Me dueles, fútbol
Duele ver llorar a Neymar después del extraordinario partido que le entregó al mundo, de cargar en hombros a su país, de marcar un pedazo de gol que hizo explotar el estadio
Lo siento Neymar, duele verte llorar después del extraordinario partido que le entregaste al mundo, de cargar en hombros a tu país, de marcar un pedazo de gol que hizo explotar el estadio Ciudad de la Educación (por cierto el mismo en donde Marruecos echó a España por la misma vía), pero así es el futbol y no te alcanzó para devolverle la Copa FIFA a la nación más futbolera y ganadora del mundo, pero que no logra levantarla desde hace 20 años.
Dominik Livaković, el ju...
Lo siento Neymar, duele verte llorar después del extraordinario partido que le entregaste al mundo, de cargar en hombros a tu país, de marcar un pedazo de gol que hizo explotar el estadio Ciudad de la Educación (por cierto el mismo en donde Marruecos echó a España por la misma vía), pero así es el futbol y no te alcanzó para devolverle la Copa FIFA a la nación más futbolera y ganadora del mundo, pero que no logra levantarla desde hace 20 años.
Dominik Livaković, el jugador más valorado del partido, les había atajado todo. Sí, ese portero que juega en el modesto Dinamo Zagreb de la Liga croata y que ayer se comió a Neuer, Buffon, Casillas, Banks y hasta a la Tota Carbajal para llevar el juego al alargue, no pudo evitar el gol de Neymar da Silva Santos.
La jugada quedará entre las mejores de la copa catarí, porque hacer una pared a esa velocidad, con esa potencia y precisión, es un futbol que muy pocos pueden llegar a bordar. Y Neymar todavía se dio el lujo de dejar sembrado a Livaković y empujar el balón al fondo de las redes.
Sin embargo, el caprichoso balón, que había estado muy lejos de la portería de Alison Becker, quiso darle la oportunidad a Bruno Petkovic de mandarla al fondo de las redes verdes y amarillas, para mandar el trabado cotejo a los tiempos extra.
No es injusto, así son las reglas. Duele ver fuera, de nuevo, al futbol bonito, pero duele más el mensaje que manda: lo importante es ganar, sea como sea.
Ayer escuchaba a Ricardo La Volpe pedir a la FIFA que cambie la regla y se juegue con 10 para favorecer a los que hacen más por la belleza de este deporte, pero así hubiera sido uno, solo Livaković, habría podido con Brasil.
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