Así se prepara España para la final: ejercicios de fuerza, vídeos de Inglaterra y un balón nuevo

Las futbolistas de la Roja afrontan un duro entrenamiento físico y se siguen adaptando a la pelota impuesta por la FIFA desde semifinales

Alexia Putellas durante un entrenamiento de la selección española previo a la final del Mundial ante Inglaterra, en Sídney este viernes.Pablo García / RFEF (EFE / RFEF)

Escondido entre un hayedo y casi al final del barrio de Leichhardt, en Sídney, que antiguamente se conocía como La Pequeña Italia, por la herencia de inmigrantes que coparon el barrio con sus restaurantes, se encuentra el estadio oval donde la selección australiana de rugby juega alguno de sus partidos de menor calado. Allí también se está entrenando la selección española antes de afrontar la final, ahora ya con una sola sesión por día después de...

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Escondido entre un hayedo y casi al final del barrio de Leichhardt, en Sídney, que antiguamente se conocía como La Pequeña Italia, por la herencia de inmigrantes que coparon el barrio con sus restaurantes, se encuentra el estadio oval donde la selección australiana de rugby juega alguno de sus partidos de menor calado. Allí también se está entrenando la selección española antes de afrontar la final, ahora ya con una sola sesión por día después de dos meses de preparación desde que el equipo se concentrara por primera vez en Benidorm.

Se escuchan risas y reina el buen ambiente, como quedó patente este viernes: varias embajadoras de Iberdrola —la karateca Sandra Sánchez, la surfera Lucía Martiño o la snowboarder Queral Castellet—, acompañadas por los gerifaltes de la compañía, aparecieron para animar a la selección. “¡Foto!”, se pidió con insistencia. Y ahí se unieron las jugadoras: Jenni Hermoso le hacía cosquillas a Misa y Vilda le movía la coleta de Athenea; todas, con la mejor de sus sonrisas. Unos minutos y volvió la normalidad: circuito de fuerza mezclado con ejercicios de prevención con cintas y TRX —para trabajar con el peso propio—, un pequeño machaque más para una selección que se ha puesto a tono como nunca, capaz de lucharle a Suecia en las semifinales desde el plano físico para ganarle después con la pelota en los pies. “¿Estamos?”, grita Blanca Romero, la preparadora física tras explicar lo que tenían que hacer las futbolistas en las distintas postas, incluidas también las porteras; “¡Pues a currar!”. “La verdad es que los primeros días odiamos un poco a Blanca…”, decía Laia Codina tras el envite ante las suecas; “pero ahora agradecemos cómo estamos”. Y eso, el físico, también se va a necesitar ante Inglaterra, un equipo que tiene de todo.

El área de analistas de la selección ha escudriñado a pocos rivales más que a Inglaterra, equipo que le apeó en cuartos de la pasada Eurocopa, a la postre vencedor del torneo y ahora finalista del Mundial, rival de rivales. “Tienen una mentalidad tremenda, un fútbol muy eficiente y, aunque ha sufrido de más en algún encuentro como contra Haití o contra Nigeria, su juego ha sido muy bueno. Da igual que lo criticaran, si te fijas en pases, en posesión, en número de ataques…”, resuelven desde el cuerpo técnico español.

Preocupa la pegada de las inglesas, su presencia y su mentalidad –las Lionesses están invictas en los 19 partidos mundialistas que han jugado (17 victorias, 2 empates)—, y muy especialmente saber cómo jugarán. Inglaterra se ha desplegado con dos sistemas durante el torneo (4-3-3 o 3-5-2) y el trabajo en las sesiones de vídeo se ha multiplicado porque depende de cómo juegue el rival, la presión es distinta y los espacios que se generan o se tratarán de provocar también. Es, en cualquier caso, la vieja Inglaterra, un equipo con el que nunca se han medido en un Mundial, pero con el que se han visto las caras en 13 ocasiones, con un saldo de dos victorias, cuatro empates y siete derrotas para las españolas.

Otra cosa que también tiene un poco descolocadas a las jugadoras es el nuevo balón impuesto por la FIFA desde la semifinal, uno que, dicen, hace unos extraños diferentes. Aunque han tenido tiempo para usarlo, pues recibieron los sacos antes del primer entrenamiento de cuartos de final. Es, pese a todo, una preocupación menor. Es el mismo esférico para los dos equipos. La final y el Mundial no se decidirán por eso. Quizá sí por el físico, seguro que también por cómo se gestiona el balón.


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