España se desploma también ante Países Bajos (29-24) y queda al borde de la eliminación en balonmano femenino
Las Guerreras solo aguantan una parte contra la ‘oranje’ y suman su tercera derrota consecutiva en los Juegos, tras caer ante Brasil y Angola en las dos primeras jornadas
Las Guerreras están para muy poco. Un ratito de buen balonmano al inicio de la tarde no alcanza en las alturas de unos Juegos Olímpicos, y menos si enfrente se encuentra un equipo cuajado como Países Bajos. Empezó con buena letra, pero otra mala segunda parte la arruinó. Los equipos grandes se distinguen por resistir las crisis y volver de ellas para golear más fuerte. Los insuficientes se derrumban cuando arrecia el viento. Es el caso de España, capaz de un inicio meritorio de partido y luego de desplomarse sin que nadie tenga las herramientas para evitarlo. En el minuto 19, dominaba 9-10. Veintitrés más tarde, ya perdía 23-14. Una muerte rápida para un equipo que volvió a evidenciar falta de pulso competitivo. Si rema, solo es capaz de hacerlo en condiciones favorables. En contra, se aboca siempre al hundimiento en estos Juegos.
No compareció en el estreno frente a Brasil (18-29), fue desapareciendo contra Angola (26-21) y ante Países Bajos quedó fulminada en la oleada holandesa. Tres choques y tres derrotas la sitúan al borde del adiós olímpico y con unas señales muy preocupantes en el juego. Este martes, el ánimo y el propósito de enmienda solo les llegó para estar en partido hasta el descanso. El jueves se cruzan con Hungría (14.00) y el sábado cierran la fase de grupos con Francia (11.00). Salvo giro radical de los acontecimientos en París, el equipo se dirige hacia la eliminación inapelable y, sobre todo, la consumación de un alejamiento de la élite.
Frente a un grupo como las holandesas, no hay peor error que perder balones porque las balas naranjas se los cobran con intereses en contragolpes y goles de carrerilla. En el descanso, después de los mejores minutos de España en el torneo, las muchachas de Ambros Martín ya acumulaban 10. Una bocanada de aire para su rival y más tierra encima para ellas. A la vuelta del descanso, otro socavón en este apartado terminó de sepultar las opciones españolas. Pérdida, contra y gol. Una secuencia letal para un equipo que necesita hacer demasiadas cosas bien. Los últimos 20 minutos del encuentro solo quedaron a título de inventario. Las Guerreras, eso sí, trataron de contener daños para evitar un resultado hiriente.
Castellanos lidera la mejoría inicial
El análisis, al menos externo, del seleccionador Ambros Martín optó por los efímeros brotes verdes. “En este último partido hemos sido capaces de remontar, mantener la calma, ser más disciplinadas y luchar hasta el final. Con eso nos tenemos que quedar y eso nos va a servir para el futuro”, valoró. “En los dos primeros partidos todo el mundo nos daba como favoritas y eso nos pesó. Aquí Países Bajos era la favorita y hemos jugado mejor, hemos encontrado por momentos nuestro nivel normal de juego y esa clave tiene que valernos para los próximos partidos”, señaló en referencia al comienzo del choque. “No podemos darnos por satisfechas, pero sabemos que hay dos partidos por competir, tenemos un lastre de cola, pero vamos a divertirnos en la pista y luchar”, cerró el técnico canario.
El inicio de la sesión vespertina había empezado bien, por primera vez en los Juegos. La portería es uno de los caminos más cortos en balonmano para una terapia de choque y levantar ánimos caídos, y Merche Castellanos se apuntó cuatro paradas en un pestañeo en el arranque del duelo. España se disparó 1-4 en el minuto seis. Sirvió de palanca para unos primeros 20 minutos, incluso toda la primera mitad, en la que asomó una versión que le permitió competir con Países Bajos. No era nada difícil mejorar la presentación el torneo, pero el despliegue resultó óptimo.
La rebeldía de Paula Arcos
A partir de Castellanos bajo palos, España se desplegaba con garbo. También porque si la portería funciona, el contraataque puede existir. Jennifer Gutiérrez (cuatro goles al descanso en cinco intentos) se benefició de ello durante un rato. Países Bajos, que no es una comparsa, replicó con su balonmano rápido, ató en corto a las españolas y comenzó su estirada. Del 9-10 para la selección se pasó al 14-10. Las Guerreras todavía tuvieron una respuesta para dejar las cosas en el 14-12 del descanso. Castellanos sumaba ocho intervenciones. Y pudo ser mejor si Kaba Gassama no falla en el último segundo desde los seis metros, una de esas vías de fuga del equipo.
Por esa réplica y la buena presentación pareció que este martes España sí tendría un despliegue continuado para discutirle el duelo hasta el final a las holandesas. Pero no, en absoluto. Todo lo edificado se cayó a plomo en los 10 primeros minutos de la reanudación. Pérdidas, siete minutos sin anotar y fin. El 23-14 del 42 le puso el último clavo al encuentro. En España, solo la rebeldía de Paula Arcos, la única que anotó en España hasta mediada la segunda mitad, se resistió al destino.
“Hemos tenido una gran opción de estar dentro del partido y hemos vuelto a nuestros orígenes. Era nuestra última bala y hemos peleado incluso muy por debajo en el marcador”, cerró Arcos.
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