Raphinha no para hasta abatir a Osasuna
El Barcelona, estéril en el ataque estático, resuelve el partido con un contragolpe armado por Pedri
Hay futbolistas que jamás se rinden, siempre perseverantes y eficaces, también en los partidos que más se resisten, conscientes al fin y al cabo de que necesitan los goles para merecer la atención de la crítica y de su propia hinchada, muy pocos de la categoría de Raphinha, capitán del Barça y santo y seña del manual de Flick. La verticalidad y la ambición azulgrana se expresan a partir de un brasileño que aspira a ser el mejor, al igual que su equipo, por más que su candidatura sea discutida en algunos foros de Europa. Raphinha se regaló dos tantos para celebrar su 29 aniversario cuando no había manera de abatir a Osasuna, apremiado por su delicada posición en la Liga. El gol se resistió más de una hora para desespero del Barcelona, que al final celebró la séptima victoria seguida y los siete puntos de ventaja en la cabeza de la tabla sobre el Real Madrid a la espera de su visita al Alavés.
Raphinha y Pedri marcaron la diferencia después de que las aceleraciones de Rashford desde el costado izquierdo agitaran de inicio a un equipo azulgrana especialmente paciente, como si no quisiera rifar la pelota y prefiriera asegurar la llegada y el tiro, muy abierto ante un Osasuna cerrado y pendiente de las transiciones que pudiera acabar Budimir. Los azulgrana formaban con cuatro delanteros y ninguno era Lewandowski, suplente con Fermín y De Jong, relegado también el holandés como mediocentro por Eric García. Raphinha maniobraba de media punta, Lamine y Rashford se abrían a los extremos y Ferran ejercía de falso nueve. Aunque el ataque barcelonista era sostenido y se repetían los tiros de media distancia de los volantes, sobre todo de Pedri y Eric, las ocasiones eran escasas y, alcanzada la media hora, el Var anuló la única que llegó a la red después de un cabezazo de Ferran asistido por Rashford por un fuera de juego previo del omnipresente Raphinha.
Al juego azulgrana le faltaba velocidad y Osasuna no solo se defendía, sino que amenazaba con las transiciones armadas a partir de la velocidad de Víctor Muñoz y la astucia de Budimir. Los equipos que defienden muy atrás, con un bloque muy bajo, se indigestan al equipo de Flick. No encontraban los barcelonistas soluciones individuales ni tampoco colectivas por la falta de espacios en un partido largo y pesaroso como el del Eintracht. Acaso las intervenciones de Lamine mantenían el interés de una contienda en la que los barcelonistas se aplicaron más que nunca en el momento de tirar la línea del fuera de juego ante Joan García. Muy reconocible desde el punto de vista académico y del rigor, el Barcelona tenía poco picante y menos arrebato y pasión, convencidos los futbolistas de que el gol llegaría desde la calma y no de la precipitación, por más que se resistiera Osasuna.
El nudo parecía estar en la posición de Raphinha. El brasileño acostumbra a ser más decisivo desde la banda izquierda que de volante ofensivo porque el juego interior mengua y sobresale menos Pedri. Falsa impresión porque los dos resultaron decisivos cuando pudieron correr después de un fuera de banda de Osasuna. Eric recuperó la pelota, tocó para Pedri y el balón profundo del tinerfeño fue controlado con la derecha y rematado con la zurda por Raphinha. El bloqueo en ataque estático contrastó con la lucidez del contraataque culminado por el brasileño ante la impotencia del equipo de Lisci, un experto en complicar el partido a los mejores rivales, también ante el líder Barça. La rueda de cambios provocó después un encuentro diferente, ya con De Jong y Fermín en la medular mientras en el banquillo continuaba Lewandowski. Agotado Víctor Muñoz, Osasuna replicó con Becker y Rubén García.
El equipo navarro se soltó, empezó a apretar con sus marcas individuales y alcanzó el área de Joan García hasta marcar un gol que fue anulado por una carga al portero del Barcelona. Apenas hubo tiempo para discutir la decisión arbitral porque se volvió a desplegar el Barcelona con Ferran Torres, Lamine y Koundé, y Raphinha remató junto al palo el rechazo de la zaga de Osasuna, que reclamó sin éxito falta a Catena. Ya no hubo más debate en el Camp Nou, que se remitió al brasileño al tiempo que festejaba no haber encajado ningún gol, una recompensa para Joan García.
Volvió a funcionar el achique en área propia y la efectividad en la rival y a Osasuna no le sirvió de nada jugar muy junto y dispuesto a evitar la profundidad del Barcelona. Raphinha se bastó para solucionar el contencioso sin necesidad de recurrir al suplente Lewandowski. Hoy los protagonistas del líder son Gerard Martín, Eric García y por supuesto Pedri, Raphinha y Lamine.