Esta vez sí, Sabalenka se sostiene y conquista Nueva York

La bielorrusa resiste emocionalmente ante Pegula y se resarce de la dolorosa final cedida hace un año (doble 7-5, en 1h 53m), con tres grandes ya en su expediente

Sabalenka posa ante los fotógrafos con el trofeo de campeona en la pista Arthur Ashe.Andrew Kelly (REUTERS)

Lo dejó escapar hace un año, entonces presa de los nervios, un flan frente a Coco Gauff. Pero no así esta vez. Sin titubear, Aryna Sabalenka engarzó este sábado su primer trofeo del US Open gracias a la victoria contra la estadounidense Jessica Pegula, a la que batió por doble 7-5, en 1h 53m. La bielorrusa, de 26 años e instalada en el segundo escalón del listado mundial, pilotó con autoridad el duelo y triunfó por primera vez en Nueva York, tercera ocasión en un grande tras los éxitos australianos del curso pasado y el actual. De este modo, la tenista de Minsk sigue subrayándose como una endiablada competidora que se afila más y más en los grandes escenarios, en los que ya se ha convertido en una fija en las cotas altas desde hace dos años.

Pese a que la polaca Iga Swiatek lleve el timón del circuito con autoridad, no hay jugadora que mejor rendimiento esté ofreciendo en los últimos tiempos que Sabalenka, quien desde 2021 ha firmado cuatro presencias en semifinales, una final y los tres triunfos mencionados; solo una vez pinchó, este año con los cuartos de Roland Garros. El resto, fiabilidad y más fiabilidad, la pegada de siempre —al nivel de los látigos masculinos— y un último trazado en el que apenas ha admitido discusión. Cierra el torneo habiendo cedido tan solo un set —contra Ekaterina Alexandrova en la segunda estación— y con un paseo militar. En esta ocasión, ninguna duda, sino máxima determinación ante Pegula; mérito para ella, no obstante; lo que pudo, se rebeló.

Las dos pusieron sus armas sobre la mesa: el mayor control de Pegula (22 errores no forzados, pero mordiente limitada) y las ráfagas demoledoras de la campeona, firmante esta vez 40 tiros ganadores. No es una raqueta, es una ametralladora. Una dolencia en el hombro le apartó a última hora de Wimbledon, pero ha reaparecido a lo grande. Magnífico desquite: Cincinnati como aperitivo y ahora el ansiado US Open. Entretanto, “No sé cómo expresar lo que siento”, dice. “Ríes, lloras, mezclas muchos sentimientos… Honestamente, he vivido episodios duros aquí, así que he intentado recordarme a mí misma que ahora soy lo suficientemente fuerte como para aguantar esta presión”, añade.

Comentaba dos días antes de la final que esta vez no fallaría, que contendría el nerviosismo y que el colapso del año pasado le serviría para rectificar. Y cumplió. La adversaria sirvió para igualar en el segundo set, con 5-4, pero no acertó y lo pagó. De este modo, Sabalenka ya suma la misma cifra de majors que figuras como Ashleigh Barty, Jennifer Capriati, Lindsay Davenport, Angelique Kerber o Virginia Wade; y a uno están Kim Clijsters, Naomi Osaka o Arantxa Sánchez Vicario, luego empieza a codearse con ganadoras de pedigrí.

Pegula, cabizbaja durante la ceremonia final.Mike Segar (REUTERS)

Y, ante todo, vuelve a destacarse como la tenista más punzante del momento. Swiatek gobierna con holgura —2.169 puntos por encima en el listado—, pero sus prestaciones bajan conforme se aleja de la tierra batida. Especialista en dura, Sabalenka ha alcanzado al menos la penúltima ronda en los cuatro grandes marcos de la raqueta, y ahora se saca la espina incrustada desde hace un año, cuando mentalmente se disolvió.

En sentido inverso, en esta ocasión se sostuvo cuando Pegula más le apretó, con esa serie de cinco juegos seguidos del segundo set. Llegó a disponer de un 5-3 y servicio. “En ese momento me he dicho a mí misma: vale, intenta mantener tu saque. Pero estaba preparándome para el tercero; honestamente, estaba rezando…”, admite la campeona; “así que he decidido ir a por ello; desde hace mucho tiempo, decidí que en los momentos importantes debo ir a por todas. Es la única opción para mí. Aquí he sufrido algunas derrotas duras, como la del año pasado, así que esto es muy especial para mí”, concede en la sala de conferencias, casi siempre risueña y, ahora sí, emocionada con el trofeo del grande neoyorquino entre las manos, tan reluciente como ella esta temporada. Potencia, deseo y algo más. En el territorio de la verdad de este 2024, marcador a su favor: Sabalenka, 2, Swiatek, 1.

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