La Liga femenina de fútbol de Estados Unidos no tiene techo
Las franquicias del torneo se han revalorizado un 57% este año, disparando sus ingresos por los derechos televisivos
La Liga de fútbol femenino en EEUU no tiene techo. En Estados Unidos todo es a lo grande, también el fútbol femenino, también el espectáculo. La National Women’s Soccer League (NWSL) no ha dejado de crecer. El año pasado vendieron los derechos televisivos hasta 2027 por 240 millones de dólares —60 por temporada— a CBS, ESPN, Amazon Prime Video y Scripps Sports, acuerdo por el que cada club ingresará cinco millones al año. Han superado esta temporada los dos millones de espectadores en los estadios en la Liga regular, con una media de asistencia de 11.000 espectadores por partidos. Y en la fina...
La Liga de fútbol femenino en EEUU no tiene techo. En Estados Unidos todo es a lo grande, también el fútbol femenino, también el espectáculo. La National Women’s Soccer League (NWSL) no ha dejado de crecer. El año pasado vendieron los derechos televisivos hasta 2027 por 240 millones de dólares —60 por temporada— a CBS, ESPN, Amazon Prime Video y Scripps Sports, acuerdo por el que cada club ingresará cinco millones al año. Han superado esta temporada los dos millones de espectadores en los estadios en la Liga regular, con una media de asistencia de 11.000 espectadores por partidos. Y en la final del playoff el pasado 24 de noviembre, con el Orlando Pride como campeón, se registró un promedio de espectadores récord: 967.000 en la CBS, un aumento del 18% del año anterior, y más de 2,5 millones de espectadores durante aquel fin de semana.
La Liga —con 14 equipos que en 2026 serán 16— cuenta con una gran igualdad, grandes inversiones e infraestructuras —estadios y ciudades deportivas exclusivamente para las jugadoras— y recursos para hacer la experiencia al espectador, staff y futbolistas completamente profesional. Todo bebe de una selección nacional muy fuerte, cuatro veces campeona del mundo y cinco oros en los Juegos Olímpicos.
¿Es la mejor Liga del mundo? “No hay que generar tantos debates”, explica Jonatan Giráldez, subcampeón de la NWSL que marchó este verano al Washingotn Spirit después de tres años en el Barcelona. “Es una de las mejores ligas si nos referimos a que está muy igualada, y a que esta competitividad es muy atractiva. Otra cosa es dónde están los mejores equipos. Para mí sigue siendo el Barça”, añade. Juan Carlos Amorós, entrenador del Gotham y campeón liguero el año pasado, también destaca la “igualdad máxima”. “Para mí es la mejor Liga del mundo de fútbol femenino porque tanto los clubes como la Liga intentan que sus jugadoras y aficionados tengan una experiencia lo mejor posible, lo más profesional y con el deseo de todos de ganar”, explica. Cuando aterrizó lo que más le sorprendió es la “seriedad” con la que tratan el fútbol femenino y el “fuerte convenio colectivo”. A Giráldez, por su parte, le impresionó el show: “Es una cultura muy diferente. Todo está muy orientado al bussines, al show, a que la gente disfrute antes, durante y después del partido”.
Giráldez tuvo un encuentro con 200 socios del club. “Había mucha diversidad de perfiles, incluso gente que nunca había visto fútbol, pero que este año habían decidido hacerse socio del Spirit. Esto en España es impensable, la gente se hace socia del club de su vida. Es diferente el vínculo emocional con el aficionado”, explica Giráldez. Visión también compartida por Arkaitz Coca, representante de futbolistas, entre ellas, Esther González, jugadora del Gotham: “Les va a costar tener esa visión del fútbol que tenemos en Europa, ese sentimiento de arraigo”, añade.
Desaparición del ‘draft’
Una Liga donde las jugadoras eran escogidas desde un draft —ya no será así a partir de la siguiente temporada, siendo la primera Liga estadounidense que lo elimina— que partía de las ligas universitarias. Arola Aparicio, jugadora del Espanyol, estuvo cuatro años compaginando los estudios con el fútbol en el Little Rock Trojans de Arkansas gracias a una beca. Se marchó después de que una compañera en sus años del Barça B se lo comentase. “Las ligas universitarias son muy importantes. Es un modelo que podría implementarse en muchos sitios”. Allí, las universidades hacen un seguimiento exhaustivo, y el deporte y los estudios “van de la mano”. “Es muy importante el físico. Yo siempre había sido rápida y resistente, pero bastante flaca. Allí me tonifiqué”, explica Aparicio.
A las siete de la mañana entrenaban para luego jugar los findes o a veces entre semana. “Había mucho gimnasio, muy estructurado, con unos conceptos básicos —sentadilla, dominadas, press banca y peso muerto— y otros ejercicios. Era levantar mucho peso”, explica la jugadora perica. Destaca, además, los entrenos “superfísicos” y de velocidad en las pistas de atletismo. “A las jugadoras les encantaba competir físicamente, y había mucha disciplina”, recuerda.
“El perfil de la jugadora está orientado a ser superior físicamente. La materia prima es de mucho nivel, y son esponjas futbolísticas. Las jugadoras son atletas, es una concepción diferente”, explica Giráldez. Pero el técnico ve un margen de mejora en cuanto a “entrenamiento, aspectos de juego y mejora táctica individual y colectiva”, pensamiento compartido por Aparicio. Amorós, por su parte, después de tres temporadas, observa una “gran evolución”. “Los equipos cada vez tienen más registros. Hay equipos de posesión, que quizás son menos, y de transición, pero cada vez empiezan a ser más completos”, añade el técnico del Gotham.
Cada vez son más las futbolistas que dan el paso hacia Estados Unidos. “No es una Liga a la que vengan a retirarse. Hay futbolistas de todo el mundo. Aunque hay clubes en Europa que pueden pagar más porque aquí tenemos límite salarial, la experiencia como futbolista es mayor aquí”, asegura Amorós. Cada vez son más las españolas que se marchan: Ana Tejada, Claudia Zornoza, Maitane López o Esther González. Esta última se marchó del Real Madrid en 2023 al Gotham tras un final de temporada en el club blanco en el que no contaban con ella. “Ella siempre había dicho que le gustaría jugar en Estados Unidos. Nos llegaron varias ofertas y nos fijamos en el modelo de juego para escoger”, asegura Coca, su representante. Se incorporó inmediatamente tras ganar el Mundial de Nueva Zelanda y Australia, y levantaron el trofeo a final de temporada, con un gol suyo incluido. “El día a día aquí es el mismo que el de un hombre en el fútbol masculino”, le aseguró Esther a Coca. No solo españolas se marchan, sino también jugadoras foráneas de la Liga F han acabado dando el salto, como Racheal Kundananji —récord de traspaso mundial por alrededor de 725.000 euros—, Asisat Oshoala o Leicy Santos.
“La gestión diaria y cómo se sienten ellas es de máximo nivel profesional”, añade Coca. Las franquicias de la NWSL se han revalorizado un 57% en 2024, y ya superan los 104 millones de dólares de media, según 2Playbook. Pero, además, también hay preocupación por parte de la organización para mejorar. “Es una Liga muy joven. Hay muchas reuniones en las que nos invitan a mostrar nuestras opiniones. Quieren ser la mejor Liga del mundo”, comenta Giráldez. El pasado agosto se firmó el nuevo convenio colectivo, ya en vigor hasta el 2030. El estatuto elimina el draft, también los traspasos sin conocimiento de la futbolista y se mejoran sus derechos en temas de descanso o maternidad. Acompañado, también de una mejora del salario: 48.500 dólares en 2025, y que llegará a los 82.500 en 2030, dentro de un límite salarial que también subirá de los 3,3 millones en 2025 a los 5,1 en 2030. Un convenio sólido que quiere proteger a sus jugadoras en una Liga de puro show que no deja de crecer y generar negocio.