Gol al machismo
Si la Selección española hoy brilla con luz propia es por la tenacidad, esfuerzo y constancia de las futbolistas. Estas jugadoras están siendo referentes para que las niñas opten por esta profesión (si quieren) y los niños aspiren a jugar como cualquiera de ellas
El fútbol – como práctica social- se presenta como un ámbito idóneo para el estudio del orden social instaurado. En este sentido podemos decir que al actual orden social dominante, en el que se ha creado el delirio de la superioridad masculina frente a la posición femenina, la Selección española le acaba de marcar un gol en su propio campo (un ámbito estereotipado como masculino) cuando más lo necesitaba (ante posiciones reaccionarias).
Esta vez ha habido gol, pero para llegar hasta aquí las jugadoras han debido dar mucha...
El fútbol – como práctica social- se presenta como un ámbito idóneo para el estudio del orden social instaurado. En este sentido podemos decir que al actual orden social dominante, en el que se ha creado el delirio de la superioridad masculina frente a la posición femenina, la Selección española le acaba de marcar un gol en su propio campo (un ámbito estereotipado como masculino) cuando más lo necesitaba (ante posiciones reaccionarias).
Esta vez ha habido gol, pero para llegar hasta aquí las jugadoras han debido dar muchas patadas al machismo y si la Selección española hoy brilla con luz propia es por la tenacidad, esfuerzo y constancia de las futbolistas. Las prácticas mueven el mundo y simbólicamente estas jugadoras están siendo referentes para que las niñas opten por esta profesión (si quieren) y los niños aspiren a jugar como cualquiera de ellas.
Que el próximo domingo España entera esté atenta a la final por ese componente de territorialidad que las competiciones entrañan es un paso enorme para la igualdad entre los sexos y rompe la idea que asocia el deporte con lo masculino. Se han roto estereotipos y nos están ofrecido a todas las mujeres una forma de reivindicarnos como mujeres, madres, lesbianas, racializadas, amigas o compañeras. Ahora bien, hablamos de fútbol y de una lucha por la igualdad ganada “partido a partido”, pero esto no supone que el deporte femenino deje de ser invisible, porque el espacio del deporte lo ocupa metonímicamente el fútbol y esto tiene su cara y su cruz. Su cara, es que está siendo un avance importante para la igualdad de mujeres y hombres, pero puede que no lo sea tanto la igualdad entre deportes.
En el imaginario social se observa un vacío de representación del resto de otros deportes. Perviven marcos normativos obsoletos, lo que supone que no se tiene la consideración de las ligas femeninas como profesionales y en muchas ocasiones hay inexistencia de contratos, lo que implica que la mayoría después de una carrera deportiva brillante no tienen periodos de cotización para una posible jubilación e incluso se encuentran con problemas de ubicación profesional. A la ausencia de contratos se suma la falta de convenios colectivos que fijen las condiciones laborales mínimas de su relación laboral y unas pésimas y discriminatorias condiciones laborales de las que las deportistas de élite son conscientes.
Tanto es así que las deportistas señalan que encuentran barreras para poder acceder al alto rendimiento debido a la imposible conciliación entre su vida personal y profesional en la que las ayudas institucionales son escasas. En general no es sencillo encontrar patrocinadores. Y esta cruz puede que el fútbol la haga más grande porque desdibuje el resto de deportes. Sigamos los acontecimientos porque a las mujeres en general y a las deportistas, en particular, el éxito de la Selección nos está empoderando. Confiemos en esa tenacidad femenina que las deportistas de alto nivel están demostrando para que el resto del deporte femenino siga esta estela y no sirva ni mucho menos para silenciarlos y de verdad la sociedad entera marque un gol al machismo.