Argentina busca quien la cosa
La baja de Lo Celso, próximo a Messi, y los problemas físicos de otros jugadores abren grietas en un equipo que encara una situación límite este sábado ante México
Lionel Scaloni no suele perder la mínima ocasión para desdramatizar públicamente el fútbol y reducirlo a un juego, un empeño casi conmovedor cuando está por medio Argentina y un Mundial. Por suerte para él, de momento todo el ruido que acompaña a la Albiceleste se mantiene en tensa calma después del sopapo contra Arabia Saudí (1-2) y a la espera de la primera final ante México (este sábado, 20.00, Gol Mundial), donde una derrota la mandaría directamente al infierno de su hist...
Lionel Scaloni no suele perder la mínima ocasión para desdramatizar públicamente el fútbol y reducirlo a un juego, un empeño casi conmovedor cuando está por medio Argentina y un Mundial. Por suerte para él, de momento todo el ruido que acompaña a la Albiceleste se mantiene en tensa calma después del sopapo contra Arabia Saudí (1-2) y a la espera de la primera final ante México (este sábado, 20.00, Gol Mundial), donde una derrota la mandaría directamente al infierno de su historia.
Con lo que sí se mostró más crudo el técnico en los días previos a viajar a Qatar fue con la baja por lesión de un jugador que había resultado capital en su crecida en el banquillo: Giovani Lo Celso. “No tenemos a nadie como él. Es zurdo y nos cubría bien ese sector. Dependerá de qué busquemos, [su sustituto] puede ser un interior, un extremo metido por dentro o un delantero”, admitió. El medio del Villarreal, sin minutos en el Mundial de 2018 y fijo en la etapa que se abrió inmediatamente después con el nuevo seleccionador, había cerrado un centro del campo junto a Rodrigo de Paul y Leandro Paredes que funcionaba para las necesidades de un conjunto que no tiene otro principio y final que Messi.
Rosarino como La Pulga y próximo a él en la convivencia intramuros, cuestión nada menor cuando se analiza cualquier escuadra donde habite el 10, su ausencia en Doha abrió antes de empezar una primera grieta en Argentina que no se ha resuelto y que, además, frente a Arabia Saudí encontró réplicas en otras zonas del campo. Sus dos compañeros habituales de la medular se desplegaron sin peso y los problemas alcanzaron a la defensa, donde una de sus garantías, el central del Tottenham Cuti Romero, se quebró en la acción del empate, al descubierto tras un mes sin jugar por problemas físicos. La intervención inmediata de Scaloni en cuanto se vio en desventaja, relevando a dos de los tres hombres del medio (Papu, el elegido por Lo Celso, y Paredes) más Romero, confirmó el diagnóstico y el agujero a coser si quiere prolongar su vida en Qatar.
Cambios en el once
Sin ritmo en la primera parte, fiado a una acción puntual que resolviera la papeleta, y muy escasa de soluciones en la segunda frente a la adversidad, contra México se esperan varios cambios en el once, sobre todo del medio campo para atrás. Porque también la sensación general, agudizada por el grave traspiés del martes, es que el estado físico de varios futbolistas no es el óptimo. Ya antes de debutar tuvo que remendar la primera lista de 26 con las entradas de Ángel Correa (Atlético) y Thiago Almada (Atlanta) en lugar de Nico González (Fiorentina) y Joaquín Correa (Inter), ambos con molestias. Y en las jornadas previas a Arabia se habló de problemas en la puesta a punto de nombres como Romero, Acuña (no salió hasta que Argentina iba perdiendo), Foyth o Dybala. Sobre la salud de Messi también sobrevuelan algunas sospechas.
En la última Copa América que acabó con 28 años de sequía y que tanto se ha usado como palanca de esperanza en el empedrado albiceleste para este Mundial, la gran mayoría de los medios, más el móvil Di María, tuvieron en Messi su primer destino de pases, la solución lógica e inevitable en cualquier equipo que disponga de La Pulga. No parece que haya otro punto de partida para Argentina mientras Messi siga acaudillando la selección, y esa fue precisamente una de las vías de fuga en el estreno.
En la errática actuación contra Arabia Saudí, Paredes conectó más veces (10) con los centrales Romero y Otamendi que con el rosarino (seis). Y parecido le ocurrió a Papu Gómez, que enlazó lo mismo con el lateral izquierdo Tagliafico que con la estrella argentina (cuatro). En cambio, Di María (nueve) y De Paul (13) sí le administraron balones, pero luego Messi no fue capaz muchas veces de dar continuidad con los compañeros idóneos: se la terminó pasando las mismas veces al lateral derecho atlético Nahuel Molina que a Di María (cuatro). De las 10 mayores conexiones de pase en el debut, solo en una aparece Messi (la que protagonizó con De Paul). El resto ocurrió entre centrales y medios, con alguna aparición de Di María. De Lautaro Martínez, nada se supo. Un agujero que sirve de termómetro de la flojera del centro del campo.
Inclinado al principio de su mandato por un juego más vertical, las características del plantel empujaron a Scaloni a un fútbol más de toque. Contra Arabia Saudí, ni una cosa ni otra. Parados de inicio y tuertos después, Argentina se rompió del medio hacia atrás y no hubo forma de que Messi estuviera conectado. Este es el primer roto que debe coser el equipo.
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