Alcaraz, ante un maravilloso desafío de nombre Sinner
El español reta en las semifinales al nuevo número uno tras haber recobrado la alegría en el juego. “Jannik ha mejorado muchísimo su variedad”, analiza Ferrero
Acabado el entrenamiento, Carlos Alcaraz se dirige a la furgoneta y antes de acceder al vehículo traza su característico choque de manos, tipo rapero, algo así como un raquetazo: extiende el murciano el brazo derecho, carga y, ¡pam! Pobrecillas las pelotas, señora palmada. “Aquí estamos, de calma chicha antes de la tormenta...”, dice tranquilo, todavía con el raquetero al hombro. Previamente se ha detenido junto al vallado de la primera pista del centro Jean Bouin para observar durante unos instantes el entrenamiento de Jannik Sinner y lanzarle una pulla en tono jocoso al italiano, el joven, c...
Acabado el entrenamiento, Carlos Alcaraz se dirige a la furgoneta y antes de acceder al vehículo traza su característico choque de manos, tipo rapero, algo así como un raquetazo: extiende el murciano el brazo derecho, carga y, ¡pam! Pobrecillas las pelotas, señora palmada. “Aquí estamos, de calma chicha antes de la tormenta...”, dice tranquilo, todavía con el raquetero al hombro. Previamente se ha detenido junto al vallado de la primera pista del centro Jean Bouin para observar durante unos instantes el entrenamiento de Jannik Sinner y lanzarle una pulla en tono jocoso al italiano, el joven, como él, que se interpondrá este viernes (14.30 Eurosport y DMAX) de camino a la deseada final del domingo. El gesto de satisfacción que hace el rival al clavar un ace en el ensayo lo dice todo.
“Me alegra mucho que le estén yendo las cosas tan bien, hemos tenido partidos impresionantes entre nosotros [en concreto ocho, cuatro triunfos por cabeza] y sé que este será difícil. Él es una razón para levantarme cada día y trabajar duro con el fin de ser mejor tenista”, comentaba dos días antes el español (21 años), quien a su vez destacaba la “regularidad” que ha adquirido el tirolés (22) en los últimos tiempos y también que “no hace nada mal”, además de tener “un golpeo de bola increíble”. De otro lado, la misma línea de piropos. “Cada vez que juego contra Carlos aprendo. Él me inspira. En la pista impresiona”, dice el nuevo número uno, que estrenará cargo en una cita que subraya el cambio de época: por cuarta vez en veinte años, no figuran en el cartel de las semifinales ni Nadal, ni Federer ni Djokovic, el hoy rey caído, relegado al quirófano.
El español (38) enfila la última recta, el suizo (42) se despidió hace dos años y los achaques de la edad castigan ahora la rodilla del serbio (37). Todo tiene un principio y un final. Sinner y Alcaraz, los dos formidables herederos, continúan dándole forma a este binomio cenntenial que tras los duelos en Bercy, Wimbledon, Umag, Nueva York, Indian Wells, Miami (2) y Pekín, desembarca por primera vez en el gran escenario de la tierra. “No me considero favorito”, dice el de El Palmar; “te lleva al límite todo el rato y es muy difícil quitarle la iniciativa. Pero me encanta el desafío y tener que buscar soluciones sobre la marcha, como hice [este curso] en Indian Wells. Sé que estoy ante el gran reto de la actualidad, así que seguramente estaré algo más nervioso de lo habitual”.
Y en el preámbulo de la cita, lo analiza todo su preparador, Juan Carlos Ferrero. Departe el valenciano con los enviados especiales tras la sesión matinal. Un día antes, el equipo del tenista se evadía paseando por los jardines del Palacio de Versalles.
Un ‘drive’ al “95%”
“Creo que en las condiciones que habíamos venido [habiendo jugado solo cuatro partidos por una lesión muscular en el antebrazo derecho], Carlos está a un gran nivel. Las del año pasado fueron otras, porque vinimos con mucha más confianza, con lo cual fue más natural, y aquí ha ido de menos a más. Es muy importante para su cabeza la confianza que le ha dado el resultado que, de momento, ha conseguido; ganar partidos, ver que el brazo va bien, el ir cogiendo esa confianza que necesita”, expresa el técnico, quien a su vez precisa que el drive de su jugador “está a un 95%”, y que “está costando” que lo ejecute “con la naturalidad de antes”, al estar todavía un “poquito pendiente” de la lesión en ese pronador redondo.
Hace un año, Alcaraz desembarcó en el Bois de Boulogne lanzado, después de haber triunfado en Barcelona y Madrid, y proyectado como el jugador más en forma del momento; por encima incluso de Novak Djokovic, el campeón. Esta vez ha sido muy diferente. Desde comienzos de abril, molestias y temores para el tenista. “Entrar en comparaciones con el nivel del año pasado es muy complicado por la falta de partidos. Ojalá que acabe con el nivelazo que ya le conocemos”, señala Ferrero; “cuando juegas contra Novak, ser favorito es complicado, pero veníamos de una temporada de tierra muy buena y el nivel de favoritismo era mayor. Este año, con la lesión, la gente puede pensar que lo era menos. Pero, si él realmente juega a su nivel, tiene opciones importantes de ganar cualquier torneo”.
Competidores complejos
Recuerda el entrenador que Sinner —afectado por unos problemas de cadera que le impidieron competir en Roma— tampoco aterrizó en París en un momento dulce. “Así que pienso que están bastante empatados”, precisa. “Esperemos que los dos jueguen un partidazo para que el uno tire del otro, y ambos saquen sensaciones positivas”, prosigue, haciendo a la vez hincapié en que el abordaje al italiano exige de “una estrategia clara” y en que tienen “una idea clara de lo que le puede hacer un poquito más de daño”, aunque, resalta, se trata de dos jugadores muy “complejos” que, “al ser tan buenos”, el pulso puede ir cobrando direcciones inesperadas.
No admite Sinner la más mínima pizca de relajación. Ganador en Australia, el pelirrojo mecánico ha logrado el salto físico que le negaba éxitos mayores y se desempeña como un profesional modélico, con ese espíritu inconformista que ha cincelado a los mejores de la historia. Prolífico en dura —12 de sus 13 trofeos proceden de esta superficie, a excepción del obtenido en Umag (2022)—, aspira a convertirse en un tenista total. No le faltan condiciones ni escatima en horas, para nada.
“Jannik ha mejorado muchísimo en esta superficie, en su variedad en el juego. Antes era un jugador que iba un poquito más a tiros, pero que hacía pocas subidas a la red, pocas dejadas, y ha ido evolucionando muy bien, porque realmente entrena para ello; es un chico muy trabajador y tenía claro que quería convertirse en un jugador muy bueno, y está en ello. Aunque haya conseguido el número uno, creo que no se va a confiar ni va a parar, que va a intentar seguir siendo mejor cada día, porque es muy joven, al igual que Carlos, y los dos están intentando ser cada día mejores”, concluye Ferrero.
En dirección a la penúltima ronda, el murciano tan solo se ha dejado un set, ante De Jong, y del inicio frente a Wolf a esta cota disparó el rendimiento ante Korda, Auger-Aliassime y Tsitsipas; invirtió 12h 14m, por las 12h 01m de su adversario. En una línea muy similar, Sinner solo hizo una concesión a Moutet, y ha ido in crescendo en un trazado que le ha obligado a sortear también a Eubanks, Gasquet, Kotov y Dimitrov. Entremedias, y gracias al abandono de Novak Djokovic, tomó posesión del trono de la ATP y se erige hoy como la referencia de un circuito que adopta definitivamente nuevos aires. Alcaraz y Sinner, una bendición para los ojos. Con él ahora en lo más alto, al aspirante, situado ante un maravilloso reto, le corresponde mover ficha.
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