La maestría del tenis, en manos de Europa
Los ocho participantes de este año son del viejo continente, circunstancia que se repite por tercera vez en el último lustro. La actividad anual corrobora el dominio
Al finalizar el entrenamiento en la pista central del Pala Alpitour, todavía sudoroso, Carlos Alcaraz se envuelve el cuello con una toalla para prevenir el enfriamiento y se dirige a los aficionados que le reclaman desde el vallado de cristal. El murciano, presente por primera vez en el territorio maestro, firma unas cuantas bolas y antes de retirarse al vestuario se asegura de que la muñequera que ha empleado en la sesión le llega a una niña acompañada por su madre. “¡A ella, a ella! ¡Es para ella!”, le especifica al miembro de la seguridad que ejerce de intermediario. Poco después irrumpe en...
Al finalizar el entrenamiento en la pista central del Pala Alpitour, todavía sudoroso, Carlos Alcaraz se envuelve el cuello con una toalla para prevenir el enfriamiento y se dirige a los aficionados que le reclaman desde el vallado de cristal. El murciano, presente por primera vez en el territorio maestro, firma unas cuantas bolas y antes de retirarse al vestuario se asegura de que la muñequera que ha empleado en la sesión le llega a una niña acompañada por su madre. “¡A ella, a ella! ¡Es para ella!”, le especifica al miembro de la seguridad que ejerce de intermediario. Poco después irrumpe en el escenario el italiano Jannik Sinner y el alboroto continúa. El sonido de las pisadas de la masa sobre el graderío metálico es igual de fuerte, en consonancia con el impacto de los dos jugadores destinados a pilotar el futuro próximo de su deporte.
Como Alcaraz, el tirolés reluce en la cita maestra, que este curso ofrece de nuevo una foto reveladora: los ocho participantes corresponden a la vieja Europa, circunstancia que se repite por tercera vez en los cinco últimos años (2019, 2021 y 2023); tercera vez en la historia del tenis. La última década es sintomática. Salvo en 2018, cuando asistieron tres competidores del resto de los continentes –el sudafricano Kevin Anderson, el estadounidense John Isner y el japonés Kei Nishikori–, el resto de los años reflejan con claridad la hegemonía europea; en 2020 (Diego Schwartzman), 2017 (Jack Sock), 2015 (Nishikori) y 2013 (Juan Martín del Potro) tan solo accedió al torneo un foráneo, en una muestra del poder continental que se extiende, en realidad, a lo largo de la historia de esta competición.
De la edición de 1970 a la del curso pasado, 36 representantes europeos triunfaron, por los 16 del exterior. El argentino David Nalbandian, en 2005 y contra Roger Federer, fue el último en hacerse con el premio, que este año repartirá una cantidad récord: 15 millones de dólares (13,9 de euros), de los que 4,8 (4,4) irán a manos del vencedor. Previamente, en el 2000, lo consiguió el brasileño Gustavo Kuerten e inmediatamente antes, 1999, el pistolero Pete Sampras cerró la etapa más fructífera para el resto del mundo. El norteamericano prevaleció en los noventa con cinco trofeos, acompañado por el picotazo de Andre Agassi al inicio de esa década; contrarrestaron los alemanes Boris Becker (2) y Michael Stich, y Àlex Corretja (1998), el único campeón español junto con Manuel Orantes (1976).
Los años setenta fueron el otro periodo de discusión; Stan Smith, Guillermo Vilas, Jimmy Connors y John McEnroe rebatieron al rumano Ilie Nastase, ganador de cuatro cetros. Y en los ochenta solo materializó su rebelión McEnroe. Una mirada panorámica al palmarés constata además que siete de los 10 más laureados en el torneo han sido europeos, con las excepciones de Sampras (5), McEnroe (3) y el australiano Lleyton Hewitt (2), y el tenis del presente refrenda el dominio continental en la actividad regular.
Paradójicamente, ningún país cuenta con más representantes en el top-100 que Estados Unidos (9) y las competiciones por equipos también expresan lo contrario; Canadá defenderá dentro de dos semanas su corona en la Copa Davis y el Resto del Mundo la de la Laver Cup en 2024, aunque en esta última, organizada por Federer desde 2017, Europa domina por 4-2 en el global. Pero en términos generales, el éxito en el circuito de la ATP ha recaído este ejercicio fundamentalmente en los tenistas europeos, que se han apropiado de 46 de los 64 torneos en liza. Los cuatro Grand Slams también. El argentino Sebastián Báez (tres títulos), los estadounidenses Taylor Fritz y Frances Tiafoe, o el chileno Nicolás Jarry (todos ellos dos) son islotes en medio del maremagno europeo.
La preponderancia también se simboliza con la sede. A la alternancia de las primeras ediciones le siguió el prolongado asentamiento en Nueva York durante 13 años, y en la entrada en el nuevo siglo, las experiencias en Sídney (uno), Houston (dos) y Shanghái (cinco) dieron paso a la mudanza definitiva a suelo europeo. El O2 de Londres enmarcó el torneo durante 12 años y el Pala Alpitour lo acogerá hasta 2025, durante un quinquenio. Ahora bien, empiezan a soplar con fuerza los vientos de Arabia Saudí. La ATP ya ha escogido ese territorio para celebrar desde este curso la Copa de Maestros de las promesas, en una maniobra que se interpreta como el anticipo del traslado de la absoluta una vez que finalice el vínculo turinés.
GRUPOS Y PROGRAMA DEL TORNEO
Grupo Verde: Novak Djokovic, Jannik Sinner, Stefanos Tsitsipas y Holger Rune.
Grupo Rojo: Carlos Alcaraz, Daniil Medvedev, Andrey Rublev y Alexander Zverev.
Hoy (Movistar Deportes): Sinner-Tsitsipas (14.30) y Djokovic-Rune (21.00).
Mañana (Movistar Deportes): Alcaraz-Zverev (14.30) y Medvedev-Rublev (21.00).
Sede: Pala Alpitour de Turín. 13.000 espectadores. Pista dura.
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