Mallorca, el lugar donde se cruzan las galaxias de Beckham y Mbappé

El inglés debutó con el Madrid en 2003 en Son Moix, el estadio en el que se estrena este domingo el francés en la Liga

Modric, Rodrygo y Mbappé, este sábado en el entrenamiento del Real Madrid en Valdebebas.AFP7 vía Europa Press (AFP7 vía Europa Press)

Jagoba Arrasate sintió la potencia del magnetismo de Kylian Mbappé en cuanto el sorteo emparejó a su Mallorca con el Real Madrid: “Es lo primero que me dijo mi hijo: ‘¡Vamos a ver debutar en la Liga a Mbappé!”, contó el martes pasado sobre el encuentro de este domingo (21.30, DAZN). “A mí no me hace ninguna gracia”, bromeó.

El técnico compartirá estreno liguero con el francés bajo la mirada del Son Moix con más espectadores de la ...

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Jagoba Arrasate sintió la potencia del magnetismo de Kylian Mbappé en cuanto el sorteo emparejó a su Mallorca con el Real Madrid: “Es lo primero que me dijo mi hijo: ‘¡Vamos a ver debutar en la Liga a Mbappé!”, contó el martes pasado sobre el encuentro de este domingo (21.30, DAZN). “A mí no me hace ninguna gracia”, bromeó.

El técnico compartirá estreno liguero con el francés bajo la mirada del Son Moix con más espectadores de la historia. El mismo día que Arrasate habló de la fascinación de su hijo, el club anunció que había vendido en pocas horas las 3.962 entradas que puede sacar a la venta, después de batir también su récord de abonados, 22.058 para este curso. Volaron las localidades de 95 euros, las más baratas, y también las de las tres zonas VIP situadas detrás de los banquillos, 850 euros por cabeza para sentarse a siete metros del césped por el que correrá el francés: el precio más alto pagado nunca en el estadio de Palma.

Son Moix ha cambiado mucho desde la noche del 24 de agosto de 2003, cuando Florentino Pérez vio debutar allí a David Beckham, la culminación de su primera galaxia, en la que se unió a Figo, Zidane y Ronaldo. En aquella ida de la Supercopa de España aún existía la pista de atletismo que mantenía a los espectadores de los fondos a más de 40 metros del campo y a los de los laterales a más de 20. Los asientos de 850 euros no aparecieron hasta que el pasado enero concluyó la reforma de la arquitecta Izaskun Larzabal, la misma que transformó Anoeta.

Entonces cabían unos 6.000 espectadores menos, pero la expectación era similar, como recuerda Alejandro Campano, centrocampista del Mallorca en el estreno de Beckham: “El revuelo era muy grande, más que en cualquier otro partido contra el Madrid o el Barcelona. Lo notabas nada más llegar al campo”, cuenta. “Lo de Beckham era brutal. Salía por todos lados. Era el protagonista de todo. Lo que movía era brutal. En aquella época no había redes sociales y él estaba todo el tiempo en la televisión. Era el protagonista”.

Beckham, que entonces ya estaba casado con una celebridad como Victoria, de las Spice Girls, era el primer gran icono salido del cruce del fútbol y el mundo del espectáculo. El impacto de la novedad en aquel ecosistema de hace 21 años resultó incluso más llamativo que el de Mbappé hoy: “Antes impresionaba más. Hoy los jugadores están más hechos a esto”, dice Campano, que ahora trabaja como representante de futbolistas.

Y eso que él ya se había asomado antes al universo del inglés. En las navidades de 1997 el Sevilla, en cuyo filial jugaba con 18 años, le escogió, junto a otra media docena de compañeros para trabajar como dobles de Beckham, Rivaldo, Maldini, Valderrama, Hierro, Vieri y Del Piero, entre otras figuras que habían llegado a la ciudad para grabar un anuncio de Pepsi en la Plaza de España. “Todavía tengo algunas fotos con él y con Victoria”.

La llegada de Beckham supuso un fogonazo de mucho de lo que estaba por venir en el negocio. También el principio del final de aquella primera aproximación al modelo galáctico de Florentino Pérez. Pese a perder en la ida en Mallorca (2-1), el Madrid ganó la vuelta en el Bernabéu (3-0) y ganó esa Supercopa, el único título del equipo hasta que el presidente dimitió en febrero de 2006, también el único del inglés cuando anunció en enero de 2007 que se iría a EE UU al final de esa temporada, en la que terminó ganando la Liga de las remontadas.

Aquella galaxia se construyó de manera distinta, y también Pérez la manejó de otra forma. Beckham llegó con 28 años cuando Zidane tenía 31; Figo, 30, y Ronaldo, 26. Con 25, Mbappé corona la que aterriza este domingo en Mallorca: Vinicius (24), Rodrygo (23) y Bellingham (21). Llegan después de que el francés sumara su primer título el miércoles en Varsovia, la Supercopa de Europa.

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