Jorge Martín anima el campeonato en el GP de Alemania, Marc Márquez tira la toalla

El madrileño de Ducati se erige como la alternativa al campeón Bagnaia con una victoria de mérito en Sachsenring, donde el piloto de Honda se cae por quinta vez en 48 horas y renuncia a disputar la carrera

Jorge Martín resiste ante Pecco Bagnaia para mantener el primer puesto en el GP de Alemania.RONNY HARTMANN (AFP)

El GP de Alemania de MotoGP dejó grandes alegrías y pesares para el motociclismo español en un fin de semana agitado. Jorge Martín Almoguera (San Sebastián de los Reyes, Madrid, 25 años) fue la cara con su pleno de puntos y la segunda victoria de su vida en la categoría reina, toda una declaración de intenciones tras mantener a raya al campeón y compañero de marca Pecco Bagnaia en un duelo al límite. ...

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El GP de Alemania de MotoGP dejó grandes alegrías y pesares para el motociclismo español en un fin de semana agitado. Jorge Martín Almoguera (San Sebastián de los Reyes, Madrid, 25 años) fue la cara con su pleno de puntos y la segunda victoria de su vida en la categoría reina, toda una declaración de intenciones tras mantener a raya al campeón y compañero de marca Pecco Bagnaia en un duelo al límite. Marc Márquez fue la cruz y ni siquiera participó en una carrera donde había ganado de forma consecutiva en sus últimas 11 participaciones. La quinta caída del piloto de Honda en menos de 48 horas le hizo tirar la toalla y decidir no tomar parte de un gran premio con répoker histórico para Ducati, por tercera carrera consecutiva celebrando a tres de sus pilotos en el podio, completado por Johann Zarco.

Solo 64 milésimas separaron al vencedor de su jefe de filas, que en la última curva del penúltimo giro se acercó tanto que impactó con su rueda trasera, dando un buen tumbo a los corazones de los responsables de la fábrica de Bolonia. A pesar del acoso del número uno, Martín se mantuvo firme y defendió con el cuchillo entre los dientes su primer triunfo desde Estiria 2021, donde estrenó su casillero como debutante en la categoría. El ritmo del madrileño con la montura satélite siempre estuvo un peldaño por encima del resto de compañeros de marca a lo largo del fin de semana, y hasta en dos ocasiones se marcó adelantamientos de dos por uno en el revirado trazado alemán. Después de triunfar en el sprint del sábado, Martinator, como le conocen en su equipo, sabía que Bagnaia iba a estudiar sus datos para atacarle en la carrera larga del domingo.

El italiano llegó a adelantarle en la vuelta 21, devolviéndole la jugada en la curva 12 donde el español amarró el liderato a los tres giros de la prueba. Él se mantuvo frío y supo estudiar a su rival, al que no dejó marchar con ritmos muy parejos. En la vuelta 24, Martín retomó el mando y dio un recital de pilotaje defensivo y fortaleza mental hasta el final. “Esto solo es el primer paso. Cada vez estamos más cerca, y estamos preparados para todo”, comentó el ganador, ahora a tan solo 16 puntos del líder en la clasificación del Mundial. “Demuestro y me demuestro a mí mismo, que es lo más importante, que puedo pelear con Pecco”, remarcó.

Para Márquez, el costalazo definitivo llegó en la sesión de calentamiento matinal del domingo, cuando salió disparado e impactó con violencia contra el asfalto y la grava en la curva 7. El lenguaje corporal del ocho veces campeón del mundo tras su último revolcón en Alemania fue de dolor y desazón absoluta. Con su quinta caída, igualó su peor registro en un solo fin de semana, pero cuando le ocurrió lo mismo en Barcelona 2017 estaba luchando por el título y terminó la carrera segundo. Apoyado en las barreras del trazado, con el casco como escudo de sus emociones, hizo que no con la cabeza mientras miraba la nada, los ojos clavados en el suelo. Aquí llegaba con ganas de darse una alegría, en un escenario donde no conocía la derrota en la categoría reina. “Después de cinco caídas, sobre todo la de esta mañana, no me siento listo para correr y hacer la carrera. Tengo muchos golpes en el cuerpo”, apuntó a los micrófonos de DAZN antes de abandonar el circuito sin ganas de añadir nada más. Aunque no lo reconoció, el golpe más fuerte de todos fue a nivel anímico.

En un circuito que le va como anillo al dedo, la Honda se mostró más indomable que nunca y terminó por provocarle otra fractura en un hueso. Por fortuna, fue en el pulgar izquierdo y poca cosa según los médicos, que le dieron el apto para participar. El derecho le había hecho pasar por quirófano y perderse tres carreras nada más arrancar el Mundial, al que llegaba con ganas de olvidar el calvario de lesiones y malos resultados que arrastraba desde 2020. Como subrayó el comunicado de su equipo, fue el campeón de Cervera quien dijo basta y renunció a la carrera. Tras la séptima cita de 2023, Márquez no ha puntuado un solo domingo y se hunde mucho más allá de la clasificación. En medio de su peor sequía de victorias desde su irrupción en MotoGP -lleva 602 días sin ganar-, el divorcio con la fábrica japonesa parece cuestión de tiempo visto el rendimiento de la moto y, sobre todo, su peligrosidad. “Si sufrimos aquí, pues apaga y vámonos”, avisaba este mismo jueves. Sachsenring puede ser la gota que colme el vaso.

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