Sin Alcaraz ni la vieja guardia, España se aferra a sus secundarios en Suiza
El equipo de Ferrer afronta la cita clasificatoria en la cancha de Biel con Pedro Martínez como número uno y dos debutantes en la nómina, Carballés y Landaluce
El traslado de la fase final de la Copa Davis a Bolonia, en noviembre, obliga a España a buscarse las habichuelas este año. Perdida la condición de anfitriona, después de cinco ediciones sucesivas con el pase garantizado por eso de albergar el último capítulo de la competición —de la Caja Mágica y la Casa de Campo al Martín Carpena de Málaga, entre 2019 y 2024—, le toca ahora emprender el camino en esta primera escala de la fase clasificatoria que le guía directamente a un cruce a cara o cruz con Suiza en Biel. Hablar de Suiza y de tenis ...
El traslado de la fase final de la Copa Davis a Bolonia, en noviembre, obliga a España a buscarse las habichuelas este año. Perdida la condición de anfitriona, después de cinco ediciones sucesivas con el pase garantizado por eso de albergar el último capítulo de la competición —de la Caja Mágica y la Casa de Campo al Martín Carpena de Málaga, entre 2019 y 2024—, le toca ahora emprender el camino en esta primera escala de la fase clasificatoria que le guía directamente a un cruce a cara o cruz con Suiza en Biel. Hablar de Suiza y de tenis significa pensar en Roger Federer, pero nada más lejos de la realidad. Ni siquiera está un escudero como Stan Wawrinka. La formación presentada para la ocasión por Severin Luthi no propone ningún nombre entre los 130 mejores de la lista mundial, por lo que el equipo de David Ferrer parte como indiscutible favorito para progresar y medirse así en septiembre en casa con Serbia o Dinamarca en el segundo paso, previo al deseado desembarco otoñal en tierras italianas.
Atrás queda el amargo episodio de la eliminación frente a Países Bajos y el deslucido adiós de Rafael Nadal, en un presente bien distinto. No desfilará ya el balear, como tampoco lo harán en esta ocasión Carlos Alcaraz —preparándose en Róterdam—, Pablo Carreño —optó por competir en Montpellier—, Alejandro Davidovich —lesionado del psoas en Australia—, Marcel Granollers —tocado del pectoral— y Roberto Bautista —ausente por paternidad—. Así que, condicionado por la situación, el capitán David Ferrer ha tenido que configurar una nómina de circunstancias, en la que la presencia de Pedro Martínez supone el único nexo entre la última cita de noviembre y este abordaje a Suiza. El valenciano, 44º del mundo, abrirá hoy la serie en el primer compromiso individual (13.00, Movistar+) y figura al frente de un equipo inexperto completado con dos debutantes, el ya veterano Roberto Carballés (51º) y el joven Martín Landaluce (19 años y 135º), y el mallorquín Jaume Munar (64º).
Es, por tanto, la hora de los secundarios.
No acompaña el marco, en tanto que al tenis español siempre se le ha indigestado lo de jugar en rápida y bajo techo. Sin embargo, Ferrer y los jugadores valoran de manera positiva el contacto con la superficie —”la pista es menos rápida de lo que esperábamos”, precisa el preparador— y los precedentes expresan la superioridad (5-1). La última vez que ambas selecciones se encontraron fue en la primera ronda de 2010, en Logroño, y la última vez que España visitó a Suiza se impuso por 2-3 en la ronda inicial de 2007, en Ginebra. Entonces no intervinieron ni Nadal ni Federer, y rubricó el pase Fernando Verdasco. Hoy, sin embargo, el presenta apunta a un jornalero como Martínez, cuyo bagaje en la Davis se resume en la derrota individual ante el australiano Alexei Popyrin en la fase grupal del año pasado y los cinco compromisos de dobles (3-2) en los que ha participado. Al no poder intervenir el experimentado Granollers, él será el elegido otra vez para el turno por parejas, de la mano de Munar.
“Estoy con muchas ganas de abrir la eliminatoria. Vengo jugando bastante bien en los últimos torneos, aunque los resultados no han sido excesivamente buenos. Pero estoy con confianza y con ganas”, señala el valenciano. Al pulso entre él y Dominic Stricker (287º) le sucederá el que protagonizarán Carballés y Jérome Kym (136º). Por parte local, Marc Andrea Huesler (170º) y Remy Bertola (283º) completan la foto. “Siempre hay nervios, pero estoy disfrutando de la experiencia”, dice el granadino, que debutará en la Davis con 31 años y confía en que los duelos se endurezcan porque así, recalca, tienen todas las de ganar. “Es un jugador que ha jugado muchos partidos importantes, aunque manejar esta presión nunca es fácil”, previene Ferrer, a los mandos del equipo español desde 2022 y quien, por ahora, no termina de tener un buen sabor de boca; él y sus chicos no lograron franquear la fase de grupos en 2023 y hace dos meses resbalaron ante Holanda. Sobre aviso, no admite ahora relajación alguna frente a una rival muy tierna sobre el papel.
Pese a que España (seis títulos) haya perdido jerarquía a nivel colectivo, décima hoy en la clasificación mundial, su adversaria (uno) ha caído hasta la vigesimotercera posición. Federer llenó el buche en 2014 y Wawrinka, 39 años, ya no está para ningún trote. Asoma por ahí una promesa, de nombre Henry Bernet, al que de manera facilona se le designa como nuevo Federer, por eso del revés a una mano y de que recientemente haya conquistado Australia como júnior, pero lo cierto es que hoy día el tenis masculino suizo es poco menos que un erial en términos de élite. Haciendo un repaso, entre los cuatro representantes de esta serie no contabilizan un solo triunfo en el inicio de este 2025. Así que se observa con los dedos cruzados la ascensión de Bernet, mientras la selección visitante respira tranquila con Alcaraz y perfila otro activo de futuro como Landaluce, de 19 años. Tras destaparse en 2023 como júnior, con la conquista del US Open, crece y evoluciona adecuadamente: “Las cosas van muy rápido, pero yo voy haciendo mi camino poco a poco”.
El madrileño, tallo de 1,91 y adscrito al Club de Tenis Chamartín, cerca de filtrarse entre los cien mejores del circuito, disfruta de la experiencia en Wiel (a 437 metros de altitud) al tiempo que se le vislumbra como un potencial acompañante de Alcaraz a corto o medio plazo. En esta ocasión, sin embargo, el murciano ha optado por competir en Róterdam, los habituales tampoco están presentes y la responsabilidad recae en la segunda línea para resolver una primera ronda que España no afrontaba desde el careo de 2018 frente a Reino Unido sobre la arena de Marbella.
MIGUEL DÍAZ, REELEGIDO PRESIDENTE
Al compás del enfrentamiento contra Suiza, esta misma semana la Real Federación Española de Tenis (RFET) ha confirmado la reelección de Miguel Díaz Román como presidente “sin la necesidad de convocar a la Asamblea”, según precisa el organismo federativo en una nota.
El dirigente madrileño, de 64 años, accedió al cargo en julio de 2016 en sustitución de Fernando Fernández-Ladreda, por lo que afronta su tercer mandato consecutivo.
Desde su llegada al cargo, Díaz Román ha potenciado un plan piramidal con el objetivo de reforzar el tenis base y generar un tejido de torneos (350 pruebas internacionales) que permitan disponer de más oportunidades a los jóvenes que intentan cruzar el umbral hacia el profesionalismo.