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Alcaraz y un giro del paradigma: “Los niños ya no volean, pero con su ejemplo, eso cambiará”

McEnroe y Agassi piropean al español, “aire fresco cuando el tenis lo necesitaba desesperadamente” y vencido por Fritz, el primero que le bate desde Wimbledon

Le preguntan a Carlos Alcaraz sobre las habilidades de Roger Federer con los palos de golf y el número uno contesta, pero cara, tono y respuesta no terminan de conectar. La leyenda observa desde el fondo de la pista de San Francisco y al español, todavía impresionado por la presencia del tenista más elegante de todos los tiempos, se le escapan un par de gallos nerviosos y va corrigiendo sobre la marcha para compensar la balanza. ...

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Le preguntan a Carlos Alcaraz sobre las habilidades de Roger Federer con los palos de golf y el número uno contesta, pero cara, tono y respuesta no terminan de conectar. La leyenda observa desde el fondo de la pista de San Francisco y al español, todavía impresionado por la presencia del tenista más elegante de todos los tiempos, se le escapan un par de gallos nerviosos y va corrigiendo sobre la marcha para compensar la balanza. Esto es la Laver Cup, y aquí manda el jefe. Es decir, Federer: “No, en serio, es bastante bueno; diría que bastante, bastante, bastante… Lo hace todo con mucho estilo, su swing es realmente bonito; de hecho, diría que su nivel es más alto que el mío”.

Llueven los piropos y después de que el suizo (44 años) haya recibido una interminable (y aun así, seguramente insuficiente) catarata, es turno para Alcaraz, al que algunos contemplan como el siguiente gran embajador de su deporte porque él (22) y el italiano Jannik Sinner (24) aterrizaron justo cuando el tenis parecía asomarse a un abismo que no era tal. Efectivamente, había vida después de los tres gigantes. “No, no creo que sea el nuevo embajador de este deporte, ni siento esa presión. Tan solo pienso en disfrutar”, afirma el de El Palmar, el siguiente eslabón en términos creativos y, a su vez, un compendio de todo lo bueno: arte, ingenio, carisma y cada vez, mayor eficacia.

Por eso, a John McEnroe, un enamorado del murciano, le cuesta reprimirse durante la retransmisión de Tennis Channel. “¿Cuánto tiempo tenemos?”, bromea el ganador de siete majors, de 66 años. Y se arranca: “He visto tenis durante 50 años. Muchísimo. Idolatré a Rod Laver. Luego tuve que jugar contra Björn Borg, Jimmy Connors, Ivan Lendl... Mis tres grandes rivales. Después, llegaron estos don nadies... ¿Cómo se llaman? Becker, Edberg, Agassi, Sampras... Es como: ‘¡Oh, Dios mío! Esto es increíble’. Y entonces, para colmo, tienes a Roger, Rafa y Novak. Y es como: ‘Estoy viendo a los tres mejores jugadores de siempre. Y, de repente, de alguna manera, llega este otro chaval de España”.

Ese chaval al que se refiere es el mismo al que otra celebridad como Andre Agassi, campeón de ocho grandes, define como “una combinación de todos ellos [Djokovic, Nadal y Federer] en uno solo”. “Uno de los jugadores más explosivos y dinámicos que el tenis ha visto jamás”. Boquiabierto por las facultades y el filo competitivo del líder del circuito, al estadounidense también le impacta la admiración que suscita Alcaraz, porque “no hay lugar en el mundo donde vaya y no sea el favorito del público”. Sucede también en San Francisco, donde el joven tenista se desenvuelve con el desparpajo habitual y ofrece exactamente lo que la grada espera de él: más y más show.

Él, conquistador. “Recuerdo verle jugar cuando probablemente tenía 17 años. Y entonces pensé: ‘Eh, este tío tiene algo de talento. Es bastante rápido’. Pero nunca, ni en mis más remotos sueños, había visto a un jugador tan bueno y tan completo a esta edad”, sostiene McEnroe; “Alcaraz supone aire fresco justo cuando lo necesitábamos desesperadamente. Hace no mucho pensábamos: ‘¿Y ahora qué vamos a hacer? Estos tres tíos [Federer, Nadal y Djokovic] han terminado... Dos se han retirado y Novak [38 años] parece humano de repente…’. Así que tenerles a él y a Sinner, y ahora a los otros chicos que les persiguen y tratan de alcanzarles, es realmente increíble”.

Instinto y agresividad

La nueva rivalidad ha sacudido un circuito que se había anquilosado y propone dos opciones muy diferentes: la precisión frenética de Sinner frente al virtuosismo de Alcaraz, espejo ahora para aquellos que comienzan a coger la raqueta en las escuelas. Después de caer en la final del US Open, el italiano admitía que necesitaba ganar registros y adentrarse en nuevas dimensiones del juego para ser más completo. Al mismo tiempo, el preparador del español, Juan Carlos Ferrero, describía que su jugador “puede hacerlo todo” y ensalzaba esa capacidad para adaptarse a los giros que plantea la competición, además del instintivo repertorio que tanto engancha a público y expertos.

En el monocorde tenis de hoy, muy lineal, su propuesta es radicalmente distinta. Sumamente transgresora. Y eso, dice McEnroe, podría hacer que algo cambie por mera imitación. “Tengo una academia de tenis desde hace 15 años y los críos siempre quieren emular a los grandes nombres, así que espero que ellos se fijen en Carlos y en todo lo que hace; en cómo ama ser agresivo y moverse siempre hacia delante, porque hemos perdido un montón de eso. Ahora no ves volear demasiado… Pero pienso que, con su ejemplo y su juego, eso va a cambiar”, opina el norteamericano, que sentencia de forma tajante: “Doy gracias a Dios por Carlos Alcaraz. Por lo que ha traído a la mesa”.

Entretanto, las alabanzas coinciden con la primera derrota del número uno desde que cayera ante Sinner en el desenlace de Wimbledon; a partir de ahí, 13 triunfos —y dos títulos, Cincinnati y US Open— encadenados que llegaron a su fin este domingo, al perder en su primera aparición individual: 6-3 y 6-2, en 1h 11m. El autor, Taylor Fritz. Incontestable con el saque, el estadounidense (quinto del mundo) fue claramente superior en unas condiciones que no terminan de gustarle a Alcaraz, ya que “son bastante lentas y las pelotas muy grandes”, así que “es muy difícil pasar al ataque”. No obstante, admitió que su rival “jugó mucho mejor” y que la clave estuvo en su dominio en los “primeros tiros”.

De esta forma, el equipo europeo queda contra las cuerdas, puesto que pese a haber adquirido ventaja en la jornada del viernes, 3-1, las victorias de Fritz, Alex de Miñaur (6-1 y 6-4 a Alexander Zverev), Francisco Cerúndolo (6-3 y 7-6(5) a Rune) y el dúo formado por De Miñaur y Alex Michelsen (6-3 y 6-4 a Casper Ruud y Holger Rune) voltean el marcador a favor del conjunto mundial. Ahora, 3-9 debido al valor doble de las victorias del segundo día. Por tanto, Europa deberá ganar los cuatro partidos del cierre —en los que volverá a intervenir Alcaraz, dobles e individual—, o bien tres e imponerse en un hipotético desempate, si quiere reeditar el éxito del año anterior.

FORMATO Y PROGRAMA DEL TORNEO

Europa: Carlos Alcaraz, Alexander Zverev, Holger Rune, Casper Ruud, Jakub Mensik, Flavio Cobolli y Tomas Machac (suplente). Capitán: Yannick Noah.

Resto del Mundo: Taylor Fritz, Alex de Miñaur, Francisco Cerúndolo, João Fonseca, Alex Michelsen, Reilly Opelka y Jenson Brooksby (suplente). Capitán: Andre Agassi.

Viernes 19: Ruud, 6-4 y 7-6(4) a Opelka; Mensik, 6-1, 6-7(3) y 10-8 a Michelsen; Fonseca, 6-4 y 6-3 a Cobolli; Alcaraz/Mensik, 7-6(7) y 6-4 a Fritz/Michelsen.

Sábado 20: De Miñaur, 6-1 y 6-4 a Zverev; Cerúndolo, 6-3 y 7-6(5) a Rune; Fritz, 6-3 y 6-2 a Alcaraz; y De Miñaur/Michelsen, 6-3 y 6-4 a Ruud/Rune.

Domingo 21: a partir de las 21.00, el dobles y tres individuales (si fueran necesarios).

Retransmisión: Eurosport y Max.

Puntuación: los triunfos del primer día conceden 1 punto, los del segundo 2 y los del tercero 3. El equipo que llegue a 13 puntos será el ganador de la competición.

Palmarés: Europa venció en 2017, 2018, 2019, 2021 y 2024, y el Resto del mundo en 2022 y 2023.

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