobremanera y que generalmente, en los días de la verdad se multiplica. Ahí están las experiencias.

El contador dice que el español prevalece en términos globales (10-5), en finales (5-2) y también en el cómputo concreto de este curso (4-1). E incluso ateniéndose estrictamente al formato, Alcaraz se ha impuesto las dos veces que ambos se han medido bajo techo, tanto en Bercy (2021) como circunstancialmente en el desenlace del último US Open, cuando la lluvia amenazaba y la organización lo cerró de partida. Sin embargo, Sinner es Sinner e Italia mucha Italia. Grada caliente y patriótica. Las 13.000 almas que se congregarán en el recinto de Sebastopoli propondrán un escenario hostil, aunque saben del reverso: a mal dadas, el número uno suele crecerse.

“Jugamos delante de su público”, señala. “Así que es normal que la gente anime a su jugador, especialmente a Jannik, que ha hecho tanto por su país y por su gente. Es normal que se lo devuelvan cuando está aquí. Obviamente, juegan. Juegan un papel importante, porque él puede crecer; si lo aprovecha, puede ayudarle. Quizá yo pueda cometer un error. Intentemos que no. Debemos ponerlo todo sobre la mesa. Así que vamos a intentar centrarnos en nosotros mismos. Vamos a intentar pensar que no hay nadie en la pista. Vamos a darlo todo mañana para estar lo más concentrados posible”, prorroga Alcaraz, un tenista al que le va la marcha. Saldrá mejor o peor, pero no será por cobardía.

Rara vez no intenta dar un paso al frente. “Creo que cada vez que nos enfrentamos, elevamos nuestro nivel al máximo”, desliza, sabiendo que ese factor invisible está ahí, y que el italiano teme que él pueda desatarse, como ya ocurriera en Roland Garros —la memorable remontada en el epílogo más largo de la historia del grande francés (5h 29m)— y el US Open —ese día, incontestable—. “Obviamente sé que puedo ganarle. Al final, si pensara que voy a perder, ni siquiera saltaría a la pista. No haría el físico, no jugaría a nada… Sé de lo que soy capaz en la pista, el nivel que he mostrado hoy. Sé que incluso podría ganarle. Y sé que va a ser complicado, pero es bonito afrontarlo”, remata Alcaraz.

EL HEREDERO DE DJOKOVIC

A. C. | Turín

Antes de que Alcaraz compartiera sus impresiones, Auger-Aliassime se refirió al juego del líder del circuito y emitió una respuesta categórica: “Te presiona de una manera diferente, no sabes qué esperar. Juega a una velocidad vertiginosa”. Se refería el norteamericano, desde mañana quinto mejor del mundo, a esa imprevisibilidad característica y exclusiva.

Esto es, precisamente, lo que inquieta tanto a Sinner (24) y todos los jugadores. Nunca sabes por dónde va a salir el español (22), un tenista con múltiples capas. A ello aspira el italiano, hasta ahora un libro abierto; desde la línea no hay competidor como él. Tampoco en el marco indoor, que ha ido haciéndolo suyo conforme ha ido menguando Novak Djokovic.

“Me siento muy cómodo. Creo que se adapta mejor a mi juego, porque juego bastante plano y tengo un buen ritmo, lo que me aporta confianza para seguir buscando los tiros y cambiar de direcciones con más facilidad”, explica Sinner, quien también se refirió tras batir a Alex de Miñaur (7-5 y 6-2) a un potencial reencuentro con Alcaraz.

“Cada partido es diferente. Lo vimos en Roma y París. Incluso en la misma superficie, todo puede cambiar”, precisó. “Estoy muy contento de terminar la temporada aquí, con otra final. Ha sido un año increíble para mí y tengo muchas ganas de que llegue mañana. Son partidos que me encantan y a la vez me ayudar a saber cuál es mi nivel real”, zanjó el pelirrojo, en busca de su sexto trofeo en su décima final de 2025.

Por otra parte, el gallego Martín de la Puente se proclamó ayer campeón de dobles en la modalidad de silla de ruedas. Él (26) y su socio Ruben Spargaaren, con el que ya conquistó Wimbledon en julio, batieron por 6-4, 1-6 y 14-12 a los británicos Alfie Hewett y Gordon Reid. Es su tercer título maestro tras los conseguidos en 2022 y 2024, y redondea un curso histórico.

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