Salma Paralluelo y Mariona Caldentey: el juego de extremos de España en la Copa del Mundo
Las jugadoras de la selección española expresan la variedad ofensiva de la selección y resquebrajan desde los costados a Países Bajos para alcanzar las históricas semifinales en un Mundial
En el primer encuentro del Mundial, Athenea y Salma desbrozaron a la abigarrada defensa de Costa Rica. En el segundo, Mariona jugó por dentro y se asoció con Alexia y Aitana para descorchar la mejor versión de Jenni Hermoso como falso nueve, también para evidenciar que Alba Redondo tenía gol y Eva Navarro pase. No salieron las cosas ante Japón, con un embudo entre las líneas, incapaces todas de interpretar el encuentro. ...
En el primer encuentro del Mundial, Athenea y Salma desbrozaron a la abigarrada defensa de Costa Rica. En el segundo, Mariona jugó por dentro y se asoció con Alexia y Aitana para descorchar la mejor versión de Jenni Hermoso como falso nueve, también para evidenciar que Alba Redondo tenía gol y Eva Navarro pase. No salieron las cosas ante Japón, con un embudo entre las líneas, incapaces todas de interpretar el encuentro. Pero contra Suiza, Alba volvió a explicar su mordiente, del mismo modo que Salma se puso las botas descontando rivales. Jugadoras de perfiles bien diferenciados y para todos los gustos, que ayer ante Países Bajos (2-1) aclararon una vez más que España es un equipo de extremos. Mariona hizo fútbol claqué, capital para conectar la media con la delantera, goleadora también desde el punto de penalti; y Salma, que salió como suplente por una vez, definió con una galopada de las suyas, recorte y latigazo, gol histórico en la segunda parte de la prórroga que pone a La Roja en las semifinales del Mundial, ahora contra una Suecia que fue capaz de desnaturalizar a Japón.
No puso ninguna mala cara Salma cuando se enteró de que no saldría de la partida, por más que sí le apenó no ayudar desde el rectángulo. Olga Carmona, su confidente y escudera en la banda izquierda se le acercó. “Hoy vas a ser determinante, no te preocupes”, le siseó. Algo similar a lo que hicieron los dos fisioterapeutas, Darío y Miguel. “Me dijeron que me mantuviera tranquila y concentrada, que iba a ser mi día, que marcaría”, revelaba Salma después del encuentro, peluche en mano porque se lo regaló alguien de la grada y le hizo gracia. El seleccionador Jorge Vilda, sin embargo, fue más pragmático cuando la llamó a la banda después de que realizara el calentamiento. “Me pidió que me mantuviera abierta, que podía encontrar los espacios a la espalda de la defensa y que compitiera al máximo”, deslizó. Y Salma, aplicada, contentó a todos.
Con el duelo en la prórroga, cuando Países Bajos relataba que por físico no sería, que había podido empatar ya en el añadido del tiempo reglamentario y que a correr no le ganaría nadie, Salma expuso lo contrario. Fue cuando Jenni absorbió un balón en su campo y levantó la cabeza para catapultar un contragolpe. “¡Dámela, dámela!’, pensé con impaciencia. Sabía que era una gran oportunidad”, contó la extremo zurda, la que también fuera atleta especializada en la velocidad hasta los 400m, hasta que el Barça, cuando la fichó el en el curso anterior, le hizo decidir por el balón o el tartán. Y se la dio. Y corrió. Y ejecutó una bicicleta eléctrica. Y soltó un disparo cruzado. “Cuando ha salido la pelota le pedía: ‘Entra, entra’. Entonces —después de que tocara el palo y se alojara en la red, ya en el minuto 112 del encuentro— ha llegado el momento de locura”, reveló la extremo, que acto seguido se fue a abrazar a los fisioterapeutas adivinos.
Ya con el trofeo de MVP en la mano, Salma no dejó de correr, pues atendió a dos preguntas en la conferencia de prensa y se marchó casi al galope para pasar el control antidopaje. “Si se pone a sprintar no hay quien la pille”, bromeaba Ivana para, ya seria, agregar: “Es una atleta con un don en los pies”. Irene Paredes se sumó: “Salma ha hecho de Salma y ha sacado su talento para llevarnos a la semifinal”. Intervino Alba Redondo: “Hay que cuidarla... Si es necesario le sirvo lo que sea en la cena, ¡yo le invito!”. Y Olga remató: “Bueno... ¡Y alguna colleja también se ha ganado!”. Un premio como el piropo de Vilda. “Salma es una jugadora con un potencial enorme y ni mucho menos ha tocado techo. Es muy joven, lleva un año dedicada exclusivamente al fútbol, por lo que seguirá brillando y habrá mucho más de ella en el futuro”. Pero frente a Países Bajos la reservó de inicio en banquillo. “La idea es que queríamos cansar a las centrales para que luego entrara Salma con su velocidad”, dijo. Ese trabajo de desgaste, y sobre todo de desequilibrio, corrió por parte de Mariona.
Capaz de interpretar como ninguna los espacios y el partido, Mariona descosió a su pareja de baile y catapultó casi todas las ofensivas de España, hábil para descontar líneas de presión con un control perfilado, con un quiebro o con un pase. También con los centros, pues surtió a Alba Redondo —dos postes— como a cualquiera que pisara el área por sorpresa.
“Estoy muy contento con Mariona, es una jugadora muy inteligente, que entiende muy bien el juego y que ha hecho lo que pedíamos, además de poner su calidad”, reflexionó Vilda, que le ordenó ensanchar el campo en vez de tirar por dentro como a ella le gusta. “Me ha cambiado un poco el rol porque quería que abriera el campo. Pero estoy feliz porque me he vaciado y me ha salido un gran día”, admitió la futbolista, que pronto vio que durante el envite el balón sería su amigo. “A la que me he salido con la mía en los dos o tres primeros regates, me he dicho: ‘Hoy sí’. Las buenas sensaciones me han dado confianza”. Tanta, que le pidió a Jenni Hermoso que le dejara chutar el penalti que abriría el marcador. “He tirado muchos, estaba tranquila”, aclaró. “Es así, es grandísima”, le elogió Ivana; “no es que haya estado de 10, es que ha estado de 12″.
Cinco alas diferentes
Salma no corre sino vuela, con disparo lejano y quiebro por bandera. Mariona prefiere el fútbol al pie, asociarse y triangular. Athenea dribla y sprinta, del mismo modo que Eva Navarro regatea y asiste, y Alba Redondo la toca o pone el remate, también cómoda en la punta de lanza. “Tenemos diferentes extremos y todas tienen algo distinto. Eso es una fortaleza porque es más difícil de defender para el rival”, resolvió Vilda. De la misma forma piensan en el vestuario.
”No tenemos dos iguales. Yo puedo jugar por fuera y arriba, además de sacar centros y remates, o asociarme”, describió Alba Redondo. “Cada una tiene sus cualidades, romper por dentro o en profundidad, pero la que juega lo hace bien”, resaltó Oihane. “Tener tantas opciones con las extremos es ir con ventaja porque nos dan muchos recursos”, apuntó Olga Carmona. “Tenemos mucha versatilidad. Según lo que necesite el equipo, el mister puede decidir. Nos dan mucho en velocidad, al pie, por dentro, por fuera… Nos hace que no seamos previsibles”, remarcó Ivana “Más bien, podemos ser un equipo impredecible porque tenemos registros diferentes. Debemos aprovechar a todas porque eso nos hará llegar lejos”, se sumó Mariona. “Eso es”, subrayó Paredes; “nos dan cosas diferentes y depende del momento te viene mejor una que otra. Ante Holanda, que saliera Salma con esas patas y regate, nos ha dado el triunfo”. Argumento que también apreció Jenni Hermoso: “Salma ha sabido muy bien lo que hacer cuando ha salido”. Y añadió: “Hemos encontrado la mejor versión de Mariona, que se ha lucido y ha hecho un partidazo”.
Mariona y Salma, aupadas por el juego coral del equipo, remataron a Países Bajos. Pero ante Suecia, equipo más defensivo, podría jugar cualquiera de las otras. Por algo España tiene un fútbol de extremos.
Más información
Archivado En
- Mundial fútbol femenino
- Fútbol femenino
- Mundial fútbol
- Fútbol
- Futbolistas
- Entrenadores
- Selecciones deportivas
- Copa del Mundo
- Campeonato mundial
- Mundial Autralia/Nueva Zelanda 2023 Fútbol Femenino
- Deportes
- Competiciones
- Seleccion española fútbol femenino
- Caldentey
- Salma Paralluelo
- Jorge Vilda
- Selección holandesa fútbol femenino