Gary Lineker: “Que Messi no hable de forma brillante no significa que no sea inteligente”
El exjugador y periodista inglés, ganador del Premio Manuel Vázquez Montalbán, recuerda con fascinación al Maradona futbolista y admite que tiene muchos reparos con que el Mundial de celebre en Qatar
Gary Lineker (Reino Unido, 61 años) siempre tuvo claro en lo que quería convertirse. “Lo sabía desde que tenía 11 años e iba a ver los partidos del Leicester”. Y no habla de fútbol, profesión que ejerció y muy bien después de jugar en el Leicester, el Everton, el Barcelona, el Tottenham y el Nagoya (Japón); semifinalista, además, en el mundial de 1990. “Quería ser periodista. En México 86 e Italia 90, me sentaba con ellos mientras escribían sus crónicas”, recuerda el inglés, en el Soho House de Barcelona, horas después de recibir el Premio Manuel Vázquez Montalbán. Periodista estrella de la BB...
Gary Lineker (Reino Unido, 61 años) siempre tuvo claro en lo que quería convertirse. “Lo sabía desde que tenía 11 años e iba a ver los partidos del Leicester”. Y no habla de fútbol, profesión que ejerció y muy bien después de jugar en el Leicester, el Everton, el Barcelona, el Tottenham y el Nagoya (Japón); semifinalista, además, en el mundial de 1990. “Quería ser periodista. En México 86 e Italia 90, me sentaba con ellos mientras escribían sus crónicas”, recuerda el inglés, en el Soho House de Barcelona, horas después de recibir el Premio Manuel Vázquez Montalbán. Periodista estrella de la BBC, Bota de Oro en México y Balón de Plata en 1986, a Lineker hay una frase que le recuerdan más que sus 281 goles en 567 partidos: “El fútbol es un juego sencillo: 22 jugadores persiguen un balón durante 90 minutos y, al final, siempre ganan los alemanes”.
Pregunta. ¿Es una frase shakesperiana?
Respuesta. El Shakespeare del fútbol. Me gusta bastante. Ahí tiene su titular [se ríe]. Evidentemente, cuando la dije, nunca imaginé que se convertiría en una frase tan famosa. ¿Sabe el contexto? Fue justo antes del Mundial del 94. Un tipo estaba escribiendo un libro para intentar explicar el fútbol a los estadounidenses. No me pareció especialmente inteligente en ese momento. Pero me pasa lo mismo con los tuits que escribo. Solo intento dar un ángulo diferente a las cosas. Esa es la realidad. Hay otras grandes frases también.
P. ¿La mano de Dios?
R. Es que esa fue realmente muy inteligente. Es que es toda la frase: “Fue la mano de Dios”. Algo así como si la mano fuese parte de su cabeza… Muy listo. Creo que es importante decirlo, sé que tuvo sus problemas, pero no se puede jugar así al fútbol y no ser inteligente. Y lo mismo pasa con Messi. Son los que más me han llamado la atención, parece como si estuviesen mirando todo desde arriba, como que pueden ver todo el campo y saber exactamente lo que pasa en cada momento. Estaba en un partido en Río y Messi vio un pase que nosotros, desde las cabinas de transmisión, no pudimos ver. Y pensé: ¿Qué clase de cerebro tiene este tío? Eso, los simples mortales, no lo podemos hacer. Que Leo no describa las cosas de forma brillante en las entrevistas no significa que no sea inteligente. Pasaba lo mismo con Gazza [Paul Gascoigne]. Era un poco payaso, pero no era ningún tonto. Al contrario.
P. ¿Le perdonó a Maradona el gol con la mano?
R. Nunca le culpé a él. Culpé al árbitro por no verlo. Pero, cuando vas a Argentina, te das cuenta de que a ellos les gusta ese gol casi tanto como el otro. Para ellos la picaresca, la brujería, la astucia y hasta la artimaña son parte del fútbol. A mí no se me pasaría por la cabeza hacer eso porque nosotros no pensamos así. Retorceremos las reglas e intentaremos salirnos con la nuestra, pero nunca se me habría pasado por la cabeza hacer eso.
P. ¿Habló con Diego después?
R. Sí, hice dos documentales con él. Bueno, un documental propiamente dicho y en el otro nunca apareció [se ríe]. Lo terminé persiguiendo por Argentina. Uno de esos días estaba jugando al golf con Carlos Menem, que entonces era presidente de Argentina. “¿Hablaste con Diego?”, me preguntó. Y, cuando le dije que todavía no había podido ponerme en contacto con él, lo llamó, “Diego, Gary está aquí”, le dijo. Me puse al teléfono y hablé con Diego. Me dijo que lo íbamos a hacer. Esa noche, a las tres de la mañana, yo estaba durmiendo en la habitación del hotel y suena el teléfono. Era Menem. “Diego está en tal discoteca y dice que vayas que quiere verte”. Seguí durmiendo. No iba a perseguirlo a una discoteca. ¿Se imagina?
P. ¿El segundo gol cómo lo recuerda?
R. Fue la única vez en toda mi carrera que pensé en que tenía que aplaudir. Así de sencillo. Evidentemente, no lo hice. Me hubiesen matado en casa. El campo estaba horrible, ¿sabes como cuando destruyen el jardín de tu casa y vuelves a poner el césped? Así. Y Diego, en esas condiciones, se limitó a hacer pum, pum, pum, pum y gol. Se me cayó la mandíbula al suelo. Hace un par de semanas discutía con mis compañeros. ¿Es el partido más famoso de todos los tiempos?
P. ¿Lo es?
R. Yo creo que sí. No sé cuál puede ser mejor.
P. ¿El Maracanazo?
R. Pero tiene que ser un partido que se recuerde en todo el mundo. En Inglaterra pueden hablar del 66 y en Italia del cabezazo de Zidane. ¿Y el partido? La gente solo se acuerda del cabezazo. En el de México tienes la mano de Dios y el mejor gol que jamás se haya marcado. Todo eso en un Inglaterra-Argentina, en una Copa del Mundo y después de la Guerra de las Malvinas. El único problema que tiene ese partido es que nadie se acuerda de quién marcó el gol de Inglaterra [se ríe, en referencia a su gol, el 1-2].
P. Usted que fue un goleador, ¿qué opina de la idea del falso nueve? ¿Es una excusa cuando no se tiene un 9?
R. Absolutamente, es eso. Si tienes un 9, lo quieres. Y, cuando no tienes uno de primera clase, te las tienes que apañar. Puede ser que eso es lo que tenga que hacer Alemania con Havertz en Qatar. No sé realmente cuál es su mejor posición, desde luego no es un 9. Pero Francia ha demostrado que se puede ganar un Mundial sin un nueve.
P. ¿Cómo analiza a Inglaterra?
R. Si sabes cómo quieres jugar, tienes la mitad de tus problemas resueltos. Y, de momento, no veo que Inglaterra lo tenga claro y me preocupa.
P. ¿No le gustan los equipos que cambian constantemente?
R. Creo que los mejores entrenadores tienen una forma de jugar y casi siempre utilizan el mismo sistema. Los que cambian el sistema cada diez minutos o una vez cada tres partidos son los que están constantemente buscando una manera de jugar y, así, es difícil que tengan éxito. Por ejemplo, Klopp. Tiene una forma de jugar y hace solo pequeños retoques. Es un 4-3-3, dinámico, con mucha presión, en el que los laterales empujan para arriba y con un trabajo de coberturas en el centro del campo. Lo mismo pasa con Pep, pero con otro estilo. Pero Southgate juega un partido con cinco defensas, en otro con cuatro. Cuando un equipo sabe a lo que juega para los futbolistas es mucho más fácil. Se ayuda a los jugadores cuando todos tienen un trabajo y lo saben y son consistentes. Es más fácil para Pep y Klopp porque tienen a los mejores en cada posición, puede ser. Pero Inglaterra también los tiene.
P. ¿Pero el Mundial lo gana Alemania?
R. Tampoco ganan todos los mundiales [se ríe]. Pero es una posibilidad. No veo un favorito claro. Francia gana o implosiona. España ha hecho un trabajo que ha progresado mucho. Es un equipo joven, pero lo hizo muy bien en la Eurocopa. Los dos sudamericanos son probablemente los que llegan mejor. Pero no ganan un mundial desde hace más de 20 años. Está todo muy abierto.
P. ¿Le genera algún conflicto este Mundial?
R. Me genera conflicto, sí. Pero no por lo que hago yo de manera personal. Voy a informar, no a apoyar. Me pidieron que hiciera el sorteo para la FIFA y me negué. Eso sí, sería apoyar el Mundial. Lo entendieron perfectamente.
P. ¿Qué argumento dio?
R. Que me sentiría un hipócrita porque estaba en contra de que este Mundial se celebrara en Qatar. Hemos tenido reuniones de Zoom con Amnistía sobre cómo tratar el lavado de cara en los deportes. Y este lavado de cara solo funciona cuando se deja de hablar de los temas. Nosotros hablaremos de los derechos humanos y de los temas en los estadios. Y seguramente lo haremos en el programa de apertura. Fue claramente una decisión corrupta, todos lo sabemos. La mitad de ellos están ahora en la cárcel o inhabilitados.
P. ¿Cree que las cosas han cambiado desde que está Infantino?
R. Pienso que cometen errores, pero no creo que el actual régimen de la FIFA, con gente como Arsène Wenger en puestos de poder, sea corrupto. Creo que los viejos tiempos de Blatter, en los que se hacían cosas dudosas, son cosa del pasado. Quizás estoy siendo ingenuo, pero no creo que Infantino sea como los que estaban antes. En cualquier caso, no creo que deba jugarse allí. Está mal. Sin embargo, cuando empiece el fútbol, se lo consumirá todo.
P. Entonces, ¿ese es el conflicto? ¿Qué el fútbol ignore todo lo demás?
R. A veces también nos olvidamos de que no somos precisamente perfectos cerca de nuestras casas. Vendemos armas a esa parte del mundo y ahora esperamos que los futbolistas hagan algo al respecto.
P. ¿Es injusto exigir eso a los jugadores?
R. Por supuesto. Los políticos utilizarán el fútbol como quieren. Es poderoso y tiene impacto. Gustosamente, te dirán que te ciñas al fútbol cuando no les convenga. Pero luego, cuando a ellos le venga bien, te cuestionarán: “¿Por qué no te posicionas?”. Y creo que eso es lo que probablemente suceda en muchos países.
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