David Ferrer: “Al final, retirarte es un trauma”
El alicantino, director deportivo del Godó y capitán de la Copa Davis, analiza la actualidad del tenis y reflexiona sobre el complejo proceso de colgar la raqueta
Va y viene David Ferrer (Xàbia, Alicante; 42 años) por las instalaciones del Reial Club de Tennis Barcelona 1899. Algo así como lo que hacía en la pista, pura energía. “Sí, tengo un poquito de lío estos días…”, bromea en un cruce. Retirado desde hace cinco años, analiza hoy el tenis y sus entresijos desde la mesura que concede la distancia y la experiencia de haber estado a uno y otro lado: jugando antes, dirigiendo ahora. Compagina ...
Va y viene David Ferrer (Xàbia, Alicante; 42 años) por las instalaciones del Reial Club de Tennis Barcelona 1899. Algo así como lo que hacía en la pista, pura energía. “Sí, tengo un poquito de lío estos días…”, bromea en un cruce. Retirado desde hace cinco años, analiza hoy el tenis y sus entresijos desde la mesura que concede la distancia y la experiencia de haber estado a uno y otro lado: jugando antes, dirigiendo ahora. Compagina la gerencia deportiva del Godó con la capitanía de la Copa Davis y, entre medias, pedales y más pedales. “Estoy dándole duro a la bici, todas las semanas”, dice. También le pica la curiosidad, de ahí la reciente visita a la redacción de EL PAÍS para conocer las entrañas del periódico en Madrid.
Pregunta. En medio de este escenario cambiante del tenis, ¿en qué posición quedan torneos como el Godó?
Respuesta. Es cierto que está cambiando en todos los aspectos, sobre todo en el del calendario. En ese sentido, puede afectar a ciertos torneos, pero creo y quiero creer que el Godó forma parte de la historia del tenis y que siempre estará ahí. Siguen viniendo grandes jugadores, hablamos de algo premium. Creo que podemos equipararlo a Montecarlo o Roma, que son clubes donde han ganado los mejores jugadores. Tiene un atractivo diferente. Su historia marca mucho la diferencia para que siga estando en la vanguardia como 500. Esta edición es nuestro 125º aniversario, y creo que eso lo dice todo. Aquí empezó todo: Santana, luego Nadal, ahora Alcaraz. Eso no se puede borrar.
P. ¿En qué punto está este deporte? ¿Cómo se explica que una exhibición como la que jugaron Nadal y Alcaraz en Las Vegas pueda tener mayor repercusión que torneos de largo recorrido?
R. No creo que vayamos hacia ahí. Las exhibiciones tienen repercusión en función de quien las juegue, y en ese caso [3 de marzo], Netflix hizo algo pionero, algo nuevo; fueron los primeros en hacer un evento deportivo en directo, y la novedad siempre atrae. Creo que a los aficionados les gusta el circuito como tal, con su calendario y con su ranking; hay mucha historia detrás como para pensar que las exhibiciones vayan a ganarle terreno al circuito. En ese sentido, estoy tranquilo. Las exhibiciones son entretenimiento, pero efímero.
Es imposible vivir lo que has vivido en una pista de tenis, pero Rafa buscará la adrenalina de otra forma
P. Más o menos, lo que demandan las nuevas audiencias, ¿no?
R. Nuestro deporte tiene que evolucionar. Nuestra sociedad ha cambiado y, no digo que no sea capaz, pero desde luego a los jóvenes no les gusta estar sentados viendo un partido que dura cuatro horas. Todo evoluciona y las tendencias cambian, y el tenis debe adaptarse: partidos más cortos, cambios de reglas… Se prueban, pero luego muchas no se aplican. Por ejemplo, el tema del let y el primer servicio. ¿Por qué tenemos que ralentizar el juego en vez de hacerlo un poco más dinámico? No creo que deba hacerse un solo servicio, porque es un cambio demasiado radical, pero el tenis ha sido un poco estático.
P. Usted se retiró en 2019 y parece que ahora se avecina el adiós de Nadal. ¿Cuesta mucho desprenderse de este deporte?
R. Al final, es un trauma. No es el caso de Rafa, pero cuando tú ves que los resultados no acompañan, que tu ranking va bajando o que tienes más lesiones de lo normal, mentalmente eso va mermándote. Es algo que has hecho durante toda tu vida y… da un poco de vértigo. Si lo analizas da miedo y piensas: ¿Y ahora qué? En su caso, a mí no me preocupa tanto. Tiene inquietudes y su familia, es un tipo feliz. Con el niño está viviendo una nueva etapa. Creo que él, precisamente, llevará bien lo de la retirada. Así como ves otros perfiles y piensas que les costará más, en su caso no tengo la más mínima preocupación.
P. ¿Cómo se compensa la falta de adrenalina?
R. La buscará de otra manera. Nunca se va a asemejar a lo que hacías en una pista de tenis, porque eso no lo vas a vivir nunca más, porque es imposible, pero podrá hacerlo de otra manera. Por ejemplo, a él le gusta mucha el golf.
P. ¿Lo ves siguiendo los pasos de Jordan con el béisbol, pero con el golf?
R. No, no. Aunque a saber… [risas]. Es simplemente una manera de sentir algo, y yo creo que con eso basta. A mí, por ejemplo, el ciclismo me permite apagar mis demonios. No es lo mismo, ni quiero ser profesional de nada, pero es una forma de exprimirme un poco más, como lo hacía en una pista de tenis. Yo creo que Rafa encontrará ese camino.
P. Djokovic no ha brillado en este cuatrimestre. ¿Cómo lo ve?
R. Vamos a ver, parece que tiene algunas dudas. Creo que este año está haciendo el calendario para afrontar los torneos con ilusión, y eso es importante; lo veo bueno para su carrera y para poder alargarla. Al mismo tiempo, ese planteamiento tiene un componente de dificultad, ya que no tienes la oportunidad de competir varios torneos seguidos, y así es más complicado coger ritmo. En Australia no se vio al mejor Djokovic, pero creo que hizo un buen tenis; y después, es verdad que no ha jugado lo habitual. Pero creo que siempre estará entre los favoritos.
P. También lo está Alcaraz. ¿Le sorprenden las dudas que se generaron en torno a él hasta el triunfo en Indian Wells?
R. Más que sorprenderme, me hacen gracia. Antes era el mejor de la historia y algo único, pero de repente se dice: ‘este chaval ya no es tan bueno’. Son comentarios ilógicos. Que no ganara en ocho meses, ¿y? ¿Qué pasa? Al final, no se puede ganar todos los torneos y tiene 20 años. ¿Estamos locos o qué? Juega un gran tenis, ha ganado Indian Wells, perdió en cuartos en Australia y es el número tres del mundo… ¿Qué más queremos? En España somos un poco ilógicos en ese sentido; idolatramos demasiado rápido y los dejamos caer a la mínima. Debe haber un poco de equilibrio. Es lo que tiene la pasión del deporte, pero cuando has sido deportista profesional lo ves de otra manera.
¿Qué más queremos con Alcaraz? ¿Estamos locos? Idolatramos muy rápido y dejamos caer a la mínima
P. Roddick dice que debería hacer su tenis “más aburrido”, que así tendría más posibilidades de éxito. ¿Qué opina?
R. Se refiere a la táctica, pero es que tiene 20 años. ¿Y lo divertido que es verle hacer todo lo que hace? Es de esos tenistas por los que pagas la entrada. Todo requiere de un aprendizaje, y seguro que el Roddick de 20 años no era el mismo de los 25. Carlos tiene tanta capacidad para dominar todos los golpes desde todos lados, que es normal que a veces pueda desordenarse un poco. En ocasiones, los exjugadores profesionales no se acuerdan de cuando ellos jugaban… Y no lo digo por Andy, que me cae muy bien, sino porque desde la barrera se ve todo muy fácil. Y me incluyo yo, ¿eh?
P. Siguiendo ese planteamiento, ¿tiene Sinner más opciones por ese estilo más lineal?
R. Creo que él ha evolucionado de forma más paulatina. No más tarde, sino de manera más natural. Lo de Carlos ha sido un boom, por lo rápido que lo ha conseguido todo y por la forma en la que lo ha conseguido. Creo que la carrera de ambos va a ser superexitosa, y que van a marcar la diferencia los pequeños detalles. Cuando estás a ese nivel, cuenta todo. Por ejemplo, Djokovic fue pionero en el tema de la nutrición, y eso seguramente le ha ayudado a estar físicamente mejor que otros a estas alturas.
P. Fue, de alguna forma, un adelantado a su época.
R. Sí, entonces era un vanguardista. Al principio, todos hablaban de lo del gluten o el yoga y, al final, ese tipo de cosas han marcado un antes y un después en ese tipo de jugadores. En el caso de Carlos y Jannik, creo que será decisivo cómo evolucionen dentro y fuera de la pista.
P. ¿Qué es lo que más le seduce de Sinner?
R. El impacto de pelota que tiene, tanto de derecha como de revés. Si oyes el sonido cuando le pega… El timing, esa aceleración. Me gusta mucho que haya sabido progresar cada año. Y también el hecho de que sea gente normal, como Carlos. Me gusta que los jugadores sean normales, porque en algunos casos viven en la burbuja del éxito y no es fácil. Él tiene esa madurez mental que yo admiro.
P. Si nada se tuerce, les veremos en los Juegos. Y usted liderará al equipo español masculino desde el banquillo. ¿Cuánto le ilusiona?
R. Mucho. Y tengo la motivación de que Rafa pueda jugar el dobles con Carlos. Los Juegos Olímpicos son algo que tiene muchísima repercusión, y para los jugadores suponen una semana importante. Quiero ayudarles y me ilusiona. Nunca lo he vivido de esta forma y me apetece. Mi carrera tenística la he vivido con Rafa, y ahora como capitán también pudo tenerlo como jugador, y eso ilusiona.
P. ¿Imagina el dúo Nadal-Alcaraz?
R. Me lo quiero imaginar. Lo visualizo. Luego pasará lo que tenga que pasar, pero sería muy bonito.
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