Elena Ruiz, a los 16 años, persigue el primer oro del waterpolo femenino español
La selección se mide a EEUU, su verdugo en la final de Londres 2012 y el equipo de referencia
La selección española se enfrenta a Estados Unidos, el equipo que ha marcado una época y contra el que perdió en la final de 2012
El waterpolo femenino español lo tiene entre ceja y ceja. Es más que una final, una deuda pendiente o un desafío, las tres cosas a la vez. Las jugadoras de la selección están empeñadas en subir el último peldaño de su ciclo triunfal, demostrar que pueden superar a Estados Unidos, el rival que las privó ...
La selección española se enfrenta a Estados Unidos, el equipo que ha marcado una época y contra el que perdió en la final de 2012
El waterpolo femenino español lo tiene entre ceja y ceja. Es más que una final, una deuda pendiente o un desafío, las tres cosas a la vez. Las jugadoras de la selección están empeñadas en subir el último peldaño de su ciclo triunfal, demostrar que pueden superar a Estados Unidos, el rival que las privó del oro olímpico en Londres 2012 y también en los Mundiales de 2017 y 2019. Trece años después, se repite la final olímpica. En ese tiempo, el grupo de élite que dirige Miki Oca ha hecho historia, se ha convertido en uno de los equipos de referencia mundial. Ha ganado tres oros, el del Mundial de 2013 y los Europeos de 2014 y 2020. En la final de Tokio 2020 (hoy, 9.30), persigue el que le falta, el olímpico.
Cuando aquella selección emergió en Londres 2012 con jugadoras legendarias como Jennifer Pareja y otras que continúan la cosecha de éxitos, Elena Ruiz solo era una niña de tres años. Pronto se apuntó a la natación, pronto empezó a practicar el waterpolo en el Club Natació Rubí y pronto atrajo la mirada de todos los técnicos, incluida la del seleccionador Miki Oca. No dudó en incorporarla al equipo. Se lo ganó a pulso. Demostró su calidad y su madurez con un dato revelador: fue la segunda máxima goleadora de la Liga con 54 tantos, solo superada por Anna Espar, una de las figuras de la selección, presente en aquella final de 2012 y un pilar básico en el equipo actual.
Oca ya hizo debutar a Paula Leitón, cuando también tenía 16 años, en los Juegos de Río. La selección detecta a las jugadoras que destacan en clubes modestos, volcados en la labor de cantera. El CN Rubí es el club del que surgió la también internacional Bea Ortiz. Su padre David preside desde hace seis años una entidad que, como todas, ha sufrido la crisis provocada por la pandemia y ahora cuenta con unos 3.600 socios, la mitad de los que tenía en febrero de 2020. “Trabajamos con la base. Llegamos a tener 14 equipos”, afirma con orgullo. “Elena venía al club con su hermana Ariadna, que tiene tres años más. Fue haciendo cursillos y pasó a la escuela de waterpolo. Cuando tenía 12 años ya jugaba con el equipo de la División de Honor. No se arruga, no tiene ningún complejo y tiene un brazo espectacular”.
Elena se entrena desde hace cuatro años en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, donde también estudia y el año próximo empezará segundo de bachillerato.
Las bajas debidas a la covid propiciaron que Oca convocara a Elena y Ariadna por primera vez para la selección. Fue hace solo tres meses en un partido de la Liga Mundial, contra Rusia, disputado en Hungría. Yago, el padre de las dos jugadoras de Rubí (Barcelona) relata el fulgurante ascenso de Elena. “Era muy futbolera, pero un día su hermana la llevó con ella a jugar al waterpolo y se aficionó. Debutó en la División de Honor un día antes de cumplir los 13 años. Todo ha sucedido de repente. Ella ya destacó como mejor jugadora del campeonato de Europa cadete, pero ha pasado de ahí a la selección absoluta”. Su estreno en los Juegos fue extraordinario. Marcó cinco goles en el triunfo de España ante Sudáfrica por 29-4 en la primera fase del torneo. Marcó tres goles más contra Holanda y dos en la semifinal contra Hungría. Hoy, a sus 16 años, disputará una final en la que España aspira a su primer oro olímpico.
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