Alexia Putellas, en el juicio contra Rubiales: “Jenni nos decía que no paraban, que no la dejaban”
Las compañeras de Hermoso respaldan su relato durante la vista contra el expresidente de la RFEF por el beso “no consentido” a la jugadora y las presuntas coacciones posteriores
Alexia Putellas, jugadora de la selección española de fútbol y ganadora del Balón de Oro, ha respaldado este jueves el relato de su compañera de vestuario Jennifer Hermoso. Citada como testigo en el juicio que celebra la Audiencia Nacional contra Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Putellas ha insistido en que Hermoso le comentó desde el primer momento el malesta...
Alexia Putellas, jugadora de la selección española de fútbol y ganadora del Balón de Oro, ha respaldado este jueves el relato de su compañera de vestuario Jennifer Hermoso. Citada como testigo en el juicio que celebra la Audiencia Nacional contra Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Putellas ha insistido en que Hermoso le comentó desde el primer momento el malestar que le había provocado el beso “no consentido” que le había dado el mandatario tras ganar la final del Mundial el 20 de agosto de 2023. Además, la centrocampista del Barcelona ha añadido ante el tribunal que se sucedieron las “presiones” contra la víctima durante días para que saliera en público a justificar la actuación de Rubiales: “Jenni estaba muy agobiada y nos decía que no paraban, que no la dejaban”. Irene Paredes y Laia Codina, también jugadoras de la selección, han descrito el mismo modus operandi.
Putellas ha rememorado aquel 20 de agosto de 2023, cuando el presidente de la RFEF besó a Hermoso durante la entrega de medallas: “Yo no lo vi en directo porque estaba saludando a la reina. Pero al final del protocolo hay como un altar donde nos entregan la copa. Y, al llegar, me la encontré de frente y me dijo, palabras textuales: ‘Tía, Rubiales me acaba de dar un beso’. Su cara ya era un poco rara”. La testigo ha afirmado que, en ese instante, la entendió mal y creyó que había sido un beso fortuito, fruto de dos personas que se iban a dar dos besos en la mejilla y habían chocado sus labios sin querer. Pero, según su versión, Hermoso le insistió en el autobús que no había sido así y le enseñó el vídeo: “Jenni me dice: ‘Es que es muy fuerte. No sé cómo se le ha pasado por la cabeza darme un beso. Me ha agarrado la cara y me ha dado un beso. ¿Cómo se le ocurre hacer eso?”.
En su declaración del lunes, Hermoso relató que las presiones comenzaron en el mismo estadio de Sídney (Australia) que acogió la final. Según el sumario, la cúpula de la federación quería que saliera en público a restar importancia al beso. Esas supuestas coacciones siguieron en el vuelo de regreso a España: “Cuando estábamos en el avión, ella estaba muy agobiada y nos decía que no paraban, que no la dejaban”, ha recordado Putellas. “Jenni no estaba [bien] ya. Cuando llegamos, que fue antes de que hubiera reuniones [dentro del avión para tratar de frenar el escándalo], ella ya estaba agobiada. Ella se sentó y se puso a llorar de agotamiento”, ha seguido. “¿Le comentó si le habían dicho de hacer algún video?”, le ha preguntado la teniente fiscal, Marta Durántez. “La última vez que llora es cuando nos explica… Veo cómo le piden que vaya a hablar con Rubiales y, al volver ella, está así. Nos explica que él no paraba de relatarle los hechos, como si no los hubiera vivido en primera persona. Le hablaba de sus hijas, de que saliera a desmentir que no hubo consentimiento, y ella le decía que no iba a salir”, ha remachado por videoconferencia.
La narración de la centrocampista ha continuado este jueves así: “Vi reuniones en la parte frontal [del avión], donde se sentaba el presidente. Llegué a escuchar: ‘Esto se filtra mañana a la prensa y ya está’. Y también explicaciones de cómo se agarraba sus partes. Había como seis o siete personas. Estaban Rubiales; Jorge Vilda, [seleccionador femenino y acusado]; Rafael del Amo, [exvicepresidente de la RFEF]... Eran las personas que se sentaban en primera fila. Estaba Chema [Timón, jefe de gabinete de Rubiales] y gente cercana al presidente”. ¿Y el seleccionador masculino? “Diría que no”, ha contestado en referencia a Luis de la Fuente, que el martes se desentendió de las maniobras urdidas en el seno del organismo para exculpar a su jefe.
—¿Volvió a hablar con Jenni en el avión? —le ha preguntado la fiscal a Putellas.
—Sí, cuando estaba agobiada y llorando. Queríamos que no estuviera pendiente de las cosas que estaban pasando, pero le estaban afectando —ha incidido la jugadora del Barcelona.
Tras Alexia Putellas ha declarado Irene Paredes, otra de las líderes de la selección y amiga de Hermoso. Conectada por videoconferencia, la defensa central del Barcelona ha confirmado la versión de sus compañeras y ha explicado que fue en el vestuario del estadio Olímpico de Sídney, en plena celebración del Mundial, cuando Hermoso le contó el episodio con Rubiales: “Le dije ‘Pero eso no está bien’ [...] Ella estaba un poco alucinada. Recuerdo que lo contaba mucho... creo que buscaba ver cómo reaccionábamos el resto”.
Paredes se ha referido también al viaje en autobús desde el hotel al aeropuerto, en el que fue ella quien mandó parar las bromas en torno al beso de Rubiales, tal y como explicó en una entrevista con este diario el pasado noviembre. “El único momento que recuerdo en el autobús es que el señor Rubiales vino a la parte de atrás, que es donde estábamos las jugadoras, cogió a Jenni, dijeron algo del viaje a Ibiza, y al volver a sentarse en su sitio hay algunas jugadoras que empiezan a gritar ‘¡presidenta! ¡presidenta!’, y ahí es cuando yo les digo que paren, que puede ser algo muy grave”, ha dicho en el juicio.
La central del Barcelona también ha contado una conversación que tuvo con Rubiales en el trayecto de regreso a España. Según ha detallado la jugadora, el expresidente de la RFEF se quejó de que lo estaban tachando “de violador”. “Entiendo que esto es por lo que pasó ayer, a mí eso me parece magnificarlo, pero no me pareció bien [que le dieras un beso a Jenni Hermoso]”, le dijo Paredes al mandatario, según la versión que ha ofrecido este jueves ante el tribunal. La futbolista también ha contado que vio a su compañera mal: “Jenni estaba preocupada, estaba disgustada. La vi llorar contándonos esto porque era un tema que la agobiaba”.
Jenni Hermoso, tras denunciar los hechos que se están enjuiciando estos días, se quedó fuera de la primera convocatoria que dio Montse Tomé, la sucesora de Vilda y hasta entonces su mano derecha en el staff. A mediados de septiembre, la técnica, que declarará el próximo lunes como testigo, aseguró que había decidido no llamarla para “protegerla”. Paredes ha dicho que eso fue un golpe para ella: “Me decía que era una faena que no la hubiesen convocado porque lo que quería era tener normalidad en su vida, y ella entendía que eso pasaba por ser seleccionada”. La defensa del Arsenal Laia Codina, que ha sido la tercera en declarar este jueves y que compartió titularidad con Paredes en el eje de la zaga durante las eliminatorias del Mundial, ha afirmado que no entendió la decisión de Tomé: “Había sido de las mejores tanto de la selección como del Mundial en general. Y había sido de las jugadoras más importantes. A nivel deportivo, creo que era una de las personas que tenía que estar seleccionada. Estaba un poco disgustada porque lo que quería ella era estar en la selección a pesar de todo”.
El viaje a Ibiza
Tras volver a España desde Australia, las jugadoras viajaron a Ibiza para celebrar la victoria. “Allí, no era Jenni”, ha destacado Putellas. “No estaba bien. Había momentos en que intentábamos que estuviera alegre y fuera consciente de lo que habíamos conseguido. Pero me llegó a decir: ‘No sé qué hago aquí”. La centrocampista del Barça ha recordado que Hermoso se puso a llorar varias veces. ¿Por qué? “La seguían presionando para que hiciese el vídeo diciendo que el beso fue consentido”, ha apostillado la balón de oro.
Según Codina, cuando peor lo pasó su compañera fue en la isla. Allí acudieron otros dos de los acusados por el delito de coacciones: Rubén Rivera, entonces director de marketing de la federación, y Albert Luque, director de la selección masculina. “En el viaje es cuando peor estaba Jenni. Ya había asimilado lo que había pasado. Estaba triste, no estaba disfrutando de que acabábamos de ganar un Mundial, que en teoría tiene que ser un momento alegre”, ha recordado. Codina ha descrito dos momentos en Ibiza. El primero fue nada más llegar, en una comida: “En ese momento Jenni no tenía batería en el móvil, y Rubén Rivera le pide que lo cargue, que alguien quiere hablar con ella. Jenni no quería cargarlo, pero Rubén insiste y lo carga”. Y el segundo fue al atardecer: “Estábamos en unas hamacas, tranquilas, y Rubén Rivera viene cinco o seis veces mínimo, para que Jenni vaya a hablar con Luque, que está abajo en el hotel. Sigue insistiendo hasta que Jenni llega un punto en el que se agobia y se pone a llorar otra vez”.
Codina ha corroborado que Rubiales hizo varios intentos durante el vuelo desde Australia para que Hermoso grabara con él un vídeo que minimizara el beso. “En el avión hay diferentes momentos. Hay uno en que coincidimos Jennifer Hermoso, Luis Rubiales y yo. Es algo anecdótico, pero Luis Rubiales nos comenta que sus hijas están ahí detrás, que lo están pasando mal, y que ha hablado con una mujer que está conociendo y que no le parece importante lo del beso”, ha detallado la futbolista del Arsenal.
La Fiscalía pide dos años y medio de cárcel para Rubiales por un delito de agresión sexual por el beso “no consentido” a Hermoso y por las presuntas coacciones que impulsó después para que la deportista justificara en público su actuación. En el banquillo se sientan otras tres personas, que se enfrentan a una petición de un año y medio de prisión por participar en esas supuestas presiones: Albert Luque, exdirector de la selección masculina y exfutbolista; Jorge Vilda, exentrenador de la selección femenina; y Rubén Rivera, exresponsable de marketing de la RFEF.