Diario de un exolímpico, día 0 | De puntillas

Da la sensación de que los Juegos Olímpicos 2024 han llegado casi de puntillas, como de repente. Hay que ponerse las pilas porque lo que viene merece la pena

La jugadora de bádminton Carolina Marín, en el Centro de Alto Rendimiento del CSD en Madrid.Jaime Villanueva

Será por la sobredosis de acontecimientos deportivos que se van solapando sin pausa, será porque la ciudad anfitriona ha estado metida en otros menesteres que condicionaban su futuro y de alguna manera el nuestro, o será que todavía queda algún efecto o debate del paso del huracán Eurocopa por nuestras vidas. Que si la fiesta de celebración, que si a qué viene lo de Gibraltar, que si no te saludo… Buenos ejemp...

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Será por la sobredosis de acontecimientos deportivos que se van solapando sin pausa, será porque la ciudad anfitriona ha estado metida en otros menesteres que condicionaban su futuro y de alguna manera el nuestro, o será que todavía queda algún efecto o debate del paso del huracán Eurocopa por nuestras vidas. Que si la fiesta de celebración, que si a qué viene lo de Gibraltar, que si no te saludo… Buenos ejemplos de lo poco que necesitamos para ponernos a discutir. El caso es que tengo la sensación de que los Juegos Olímpicos 2024 han llegado casi de puntillas, como de repente. Sea una cosa mía u obedezca a un sentir general, hay que ponerse las pilas porque lo que viene merece la pena.

Lo primero porque los Juegos dejan de ser los del silencio, los de la pandemia, los de las gradas vacías. Atrás quedan muchas tragedias, sueños rotos, esfuerzos baldíos. Vuelve el público, el éxito y el drama con testigos, los abrazos y las lágrimas, sean de felicidad o de pena. Regresa la normalidad, si es que aún existe en este mundo tan convulso.

Segundo, porque la lista de deportistas es brutal en cantidad y calidad. Salvo el fútbol masculino, que siempre va por libre, en París estará la creme de la creme del deporte mundial. Volverá Simone Biles, que llevará el asombro a la pista y la salud mental al debate. Veremos si para ganar un oro adjudicado de antemano, Mondo Duplantis lo adorna saltando con su pértiga más de 6,24m, una puñetera locura. Fliparemos de nuevo en la piscina con Katie Ledecky, que lleva ya 10 medallas olímpicas (7 de oro). Confirmaremos que nadie vende mejor su producto que la NBA, que ha juntado un equipo lleno de leyendas encabezado por LeBron James y Stephen Curry. Así podríamos seguir hasta el infinito y más allá.

Y tercero porque los Juegos significan diversidad frente al habitual acaparamiento de la atención mediática y social por parte de unas pocas especialidades. Es el momento dejar prejuicios a un lado y abrazar la idea de que un partido de vóley, un combate de karate o un descenso por aguas bravas pueden resultar apasionantes. No existe mejor oportunidad que unos juegos para disfrutar con los deportes guadianas, esos que solo aparecen en nuestras vidas cada cuatro años y que, en un mundo ideal, merecerían mayor atención.

Hablemos de España. 382 atletas. Primera vez que las mujeres (192) son más numerosas que los hombres (190). Exitazo en deportes colectivos, donde España ha logrado clasificarse en fútbol, baloncesto, balonmano, waterpolo, hockey sobre hierba, vóley playa... Todos por partida doble y con posibilidades de éxito. Me surge una pregunta. Teniendo tantos buenos ejemplos en el deporte español de destacables comportamientos colectivos, ¿por qué nos cuesta tanto trasladar esos valores a otros ámbitos? Dejo la contestación, que hoy no es día de tanta profundidad conceptual. Nadal, Alcaraz, Rahm, Carolina Marín, Adriana Cerezo, María Pérez, Rudy Fernández, Ana Peleteiro, Saúl Craviotto, Fran Garrigós, Maialen Chourraut son algunos de los muchos nombres de los que oiremos hablar en estos próximos días, esperamos que como mensajeros de buenas noticias. Unos muy conocidos, otros menos, pero todos con un gran reto por delante y una interesante historia detrás.

Trapicheo un poco por las redes para ver cómo está el ánimo general y me encuentro con un hilo en twitter titulado “Las cien mejores opciones a medalla de España”. ¿Ciennnnn? ¿Tenemos cien posibilidades de subir al cajón? Vete tú a saber por qué, me anima esta exageración. Si tenemos tantas, malo será que no lleguemos a las 28 que nos da un medio como Sports Illustrated. Seguro que hablaremos mucho de medallas y también de medallitis.

Para empezar, nuestra atención se dirige hacia una novedosa ceremonia de inauguración, a celebrar por primera vez fuera de un estadio. A partir de ahí, diecisiete días ideales para olvidarse de casi todo, tener dos y tres pantallas a mano a la vez y jartarse del mejor deporte posible. Si entre competición y competición tienen un hueco, pueden pasarse por este diario a comentar la jugada. Estaremos abiertos todos los días hasta el diez de agosto.

Buenos juegos a todos.

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